Si la Guardia Civil no existiera, la lucha contra la delincuencia política en España seria muchos menos eficaz y segura. Las actuaciones de ese cuerpo como policía judicial están sirviendo para desmontar la sucia red delictiva que la clase política ha tejido en España, convirtiendo el país en una cloaca.
La Unidad Central Operativa (UCO), es el órgano central del servicio de Policía Judicial de la Guardia Civil de España, encargada de la investigación y persecución de la más graves formas de delincuencia y crimen organizado ya sea nacional o internacional, así como el apoyo a unidades territoriales de policía judicial que requieran apoyo.
La UCO ha demostrado estar blindada ante las poderosas influencias de los políticos y plenamente al servicio de los jueces, lo que constituye un rareza en esta España contaminada hasta el tuétano. Sus funciones concretas son investigar y perseguir, entre otras, las siguientes tipologías delictivas: Delitos económicos –incluidos los fraudes, la falsificación de moneda y los delitos graves de contrabando; Tráfico organizado de drogas; Blanqueo de capitales; Homicidios y secuestros; Delincuencia organizada; Delitos contra el Patrimonio Histórico; Delitos telemáticos; Delincuencia medioambiental -incluido el tráfico organizado de especies protegidas-; Delitos relacionados con el consumo y el tráfico ilícito de medicamentos; Tráfico de objetos preciosos; Tráfico organizado de armas, explosivos y sustancias peligrosas o nocivas; Tráfico ilícito de vehículos; Tráfico de seres humanos.
La UCO tiene 27 años de vida y en ese tiempo ha investigado al menos doscientos casos importantes, la mayoría de ellos con múltiples ramificaciones. Entre los más recientes figuran Acuamed y la Púnica.
Los expertos señalan a la UCO como la unidad más fiable y eficiente entre los cuerpos de seguridad y la más capacitada para resistir las enormes presiones e influencias que ejercen algunos partidos políticos españoles para impedir que sus actividades delictivas sean investigadas y que sus altos dirigentes resulten implicados. Esos mismos expertos señalan que el espíritu de independencia y lealtad a la nación reinan en la UCO, lo que convierte a sus miembros, bien preparados profesional y técnicamente, en una policía judicial fiable cuyo papel está siendo decisivo y lo será todavía más si por fin la Justicia española se decide a plantar cara abiertamente al delito político e institucional en esta España podrida.
Francisco Rubiales
La Unidad Central Operativa (UCO), es el órgano central del servicio de Policía Judicial de la Guardia Civil de España, encargada de la investigación y persecución de la más graves formas de delincuencia y crimen organizado ya sea nacional o internacional, así como el apoyo a unidades territoriales de policía judicial que requieran apoyo.
La UCO ha demostrado estar blindada ante las poderosas influencias de los políticos y plenamente al servicio de los jueces, lo que constituye un rareza en esta España contaminada hasta el tuétano. Sus funciones concretas son investigar y perseguir, entre otras, las siguientes tipologías delictivas: Delitos económicos –incluidos los fraudes, la falsificación de moneda y los delitos graves de contrabando; Tráfico organizado de drogas; Blanqueo de capitales; Homicidios y secuestros; Delincuencia organizada; Delitos contra el Patrimonio Histórico; Delitos telemáticos; Delincuencia medioambiental -incluido el tráfico organizado de especies protegidas-; Delitos relacionados con el consumo y el tráfico ilícito de medicamentos; Tráfico de objetos preciosos; Tráfico organizado de armas, explosivos y sustancias peligrosas o nocivas; Tráfico ilícito de vehículos; Tráfico de seres humanos.
La UCO tiene 27 años de vida y en ese tiempo ha investigado al menos doscientos casos importantes, la mayoría de ellos con múltiples ramificaciones. Entre los más recientes figuran Acuamed y la Púnica.
Los expertos señalan a la UCO como la unidad más fiable y eficiente entre los cuerpos de seguridad y la más capacitada para resistir las enormes presiones e influencias que ejercen algunos partidos políticos españoles para impedir que sus actividades delictivas sean investigadas y que sus altos dirigentes resulten implicados. Esos mismos expertos señalan que el espíritu de independencia y lealtad a la nación reinan en la UCO, lo que convierte a sus miembros, bien preparados profesional y técnicamente, en una policía judicial fiable cuyo papel está siendo decisivo y lo será todavía más si por fin la Justicia española se decide a plantar cara abiertamente al delito político e institucional en esta España podrida.
Francisco Rubiales
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