Lo acontecido en Italia, donde una encuesta ha revelado que uno de cada tres diputados del Congreso se droga, aconseja que las democracias, por razones de seguridad y de salud pública, sometan a sus políticos a controles obligatorios antidoping y antialcoholemia.
Esos controles, que ya se practican a deportistas y conductores en casi todo el mundo, son más necesarios en el caso de los políticos ya que sus altas responsabilidades, su elevado poder y sus delicadas funciones, que afectan a la colectividad, requieren lucidez y plenitud de facultades fícas y mentales.
Es mucho más peligroso un político drogado al frente de un ministerio, un ayuntamiento o generando leyes en el Parlamento que un ciclista dopado o un conductor borracho.
Hemos interrogado a un exmiembro del Congreso Español sobre si el caso de Italia puede extrapolarse a España y nos ha respondido que él cree que el consumo de drogas es inferior en España, pero no así el de alcohol. "He asistido a algunas sesiones vespertinas en las que el exceso de alcohol tenía una presencia demasiado evidente y vergonzosa en el hemiciclo", afirmó.
En Italia, las autoridades han prohibido que el programa "Le Iene", de la primera cadena, difunda los escandalosos resultados de la encuesta, que han provocado reacciones apasionadas entre los ciudadanos y los mismos políticos.
Algunos políticos, entre ellos los representantes en la Cámara de los radicales y democristianos, han aceptado allí la conveniencia de establecer algún tipo de control antidroga a los representantes del pueblo, por razones de seguridad y de salubridad pública, controles que, en su opinión, estarían más justificados que los de ciclistas, atletas y conductores.
La censura del programa de televisión que iba a difundir los resultados de la encuesta también ha provocado reacciones muy enfrentadas en la política italiana. conden. Algunos han dicho que la censura se debe al excesivo poder acumulado por los políticos y que ese exceso de poder es el que tal vez impida que se apruebe una "ley antidopaje" para la política, evidentemente necesaria.
Esos controles, que ya se practican a deportistas y conductores en casi todo el mundo, son más necesarios en el caso de los políticos ya que sus altas responsabilidades, su elevado poder y sus delicadas funciones, que afectan a la colectividad, requieren lucidez y plenitud de facultades fícas y mentales.
Es mucho más peligroso un político drogado al frente de un ministerio, un ayuntamiento o generando leyes en el Parlamento que un ciclista dopado o un conductor borracho.
Hemos interrogado a un exmiembro del Congreso Español sobre si el caso de Italia puede extrapolarse a España y nos ha respondido que él cree que el consumo de drogas es inferior en España, pero no así el de alcohol. "He asistido a algunas sesiones vespertinas en las que el exceso de alcohol tenía una presencia demasiado evidente y vergonzosa en el hemiciclo", afirmó.
En Italia, las autoridades han prohibido que el programa "Le Iene", de la primera cadena, difunda los escandalosos resultados de la encuesta, que han provocado reacciones apasionadas entre los ciudadanos y los mismos políticos.
Algunos políticos, entre ellos los representantes en la Cámara de los radicales y democristianos, han aceptado allí la conveniencia de establecer algún tipo de control antidroga a los representantes del pueblo, por razones de seguridad y de salubridad pública, controles que, en su opinión, estarían más justificados que los de ciclistas, atletas y conductores.
La censura del programa de televisión que iba a difundir los resultados de la encuesta también ha provocado reacciones muy enfrentadas en la política italiana. conden. Algunos han dicho que la censura se debe al excesivo poder acumulado por los políticos y que ese exceso de poder es el que tal vez impida que se apruebe una "ley antidopaje" para la política, evidentemente necesaria.