Ante decenas de miles de personas, el papa Benedicto XVI ha reconocido que los colonizadores de América provocaron sufrimientos e injusticias a los pueblos originarios. Días atrás, en su primera visita a Latinoamérica, había dicho que la llegada del cristianismo al continente no había sido una “imposición de una cultura extranjerra” ni había alienado a las culturas de la región.
El papa modificaba así lo que dijo el 13 de mayo pasado en la localidad brasilera de Aparecida, en su primer viaje a Latinoamérica. Durante la inauguración de la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM), el Pontífice afirmó que la llegada del cristianismo a Latinoamérica no había sido a "imposición de una cultura extranjera" ni había acarreado la "alienación de las culturas precolombinas".
Contra esta visión, se levantaron, durante las últimas semanas, las comunidades indígenas del continente y algunos jefes de Estado, como el venezolano Hugo Chávez y el boliviano Evo Morales.
Pero, al rectificar, el papa dijo que las injusticias cometidas no deben arrinconar lo que "Dios cumplió" en el continente latinoamericano, afirmación que introdujo cierta confusión en la autocrítica.
Durante su estadía en Brasil, la máxima autoridad de la Iglesia Católica mostró su preocupación por la "fuga de fieles" instando a crear estrategias para frenar ese proceso, al tiempo que expresó que "hay motivos de preocupación ante formas de gobierno autoritarias o sujetas a ciertas ideologías que se creían superadas".
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, exigió al papa Ratzinger que se disculpara por haber afirmado que la iglesia había purificado a los indios y que volver a sus religiones originales sería un retroceso.
"Como jefe de Estado le ruego a Su Santidad que se disculpe. No entiendo cómo puede afirmar que la evangelización no fue impuesta, si llegaron aquí con arcabuces y entraron a sangre, plomo y fuego. Aún están calientes los huesos de los mártires indígenas en estas tierras", dijo el presidente venezolano.
"Aquí con Colón no llegó Cristo, llegó el Anticristo. El holocausto indígena fue peor que el Holocausto de la II Guerra Mundial y ni el Papa ni nadie puede negarlo", añadió Chávez.
Muchos expertos y vaticanólogos están sorprendidos de las afirmaciones del pontífice, las cuales constituyen un claro error, tan innecesario como inexplicable en una persona de su solvencia intelectual.
El papa modificaba así lo que dijo el 13 de mayo pasado en la localidad brasilera de Aparecida, en su primer viaje a Latinoamérica. Durante la inauguración de la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM), el Pontífice afirmó que la llegada del cristianismo a Latinoamérica no había sido a "imposición de una cultura extranjera" ni había acarreado la "alienación de las culturas precolombinas".
Contra esta visión, se levantaron, durante las últimas semanas, las comunidades indígenas del continente y algunos jefes de Estado, como el venezolano Hugo Chávez y el boliviano Evo Morales.
Pero, al rectificar, el papa dijo que las injusticias cometidas no deben arrinconar lo que "Dios cumplió" en el continente latinoamericano, afirmación que introdujo cierta confusión en la autocrítica.
Durante su estadía en Brasil, la máxima autoridad de la Iglesia Católica mostró su preocupación por la "fuga de fieles" instando a crear estrategias para frenar ese proceso, al tiempo que expresó que "hay motivos de preocupación ante formas de gobierno autoritarias o sujetas a ciertas ideologías que se creían superadas".
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, exigió al papa Ratzinger que se disculpara por haber afirmado que la iglesia había purificado a los indios y que volver a sus religiones originales sería un retroceso.
"Como jefe de Estado le ruego a Su Santidad que se disculpe. No entiendo cómo puede afirmar que la evangelización no fue impuesta, si llegaron aquí con arcabuces y entraron a sangre, plomo y fuego. Aún están calientes los huesos de los mártires indígenas en estas tierras", dijo el presidente venezolano.
"Aquí con Colón no llegó Cristo, llegó el Anticristo. El holocausto indígena fue peor que el Holocausto de la II Guerra Mundial y ni el Papa ni nadie puede negarlo", añadió Chávez.
Muchos expertos y vaticanólogos están sorprendidos de las afirmaciones del pontífice, las cuales constituyen un claro error, tan innecesario como inexplicable en una persona de su solvencia intelectual.
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