El presidente que ha limpiado su país (El Salvador) de delincuentes y al que su pueblo apoya con más del 87 por ciento de los votos.
La izquierda no combate la delincuencia porque sabe que la inseguridad y el miedo de los ciudadanos les dan votos. Los ciudadanos, cuando se sienten inseguros y acosados por el delito, siempre vuelven sus ojos al Estado en busca de protección, cometiendo el absurdo error de apoyarse en los que son responsables de su drama.
En países gobernados por la izquierda, como Venezuela, México, Nicaragua, Brasil, Colombia y la misma España, la delincuencia es permitida por el gobierno y a veces incluso estimulada.
Aunque parezca increíble y absurdo, los barrios degradados por la inmigración y las oleadas de asaltos y violaciones provocados por la inmigración ilegal descontrolada están proporcionando apoyos y votos a socialistas y comunistas en todo el mundo.
La política del presidente salvadoreño Bukele, que ha acabado con la delincuencia en su país en pocos meses, es la mayor bofetada dada a la izquierda marxista en todo el mundo al demostrar que cuando un gobierno quiere acabar de verdad con el delito lo consigue.
Hoy, El Salvador, que era uno de los países más inseguros y peligrosos del mundo, es uno de los más seguros, gracias a que el gobierno ha decidido acabar con el delito impuesto en las calles por las maras y pandillas delictivas, al servicio del narcotráfico y de los intereses de la izquierda.
Bukele ha demostrado que países tan dominados por la delincuencia como México, gobernado por el presidente izquierdista López Obrador, podría acabar con los clanes de la droga y sus ejércitos de asesinos y secuestradores en poco tiempo, si tuviera la firme voluntad de lograrlo.
En España, la política socialista de Pedro Sánchez, que gobierna aliada con comunistas y partidos nacionalistas cargados de odio a España, está provocando un continuo incremento de la delincuencia en las ciudades, cuya causa principal es la llegada de inmigrantes sin controles ni filtros, muchos de los cuales siembran el pánico en la ciudadanía sin que las fuerzas de seguridad, mal financiadas y peor dotadas de recursos, pueden hacer mucho por impedirlo.
El gobierno oculta el dato de que casi el 80 por ciento de los delitos cometidos hoy en España son obra de extranjeros.
Pero la verdad que el salvadoreño Bukele ha impuesto en el mundo, la de que todo gobierno que quiera acabar con la delincuencia puede lograrlo, está golpeando a los gobiernos de España y de muchos otros países que utilizan la inseguridad, el narcotráfico, los robos, asaltos, secuestro y violaciones, de manera inmoral y mafiosa, para mantenerse en el poder.
Francisco Rubiales
En países gobernados por la izquierda, como Venezuela, México, Nicaragua, Brasil, Colombia y la misma España, la delincuencia es permitida por el gobierno y a veces incluso estimulada.
Aunque parezca increíble y absurdo, los barrios degradados por la inmigración y las oleadas de asaltos y violaciones provocados por la inmigración ilegal descontrolada están proporcionando apoyos y votos a socialistas y comunistas en todo el mundo.
La política del presidente salvadoreño Bukele, que ha acabado con la delincuencia en su país en pocos meses, es la mayor bofetada dada a la izquierda marxista en todo el mundo al demostrar que cuando un gobierno quiere acabar de verdad con el delito lo consigue.
Hoy, El Salvador, que era uno de los países más inseguros y peligrosos del mundo, es uno de los más seguros, gracias a que el gobierno ha decidido acabar con el delito impuesto en las calles por las maras y pandillas delictivas, al servicio del narcotráfico y de los intereses de la izquierda.
Bukele ha demostrado que países tan dominados por la delincuencia como México, gobernado por el presidente izquierdista López Obrador, podría acabar con los clanes de la droga y sus ejércitos de asesinos y secuestradores en poco tiempo, si tuviera la firme voluntad de lograrlo.
En España, la política socialista de Pedro Sánchez, que gobierna aliada con comunistas y partidos nacionalistas cargados de odio a España, está provocando un continuo incremento de la delincuencia en las ciudades, cuya causa principal es la llegada de inmigrantes sin controles ni filtros, muchos de los cuales siembran el pánico en la ciudadanía sin que las fuerzas de seguridad, mal financiadas y peor dotadas de recursos, pueden hacer mucho por impedirlo.
El gobierno oculta el dato de que casi el 80 por ciento de los delitos cometidos hoy en España son obra de extranjeros.
Pero la verdad que el salvadoreño Bukele ha impuesto en el mundo, la de que todo gobierno que quiera acabar con la delincuencia puede lograrlo, está golpeando a los gobiernos de España y de muchos otros países que utilizan la inseguridad, el narcotráfico, los robos, asaltos, secuestro y violaciones, de manera inmoral y mafiosa, para mantenerse en el poder.
Francisco Rubiales
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