La frase "Por siete votos tienes el culo roto" le perseguirá por muchos tiempo, como en el pasado le acosó la también ocurrente frase "Que te vote Chapote".
Sánchez es una fábrica de rechazo, desprecio, aversión, antipatía y fracaso ante el grueso de su pueblo. Ël no lo reconoce porque vive en medio de una borrachera de adulaciones y mentiras, que le ensalzan como un gran líder, pero es un político maldito, al que le ocurre lo peor que le puede ocurrir a un dirigente: Cae mal y genera rechazo, razón por la que jamás ganará unas elecciones limpias.
La lista de sus torpezas y fracasos no para de crecer. Sánchez sigue ganando enemigos para España al no ofrecer ayuda a Israel ante el ataque de Irán, pese a tener una fragata antimisiles en la zona. El sanchismo nos llevará al desastre por la hostilidad que despierta y porque no para de aislar a España en el concierto mundial.
Es tan insensato y despilfarrador que el Banco de España le ha advertido que «La deuda pública llegará al 120% del PIB si no reduce el gasto». El Fondo Monetario Internacional (FMI) también lamenta que Sánchez no reduzca la inmensa deuda de España con su actual recaudación fiscal récord.
Los escándalos de corrupción protagonizados por su entorno y su partido le causan daño, aunque él lo disimule y aparente ser un muro de hormigón. La suciedad le rodea y ha entrado ya en su dormitorio, a través de su esposa, Begoña Gómez, sospechosa de operaciones corruptas e indignas. El caso Ábalos-Koldo, que está siendo investigado y desmenuzado por la Justicia, toca de lleno a su gobierno y a su entorno más cercano, impregnando al sanchismo de pestilencia corrupta.
Los fracasos y el rechazo le hacen mella. Cada día es más huraño y desgraciado. Por donde va le pitan y le abuchean. Se nota que es querido. Si tuviera vergüenza Sánchez dimitiría, pero él ha decidido resistir, contra viento y marea, incluso llevándose por delante a su nación y a su pueblo.
¿Cuánto habrá que esperar para que el deteriorado socialismo español y el propio Sánchez se den cuenta de que su liderazgo está agotado y asfixiado por errores, fracasos y rechazo popular?
El sufrimiento de España debe acabar pronto porque el país lleva demasiado tiempo en manos de carroñeros y tiene derecho y necesidad de iniciar una regeneración en todos los frentes, sobre todo en la política y la ética.
Francisco Rubiales
Sánchez es una fábrica de rechazo, desprecio, aversión, antipatía y fracaso ante el grueso de su pueblo. Ël no lo reconoce porque vive en medio de una borrachera de adulaciones y mentiras, que le ensalzan como un gran líder, pero es un político maldito, al que le ocurre lo peor que le puede ocurrir a un dirigente: Cae mal y genera rechazo, razón por la que jamás ganará unas elecciones limpias.
La lista de sus torpezas y fracasos no para de crecer. Sánchez sigue ganando enemigos para España al no ofrecer ayuda a Israel ante el ataque de Irán, pese a tener una fragata antimisiles en la zona. El sanchismo nos llevará al desastre por la hostilidad que despierta y porque no para de aislar a España en el concierto mundial.
Es tan insensato y despilfarrador que el Banco de España le ha advertido que «La deuda pública llegará al 120% del PIB si no reduce el gasto». El Fondo Monetario Internacional (FMI) también lamenta que Sánchez no reduzca la inmensa deuda de España con su actual recaudación fiscal récord.
Los escándalos de corrupción protagonizados por su entorno y su partido le causan daño, aunque él lo disimule y aparente ser un muro de hormigón. La suciedad le rodea y ha entrado ya en su dormitorio, a través de su esposa, Begoña Gómez, sospechosa de operaciones corruptas e indignas. El caso Ábalos-Koldo, que está siendo investigado y desmenuzado por la Justicia, toca de lleno a su gobierno y a su entorno más cercano, impregnando al sanchismo de pestilencia corrupta.
Los fracasos y el rechazo le hacen mella. Cada día es más huraño y desgraciado. Por donde va le pitan y le abuchean. Se nota que es querido. Si tuviera vergüenza Sánchez dimitiría, pero él ha decidido resistir, contra viento y marea, incluso llevándose por delante a su nación y a su pueblo.
¿Cuánto habrá que esperar para que el deteriorado socialismo español y el propio Sánchez se den cuenta de que su liderazgo está agotado y asfixiado por errores, fracasos y rechazo popular?
El sufrimiento de España debe acabar pronto porque el país lleva demasiado tiempo en manos de carroñeros y tiene derecho y necesidad de iniciar una regeneración en todos los frentes, sobre todo en la política y la ética.
Francisco Rubiales
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