Muchos de los lectores de este blog, verdaderos demócratas, se niegan a aceptar el Voto en Blanco como vía para regenerar la democracia y prefieren castigar al gobierno votando a la oposición. Se equivocan (y ellos lo saben) porque el problema no es el PSOE, el PP, IU o los nacionalistas, sino el sistema mismo, gravemente degenerado. Ignoran que la democracia ya no existe, que ha sido asesinada por los partidos políticos y por sus políticos profesionales, y que lo que nos rodea y gobierna es una vulgar partitocracia que no merece el respeto ciudadano y que en nada se parece a la noble democracia original.
Reproduzco a continuación unas palabras del premio nobel portugués José Saramago, que apoyan esta reflexión: "El sistema democrático -entre comillas- tiene una bomba, y la bomba es el voto en blanco. Un cambio democrático puede nacer del uso conciente, muy conciente, del voto en blanco. Eso sería darle un susto, un susto tremendo al sistema electoral. A mi me gustaría que la ciudadanía le diera un susto muy fuerte a la clase política con el voto en blanco. Así se tenga el 80 por ciento de abstención, el sistema seguirá funcionando, pero qué ocurriría, ¿qué haría un gobierno si se encuentra con un 80 por ciento de votos en blanco?"
El sentido común y la experiencia demuestran que votar a la derecha para castigar a la izquierda o a la izquierda para castigar a la derecha no es la solución. Fijaos lo que ocurrió cuando expulsamos a Felipe González de la Moncloa: sustituimos a un gobierno corrupto y gastado por uno arrogante. ¿Que hemos conseguido expulsando a Aznar de la Moncloa? Poner en su lugar a un inquietante y peligroso Zapatero que ha pervertido la democracia y la ha llevado hasta el borde del abismo.
¿Qué haremos en marzo de 2008? ¿Sustituir a Zapatero por Rajoy? ¿Por qué no afrontamos el núcleo del problema y forzamos a los políticos a que nos devuelvan la democracia que han secuestrado? ¿Por qué no recuperamos los ciudadanos el poder que el sistema nos otorga y que los políticos nos han arrebatado? ¿Por qué no sometemos la política al control de la ciudadanía, como exige la democracia?
El Voto en Blanco es el camino. No hay otro, aunque nos cueste trabajo asumirlo. Votar a un partido político es alimentar el problema porque el mayor obstáculo para la regeneración de la democracia es hoy la partitocracia.
Como dice Saramago, hay que darle un susto a la política corrupta e ineficiente que nos domina y a esos polítiicos profesionales que se han atrincherado en el privilegio y la ventaja. No existe otra manera de darle un susto a la corrupción y al abuso que con el Voto en Blanco.
A ellos (los políticos) sólo les interesa ganar y permanecer en el poder. Ahora el PSOE y el PP, sólo para ganar las elecciones, pretenden dar un "giro hacia el centro", ignorando que lo que deben dar es un giro hacia la decencia. Todos los partidos adaptan sus estrategias para obtener la victoria, pero no se regeneran y siguen siendo lo que son: implacables estructuras de poder y de dominio únicamente interesadas en controlar y beneficiarse der los recursos del Estado.
Aunque sea duro admitirlo, la primera verdad que debe asumir hoy un auténtico demócrata es que los partidos políticos son el principal obstáculo para la regeneración de la democracia y de la vida política.
Apliquemos dos axiomas infalibles en democracia: el primero dice que "la política es demasiado importante para dejarla en manos de los políticos", y el segundo dice que "todos los problemas de la democracia se resuelven con más democracia".
El Voto en Blanco masivo es la única terapia, el antivirus drástico que necesita este sistema enfermo.
Reproduzco a continuación unas palabras del premio nobel portugués José Saramago, que apoyan esta reflexión: "El sistema democrático -entre comillas- tiene una bomba, y la bomba es el voto en blanco. Un cambio democrático puede nacer del uso conciente, muy conciente, del voto en blanco. Eso sería darle un susto, un susto tremendo al sistema electoral. A mi me gustaría que la ciudadanía le diera un susto muy fuerte a la clase política con el voto en blanco. Así se tenga el 80 por ciento de abstención, el sistema seguirá funcionando, pero qué ocurriría, ¿qué haría un gobierno si se encuentra con un 80 por ciento de votos en blanco?"
El sentido común y la experiencia demuestran que votar a la derecha para castigar a la izquierda o a la izquierda para castigar a la derecha no es la solución. Fijaos lo que ocurrió cuando expulsamos a Felipe González de la Moncloa: sustituimos a un gobierno corrupto y gastado por uno arrogante. ¿Que hemos conseguido expulsando a Aznar de la Moncloa? Poner en su lugar a un inquietante y peligroso Zapatero que ha pervertido la democracia y la ha llevado hasta el borde del abismo.
¿Qué haremos en marzo de 2008? ¿Sustituir a Zapatero por Rajoy? ¿Por qué no afrontamos el núcleo del problema y forzamos a los políticos a que nos devuelvan la democracia que han secuestrado? ¿Por qué no recuperamos los ciudadanos el poder que el sistema nos otorga y que los políticos nos han arrebatado? ¿Por qué no sometemos la política al control de la ciudadanía, como exige la democracia?
El Voto en Blanco es el camino. No hay otro, aunque nos cueste trabajo asumirlo. Votar a un partido político es alimentar el problema porque el mayor obstáculo para la regeneración de la democracia es hoy la partitocracia.
Como dice Saramago, hay que darle un susto a la política corrupta e ineficiente que nos domina y a esos polítiicos profesionales que se han atrincherado en el privilegio y la ventaja. No existe otra manera de darle un susto a la corrupción y al abuso que con el Voto en Blanco.
A ellos (los políticos) sólo les interesa ganar y permanecer en el poder. Ahora el PSOE y el PP, sólo para ganar las elecciones, pretenden dar un "giro hacia el centro", ignorando que lo que deben dar es un giro hacia la decencia. Todos los partidos adaptan sus estrategias para obtener la victoria, pero no se regeneran y siguen siendo lo que son: implacables estructuras de poder y de dominio únicamente interesadas en controlar y beneficiarse der los recursos del Estado.
Aunque sea duro admitirlo, la primera verdad que debe asumir hoy un auténtico demócrata es que los partidos políticos son el principal obstáculo para la regeneración de la democracia y de la vida política.
Apliquemos dos axiomas infalibles en democracia: el primero dice que "la política es demasiado importante para dejarla en manos de los políticos", y el segundo dice que "todos los problemas de la democracia se resuelven con más democracia".
El Voto en Blanco masivo es la única terapia, el antivirus drástico que necesita este sistema enfermo.
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