Un niño necesitaba 100 € y rezaba todos los días para que alguien se los regalara.
Nadie le regaló nada y decidió entonces escribir una CARTA A DIOS, pidiendo los 100 €, y la mandó por correo.
Cuando el Jefe de Correos vio a quién estaba dirigida la carta, la abrió, la leyó y decidió enviarla a La Moncloa, a la atención del presidente del Gobierno.
Al recibirse la carta, el presidente y sus asesores quedaron gratamente impresionados, y se cursaron órdenes a la Secretaría de Presidencia para enviarle al niño 10 €, pensando que como era un niño pequeño, esa cifra significaría una gran cantidad.
El niño, feliz con los 10 € recibidos, se sentó rápidamente a escribir una carta de agradecimiento a Dios, en la que decía:
"Gracias, querido Dios, por mandar el dinero. Sin embargo, por alguna razón que no me explico, lo mandaste a través de Presidencia de Gobierno y, como era de esperar, estos corruptos cabrones me robaron 90 €. Seguro que pensaron que era la parte legal de su comisión. Ni la correspondencia de Dios respetan estos mamarrachos...
Como verán, es un cuento español didáctico, fascinante y actual.
Francisco Rubiales
Nadie le regaló nada y decidió entonces escribir una CARTA A DIOS, pidiendo los 100 €, y la mandó por correo.
Cuando el Jefe de Correos vio a quién estaba dirigida la carta, la abrió, la leyó y decidió enviarla a La Moncloa, a la atención del presidente del Gobierno.
Al recibirse la carta, el presidente y sus asesores quedaron gratamente impresionados, y se cursaron órdenes a la Secretaría de Presidencia para enviarle al niño 10 €, pensando que como era un niño pequeño, esa cifra significaría una gran cantidad.
El niño, feliz con los 10 € recibidos, se sentó rápidamente a escribir una carta de agradecimiento a Dios, en la que decía:
"Gracias, querido Dios, por mandar el dinero. Sin embargo, por alguna razón que no me explico, lo mandaste a través de Presidencia de Gobierno y, como era de esperar, estos corruptos cabrones me robaron 90 €. Seguro que pensaron que era la parte legal de su comisión. Ni la correspondencia de Dios respetan estos mamarrachos...
Como verán, es un cuento español didáctico, fascinante y actual.
Francisco Rubiales
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