Feijóo pide disculpas a las víctimas de ETA tras haber aprobado «por error» reducir penas a etarras. El PP no ha estado a la altura y ha aprobado, como un imbécil, la enmienda encubierta colada por el gobierno, gracias a la cual una manada de asesinos se librará de muchos años de cárcel.
Ahora, cuando ya es tarde, el PP y VOX, avergonzados tras hacer el ridículo, piden perdón.
Las víctimas del terrorismo están indignadas y los españoles decentes más todavía, tras comprobar que son gobernados por trileros tramposos e inmorales y por una oposición torpe e incapaz de descubrir las maldades y trucos de la izquierda.
El indulto encubierto de los peores asesinos de la España moderna debería llenar de vergüenza al gobierno, pero ocurre todo lo contrario. Los corruptos en el poder lo consideran un triunfo sobre una oposición que no supo descubrir la argucia o la triquiñuela de los socialistas y comunistas, gente que entiende la democracia como si fuera una guerra sucia, en la que todo vale y lo único importante es liquidar al adversario.
Contar con gente así en el poder es una inconmensurable desgracia para una nación como España.
Entre los indultados con ignominia y engaño se encuentra Francisco Javier García Gaztelu, más conocido como Txapote, que fue quien apretó el gatillo contra Miguel Ángel Blanco, el peor de los asesinos de ETA y todo un símbolo de maldad sanguinaria en la España actual.
Para vergüenza de los españoles, la reforma legal que libera a la manada de asesinos etarras fue votada por unanimidad en el Congreso, sin que ni un sólo partido se opusiera a esa ignominia oculta.
Lo ocurrido denota dos cosas: la más grave es que los que gobiernan son infames y la más triste es que la oposición no hace su trabajo, que es por lo menos leer y analizar los textos que vota.
España amanece hoy asqueada ante lo ocurrido y lo más triste es que los que gobiernan, corruptos y ajenos a la democracia, se frotan las manos por haber engañado a la oposición liberando asesinos.
Pobre España.
Francisco Rubiales
Ahora, cuando ya es tarde, el PP y VOX, avergonzados tras hacer el ridículo, piden perdón.
Las víctimas del terrorismo están indignadas y los españoles decentes más todavía, tras comprobar que son gobernados por trileros tramposos e inmorales y por una oposición torpe e incapaz de descubrir las maldades y trucos de la izquierda.
El indulto encubierto de los peores asesinos de la España moderna debería llenar de vergüenza al gobierno, pero ocurre todo lo contrario. Los corruptos en el poder lo consideran un triunfo sobre una oposición que no supo descubrir la argucia o la triquiñuela de los socialistas y comunistas, gente que entiende la democracia como si fuera una guerra sucia, en la que todo vale y lo único importante es liquidar al adversario.
Contar con gente así en el poder es una inconmensurable desgracia para una nación como España.
Entre los indultados con ignominia y engaño se encuentra Francisco Javier García Gaztelu, más conocido como Txapote, que fue quien apretó el gatillo contra Miguel Ángel Blanco, el peor de los asesinos de ETA y todo un símbolo de maldad sanguinaria en la España actual.
Para vergüenza de los españoles, la reforma legal que libera a la manada de asesinos etarras fue votada por unanimidad en el Congreso, sin que ni un sólo partido se opusiera a esa ignominia oculta.
Lo ocurrido denota dos cosas: la más grave es que los que gobiernan son infames y la más triste es que la oposición no hace su trabajo, que es por lo menos leer y analizar los textos que vota.
España amanece hoy asqueada ante lo ocurrido y lo más triste es que los que gobiernan, corruptos y ajenos a la democracia, se frotan las manos por haber engañado a la oposición liberando asesinos.
Pobre España.
Francisco Rubiales
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