El gobierno, con sus dudas, balbuceos, mentiras, atrasos y cambios de criterios, no genera confianza y siembra el país de temores y desasosiego. Cada día son más los españoles que ven venir la crisis del coronavirus sin fe en sus dirigentes y seguros de que la inteligencia y la sensatez están ausentes en los palacios del poder.
Las medidas drásticas que España necesita con urgencia todavía no han llegado, a pesar de que se están pidiendo a gritos desde hace más de dos semanas. Han llegado miles de vuelos de países altamente infectados sin filtro alguno y nadie ha dicho que las concentraciones son peligrosas porque facilitan el contagio. Estos idiotas solo decían que la sanidad española es buena y está preparada. Desde luego, mucho más preparada que el gobierno si lo está, sin la menor duda. Esos retrasos y la impericia de los que gobiernan han convirtiendo a Madrid, la comunidad más próspera y pujante de España, en un enorme hospital desbordado. Y lo peor de todo es que algunos mediocres sectarios y resentidos se alegran porque en Madrid "gobierna el PP". No pueden ser más estúpidos y peligrosos y hace semanas que tenían que haber dimitido por ineptos y sustituidos por un gobierno de cabezas decentes y pensantes, única respuesta lógica a la crisis que se nos viene encima.
Italia nos marca el camino de la lucha, pero éstos ni se enteran y siguen pensando en votos, partidos y otras sandeces, cuando lo único importante es la vida. Fernando Simón, el rostro del coronavirus, ya está quemado y su credibilidad es la de un polichinela. El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, designado por el Gobierno para dar la cara ante los españoles por el coronavirus, ha incendiado las redes sociales al hacerse viral un vídeo en el que se ríe durante la rueda de prensa ofrecida ante los medios, el miércoles. Reírse a carcajadas cuando la gente está muriendo y se esconde en sus hogares, asustada, es una torpeza indecente. Los usuarios se quejan y piden su dimisión inmediata. «Penoso e increíble. Imagina cómo sienten las personas cuyos seres queridos están en peligro o ya muertos”, se quejan los usuarios.
Italia y el resto de Europa afrontan la crisis bajando impuestos, pero los energúmenos del socialcomunismo gobernante en España siguen pensando en subirlos, sin preguntarse quién los va a pagar cuando sobre el horizonte planean fantasmas aterradores como los de empresas cerradas, trabajadores en desempleo forzoso y una terrorífica sensación de abandono, peligro y desprotección. Los muy insensatos dicen que el gobierno lo va a pagar todo, pero ¿de donde sacarán el dinero?
La batalla de la confianza en el sistema sanitario ya la ha perdido el gobierno. la gente no se cree lo que le dicen y teme que la sanidad española esté menos preparada de lo que afirman los políticos y que cuando les llegue la enfermedad quizás no tengan camas en los centros sanitarios saturados. También están derrotados en el frente alimentario, por falta de previsión. La imagen de los supermercados con los estantes vacíos es sobrecogedora y está provocando un pánico absurdo que podría haberse evitado. El tercer frente, el económico, es un caos. El gobierno carece de un plan de choque contra la crisis y se niega a admitir que todos sus planes se los ha llevado por delante el coronavirus. Siguen hablando de subidas de impuestos, de salarios y de reformas laborales, mientras el resto del mundo sensato los baja y flexibiliza las contrataciones. Desde los centros decisorios de la economía mundial se le pide a España que no suprima las reformas laborales existentes, pero estos torpucios siguen con su viejo programa de lanzar medidas electoralistas desde el poder y gobernar a base de buenismo, slóganes y twitters.
Cuando España necesita estadistas y personas solventes, tenemos un gobierno de cajeras, resentidos y estrategas expertos en comprar votos y votantes. Cuando hay que derrotar a la muerte, estos imbéciles solo piensan en debilitar a la oposición y estigmatizar a VOX. Cuando España debe luchar unida por su futuro, Sanchez y sus huestes sólo piensan en el futuro de ellos.
¡¡¡Porca miseria!!!, dicen los italianos cuando las desgracias les llueven. En España deberíamos gritar mejor "Que Dios nos salve" (del coronavirus y de los que nos gobiernan con el trasero).
Francisco Rubiales
Las medidas drásticas que España necesita con urgencia todavía no han llegado, a pesar de que se están pidiendo a gritos desde hace más de dos semanas. Han llegado miles de vuelos de países altamente infectados sin filtro alguno y nadie ha dicho que las concentraciones son peligrosas porque facilitan el contagio. Estos idiotas solo decían que la sanidad española es buena y está preparada. Desde luego, mucho más preparada que el gobierno si lo está, sin la menor duda. Esos retrasos y la impericia de los que gobiernan han convirtiendo a Madrid, la comunidad más próspera y pujante de España, en un enorme hospital desbordado. Y lo peor de todo es que algunos mediocres sectarios y resentidos se alegran porque en Madrid "gobierna el PP". No pueden ser más estúpidos y peligrosos y hace semanas que tenían que haber dimitido por ineptos y sustituidos por un gobierno de cabezas decentes y pensantes, única respuesta lógica a la crisis que se nos viene encima.
Italia nos marca el camino de la lucha, pero éstos ni se enteran y siguen pensando en votos, partidos y otras sandeces, cuando lo único importante es la vida. Fernando Simón, el rostro del coronavirus, ya está quemado y su credibilidad es la de un polichinela. El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, designado por el Gobierno para dar la cara ante los españoles por el coronavirus, ha incendiado las redes sociales al hacerse viral un vídeo en el que se ríe durante la rueda de prensa ofrecida ante los medios, el miércoles. Reírse a carcajadas cuando la gente está muriendo y se esconde en sus hogares, asustada, es una torpeza indecente. Los usuarios se quejan y piden su dimisión inmediata. «Penoso e increíble. Imagina cómo sienten las personas cuyos seres queridos están en peligro o ya muertos”, se quejan los usuarios.
Italia y el resto de Europa afrontan la crisis bajando impuestos, pero los energúmenos del socialcomunismo gobernante en España siguen pensando en subirlos, sin preguntarse quién los va a pagar cuando sobre el horizonte planean fantasmas aterradores como los de empresas cerradas, trabajadores en desempleo forzoso y una terrorífica sensación de abandono, peligro y desprotección. Los muy insensatos dicen que el gobierno lo va a pagar todo, pero ¿de donde sacarán el dinero?
La batalla de la confianza en el sistema sanitario ya la ha perdido el gobierno. la gente no se cree lo que le dicen y teme que la sanidad española esté menos preparada de lo que afirman los políticos y que cuando les llegue la enfermedad quizás no tengan camas en los centros sanitarios saturados. También están derrotados en el frente alimentario, por falta de previsión. La imagen de los supermercados con los estantes vacíos es sobrecogedora y está provocando un pánico absurdo que podría haberse evitado. El tercer frente, el económico, es un caos. El gobierno carece de un plan de choque contra la crisis y se niega a admitir que todos sus planes se los ha llevado por delante el coronavirus. Siguen hablando de subidas de impuestos, de salarios y de reformas laborales, mientras el resto del mundo sensato los baja y flexibiliza las contrataciones. Desde los centros decisorios de la economía mundial se le pide a España que no suprima las reformas laborales existentes, pero estos torpucios siguen con su viejo programa de lanzar medidas electoralistas desde el poder y gobernar a base de buenismo, slóganes y twitters.
Cuando España necesita estadistas y personas solventes, tenemos un gobierno de cajeras, resentidos y estrategas expertos en comprar votos y votantes. Cuando hay que derrotar a la muerte, estos imbéciles solo piensan en debilitar a la oposición y estigmatizar a VOX. Cuando España debe luchar unida por su futuro, Sanchez y sus huestes sólo piensan en el futuro de ellos.
¡¡¡Porca miseria!!!, dicen los italianos cuando las desgracias les llueven. En España deberíamos gritar mejor "Que Dios nos salve" (del coronavirus y de los que nos gobiernan con el trasero).
Francisco Rubiales
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