Los ciudadanos españoles necesitamos ser conscientes de que el artículo 35 (vigente) de los Derechos del Hombre y del ciudadano, dice:
“Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo, la insurrección es, para el pueblo y para cada una de sus porciones, el más sagrado de los derechos y el más indispensable de los deberes”.
El derecho a rebelarnos contra gobiernos corruptos e indecentes que ponen en peligro la nación está admitido en el derecho internacional y está también recogido en numerosas constituciones. Los españoles de bien, incluyendo a los catalanes que aman a España, tienen derecho a oponerse, de manera pacífica pero contundente, a los gobiernos y partidos que nos colocan al borde de la ruina y el fracaso como pueblo.
La abierta hostilidad del bando golpista catalán y la incapacidad del gobierno de Pedro Sánchez para defender la nación nos habilitan para actuar y ser protagonistas de la salvación nacional.
Muchos caminos de acción se abren ante un pueblo indignado y cargado de razón como el español, pero el primero de todos es aprovechar que las urnas van a abrirse pronto para elegir un gobierno capaz de actuar con la contundencia y rigor que la situación hostil exige.
Votemos con inteligencia y coraje el 10 de noviembre y elevemos hasta el poder a personas decentes, íntegras y valerosas, que amen a España y que estén dispuestas al servicio, la entrega y el sacrificio.
No podemos seguir encumbrando a cobardes y ególatras que siempre consienten y retroceden para no poner en peligro su poder y sus privilegios. Su cobardía será, tarde o temprano, nuestra tumba y la de España.
Quizás, como afirman numerosos especialistas, ya ni siquiera nos sea útil el artículo 155 porque la situación es tan grave que demanda detenciones y la declaración de un estado de excepción y peligro inminente.
Francisco Rubiales
“Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo, la insurrección es, para el pueblo y para cada una de sus porciones, el más sagrado de los derechos y el más indispensable de los deberes”.
El derecho a rebelarnos contra gobiernos corruptos e indecentes que ponen en peligro la nación está admitido en el derecho internacional y está también recogido en numerosas constituciones. Los españoles de bien, incluyendo a los catalanes que aman a España, tienen derecho a oponerse, de manera pacífica pero contundente, a los gobiernos y partidos que nos colocan al borde de la ruina y el fracaso como pueblo.
La abierta hostilidad del bando golpista catalán y la incapacidad del gobierno de Pedro Sánchez para defender la nación nos habilitan para actuar y ser protagonistas de la salvación nacional.
Muchos caminos de acción se abren ante un pueblo indignado y cargado de razón como el español, pero el primero de todos es aprovechar que las urnas van a abrirse pronto para elegir un gobierno capaz de actuar con la contundencia y rigor que la situación hostil exige.
Votemos con inteligencia y coraje el 10 de noviembre y elevemos hasta el poder a personas decentes, íntegras y valerosas, que amen a España y que estén dispuestas al servicio, la entrega y el sacrificio.
No podemos seguir encumbrando a cobardes y ególatras que siempre consienten y retroceden para no poner en peligro su poder y sus privilegios. Su cobardía será, tarde o temprano, nuestra tumba y la de España.
Quizás, como afirman numerosos especialistas, ya ni siquiera nos sea útil el artículo 155 porque la situación es tan grave que demanda detenciones y la declaración de un estado de excepción y peligro inminente.
Francisco Rubiales
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