El Salvador, bajo el mandato de Bukele, ha pasado de ser uno de los países más inseguros del planeta a ser el más seguro del hemisferio occidental. Gracias a Bukele, el país renace y se convierte en ejemplo y modelo para el resto del mundo, aunque muchos gobiernos corruptos y fracasados llamen a Bukele "fascista" y violador de derechos huanos.
Afirma el presidente de El Salvador que el primer deber de un gobierno es hacer felices a sus ciudadanos, un deber que pocos cumplen porque anteponen sus intereses al bien común.
El ejemplo viviente de Bukele demuestra que si el mundo está cayendo en el abismo de la decadencia y la degradación es porque sus gobiernos incumplen con su deber y eliminan libertades y derechos en lugar de hacerlos crecer y asegurarlos.
Es un hecho constatado que el pequeño país centroamericano se convierte en paraíso para vivir mientras la vida se convierte en suplicio y se llena de inseguridad y miedo en países gobernados por miserables, como México, España, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Estados Unidos y muchos otros, donde proliferan los mafiosos y criminales y donde la clase política compite con las mafias robando y maltratando a la ciudadanía.
Hemos ilustrado este artículo con un video del discurso memorable de Bukele ante la Asamblea General de la ONU. Dura sólo 12 minutos, pero encierra toda la receta que el mundo necesita para salir de la letrina en la que los políticos lo han arrojado. Visionelo y medite sobre la gran vergüenza que representa para la Humanidad dejarse gobernar por canallas y delincuentes, que centran su esfuerzo no en hacer felices a sus ciudadanos, sino en pactar con las mafias, enriquecerse y disfrutar del poder, el lujo, los privilegios y el vicio.
Dice Bukele, con razón, que hoy el mundo libre ya no es libre y que la decadencia está acelerando su velocidad de manera espectacular, al mismo tiempo que ofrece el ejemplo de su labor en el Salvador para salvar al mundo de la invasión de los canallas.
La realidad que describe Bukele en su discurso es tan espeluznante como veraz: hundimiento de la libertad de expresión, arresto de ciudadanos por compartir informaciones publicadas en las plataformas, represión para los que dicen la verdad y un largo etcétera de monstruosidades de las que sólo son culpables los gobiernos.
Su frase "No se puede ganar el respeto del pueblo sin respetar al pueblo" debería ser escuchada y meditada cien veces al día por mentirosos sátrapas sádicos y psicópatas que gobiernan países que en teoría forman parte del bloque de la libertad, como España, Rusia, México, Brasil, y otros muchos.
Como afirma Bukele, ante el silencio sobrecogedor del gran salón de sesiones de la ONU, "Estamos ante una nueva era oscura de la Humanidad".
Francisco Rubiales
Afirma el presidente de El Salvador que el primer deber de un gobierno es hacer felices a sus ciudadanos, un deber que pocos cumplen porque anteponen sus intereses al bien común.
El ejemplo viviente de Bukele demuestra que si el mundo está cayendo en el abismo de la decadencia y la degradación es porque sus gobiernos incumplen con su deber y eliminan libertades y derechos en lugar de hacerlos crecer y asegurarlos.
Es un hecho constatado que el pequeño país centroamericano se convierte en paraíso para vivir mientras la vida se convierte en suplicio y se llena de inseguridad y miedo en países gobernados por miserables, como México, España, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Estados Unidos y muchos otros, donde proliferan los mafiosos y criminales y donde la clase política compite con las mafias robando y maltratando a la ciudadanía.
Hemos ilustrado este artículo con un video del discurso memorable de Bukele ante la Asamblea General de la ONU. Dura sólo 12 minutos, pero encierra toda la receta que el mundo necesita para salir de la letrina en la que los políticos lo han arrojado. Visionelo y medite sobre la gran vergüenza que representa para la Humanidad dejarse gobernar por canallas y delincuentes, que centran su esfuerzo no en hacer felices a sus ciudadanos, sino en pactar con las mafias, enriquecerse y disfrutar del poder, el lujo, los privilegios y el vicio.
Dice Bukele, con razón, que hoy el mundo libre ya no es libre y que la decadencia está acelerando su velocidad de manera espectacular, al mismo tiempo que ofrece el ejemplo de su labor en el Salvador para salvar al mundo de la invasión de los canallas.
La realidad que describe Bukele en su discurso es tan espeluznante como veraz: hundimiento de la libertad de expresión, arresto de ciudadanos por compartir informaciones publicadas en las plataformas, represión para los que dicen la verdad y un largo etcétera de monstruosidades de las que sólo son culpables los gobiernos.
Su frase "No se puede ganar el respeto del pueblo sin respetar al pueblo" debería ser escuchada y meditada cien veces al día por mentirosos sátrapas sádicos y psicópatas que gobiernan países que en teoría forman parte del bloque de la libertad, como España, Rusia, México, Brasil, y otros muchos.
Como afirma Bukele, ante el silencio sobrecogedor del gran salón de sesiones de la ONU, "Estamos ante una nueva era oscura de la Humanidad".
Francisco Rubiales
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