Muchos españoles tenemos claros que Pedro Sánchez es un tipo peligroso y letal al que es necesario parar porque si se le deja culminar su trabajo, nos puede llevar a todos hasta el fracaso y el matadero. El diagnóstico parece duro, pero es tan real como la vida misma. Cuando alguien tiene ambición a raudales, nulos escrúpulos y una ideología presidida por "el fin justifica los medios", es como una bomba de relojería.
En enero 2016 publiqué en Voto en blanco un artículo titulado "¿Es Pedro Sanchez mas tonto que Zapatero?", que se convirtió en uno de los de mayor éxito del año, con casi medio millón de lecturas. El artículo era también una encuesta disimulada sobre la imagen de Pedro Sánchez, que obtuvo numerosas opiniones. La mayoría pensaba que el socialista es más un malvado que un tonto y otros también lo consideran un peligroso y ambicioso irresponsable.
El artículo expresaba que "cada día son mas los que creen que Pedro es un tonto con ambición, un cóctel verdaderamente letal que entraña mucho peligro y que sería terrible que llegara a la Moncloa".
Su obsesión por un "gobierno de progreso" no es otra cosa que el fruto de su ambición por gobernar y su criterio de que cualquier camino es bueno para conseguir el gobierno. Es un típico totalitario, de esos que carecen de escrúpulos porque "el fin justifica los medios".
Un comentarista del blog decía que "Pedro Sánchez es un disfraz del diablo y puedo demostrarlo porque carece de otro sentimiento que no sea la ambición".
En uno de los comentarios, Vanlop decía: "El personaje, no hace más daño porque no tiene poder" y sugería que si alguna vez lo llegara a tener, sus estragos serían mortales.
Personalmente creo que ni él ni Zapatero son tontos, aunque sí mediocres, irresponsables y víctimas de una ideología perversa que envilece al ser humano y que puede considerarse como la peor plaga de la Humanidad, un totalitarismo disfrazado de "Progreso" que, según ha demostrado a lo largo y ancho de la Historia, cuando alcanza el poder, enloquece, aplasta a los ciudadanos, suprime las libertades y reprime y hasta asesina en ocasiones a los que tienen la "osadía" de oponerse a su dictadura popular y estatal.
Progresar no es agrandar el Estado y gobernar sin controles, con fuerza invulnerable y con poder suficiente para aplastar los derechos, las libertades y la ciudadanía. Eso es totalitarismo vulgar y asesino. El verdadero progreso es avanzar en democracia, libertad, justicia y en limpieza, no construir un gobierno socialista-comunista dominado por la oscuridad, con una Justicia sólo al servicio del Estado y el predominio absoluto de las élites políticas sobre el ciudadano. La obsesión por el poder de Pedro Sánchez puede ser para España una desgracia superior a lo que representaron Zapatero y Rajoy. Los que creían que la política española había alcanzado el fondo de la bajeza y el fracaso y que no podía ya empeorar, se equivocan porque la alianza de Pedro, Pablo y sus golpistas catalanes y adoradores vascos de ETA ha creado un gobierno peor que el de sus ineptos y fracasados predecesores, el cual, con un poco de mala suerte, podría ser el último de la actual España democrática..
Un medio como Hispanidad, recogiendo críticas múltiples que circulaban por toda la nación, afirmaba que "el mayor problema es el montaraz, cristófobo y ambicioso Pedro Sánchez. Su mala uva y su ambición es de tal calibre que nos lleva directamente a la guerra civil. Su alianza con comunistas, neocomunistas, independentistas, antisistemas y chiflados del más diverso pelaje lleva a España al precipicio".
Francisco Rubiales
En enero 2016 publiqué en Voto en blanco un artículo titulado "¿Es Pedro Sanchez mas tonto que Zapatero?", que se convirtió en uno de los de mayor éxito del año, con casi medio millón de lecturas. El artículo era también una encuesta disimulada sobre la imagen de Pedro Sánchez, que obtuvo numerosas opiniones. La mayoría pensaba que el socialista es más un malvado que un tonto y otros también lo consideran un peligroso y ambicioso irresponsable.
El artículo expresaba que "cada día son mas los que creen que Pedro es un tonto con ambición, un cóctel verdaderamente letal que entraña mucho peligro y que sería terrible que llegara a la Moncloa".
Su obsesión por un "gobierno de progreso" no es otra cosa que el fruto de su ambición por gobernar y su criterio de que cualquier camino es bueno para conseguir el gobierno. Es un típico totalitario, de esos que carecen de escrúpulos porque "el fin justifica los medios".
Un comentarista del blog decía que "Pedro Sánchez es un disfraz del diablo y puedo demostrarlo porque carece de otro sentimiento que no sea la ambición".
En uno de los comentarios, Vanlop decía: "El personaje, no hace más daño porque no tiene poder" y sugería que si alguna vez lo llegara a tener, sus estragos serían mortales.
Personalmente creo que ni él ni Zapatero son tontos, aunque sí mediocres, irresponsables y víctimas de una ideología perversa que envilece al ser humano y que puede considerarse como la peor plaga de la Humanidad, un totalitarismo disfrazado de "Progreso" que, según ha demostrado a lo largo y ancho de la Historia, cuando alcanza el poder, enloquece, aplasta a los ciudadanos, suprime las libertades y reprime y hasta asesina en ocasiones a los que tienen la "osadía" de oponerse a su dictadura popular y estatal.
Progresar no es agrandar el Estado y gobernar sin controles, con fuerza invulnerable y con poder suficiente para aplastar los derechos, las libertades y la ciudadanía. Eso es totalitarismo vulgar y asesino. El verdadero progreso es avanzar en democracia, libertad, justicia y en limpieza, no construir un gobierno socialista-comunista dominado por la oscuridad, con una Justicia sólo al servicio del Estado y el predominio absoluto de las élites políticas sobre el ciudadano. La obsesión por el poder de Pedro Sánchez puede ser para España una desgracia superior a lo que representaron Zapatero y Rajoy. Los que creían que la política española había alcanzado el fondo de la bajeza y el fracaso y que no podía ya empeorar, se equivocan porque la alianza de Pedro, Pablo y sus golpistas catalanes y adoradores vascos de ETA ha creado un gobierno peor que el de sus ineptos y fracasados predecesores, el cual, con un poco de mala suerte, podría ser el último de la actual España democrática..
Un medio como Hispanidad, recogiendo críticas múltiples que circulaban por toda la nación, afirmaba que "el mayor problema es el montaraz, cristófobo y ambicioso Pedro Sánchez. Su mala uva y su ambición es de tal calibre que nos lleva directamente a la guerra civil. Su alianza con comunistas, neocomunistas, independentistas, antisistemas y chiflados del más diverso pelaje lleva a España al precipicio".
Francisco Rubiales
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