El jefe del Gobierno, Rodríguez Zapatero, ha visitado Ceuta y Melilla entre aplausos y gritos de 'Zapatero', 'guapo', y la voz de una mujer que espetó "con dos cojones mi presidente". Adolfo Suárez, las visitó en 1980; y Aznar lo hizo en el 2000 y 2004, siendo presidente en funciones.
Mientras el Gobierno Marroquí guarda silencio, la prensa oficial alauita, criticando duramente la iniciativa española, la califican, como es habitual, de lamentable, provocadora y “atentatoria” contra los sentimientos de los marroquíes"; y se refieren a las dos ciudades autónomas españolas como "ciudades marroquíes ocupadas". El diario Al Alam dice que el reino alauí siempre ha apoyado la "apertura" de conversaciones sobre el estatus de Ceuta y Melilla, "como lo testimonia la proposición de Hassan II, en la década de los ochenta, a favor de crear una célula de reflexión sobre las dos ciudades". ¡Es una cuestión de risa! ¡Que es lamentable que uno entre y vaya a su casa! Con estos, es imposible.
Normalmente, Rabat no ha visto con buenos ojos la presencia de las altas autoridades españolas en territorio ceutí y melillense. Sin embargo, el Gobierno Español ha ofrecido una visión muy distinta; dice que no afectará "en absoluto" a las buenas relaciones que mantienen España y Marruecos en la actualidad. Zapatero reiteró su buena disposición con los vecinos y que, “en muchos temas que son de interés común, trabajamos a diario conjuntamente”.
El moro no se entera ni quiere enterarse que antes que él naciera ya existía España en su entidad secular. El reino de Maruecos surge en 1956, con Mohamet V, abuelo del actual rey. Con estos, ya lo decían nuestros abuelos, al volver de la guerra de África, no se puede condescender ni lo más mínimo. Fue un error tremendo entregarle, al morir Franco, nuestros territorios africanos, sin ni siquiera haberle mostrado nuestros cañones. El Sahara Español no se debió de dejar en sus manos jamás y mucho menos sin contrapartidas, por ejemplo, en los derechos de pesca. Podía haberse firmado un acuerdo de cesión a largo plazo y mientras haber gestionado la independencia y el status de los saharauis.
España no debió ceder al chantaje de la “Marcha Verde”, ni condicionarse absurdamente, como sucede hoy, por temor a las reacciones políticas del marroquí. Con estos, tómese la senda que se tome, siempre saltarán las voces oprimentes de los irredentistas de la política y de la prensa marroquíes, aunque sea como excusa velatoria de sus conflictos internos.
Ceuta y Melilla han de ser mimadas y vividas, no sólo visitadas, con acogimiento continuo; exigen políticas coherentes con su exactitud nacional. No se ha de andar con miedo ni debilidad alguna. Es la gran verdad que conlleva esta visita, la integridad territorial de España es intangible por historia, tradición y realidad. Hay que asegurar un futuro político, exuberante y estable, a las dos ciudades, cuya españolidad, ante cualquier duda, es irreversible e incuestionable en su esencial integración nacional.
Camilo Valverde Mudarra
Mientras el Gobierno Marroquí guarda silencio, la prensa oficial alauita, criticando duramente la iniciativa española, la califican, como es habitual, de lamentable, provocadora y “atentatoria” contra los sentimientos de los marroquíes"; y se refieren a las dos ciudades autónomas españolas como "ciudades marroquíes ocupadas". El diario Al Alam dice que el reino alauí siempre ha apoyado la "apertura" de conversaciones sobre el estatus de Ceuta y Melilla, "como lo testimonia la proposición de Hassan II, en la década de los ochenta, a favor de crear una célula de reflexión sobre las dos ciudades". ¡Es una cuestión de risa! ¡Que es lamentable que uno entre y vaya a su casa! Con estos, es imposible.
Normalmente, Rabat no ha visto con buenos ojos la presencia de las altas autoridades españolas en territorio ceutí y melillense. Sin embargo, el Gobierno Español ha ofrecido una visión muy distinta; dice que no afectará "en absoluto" a las buenas relaciones que mantienen España y Marruecos en la actualidad. Zapatero reiteró su buena disposición con los vecinos y que, “en muchos temas que son de interés común, trabajamos a diario conjuntamente”.
El moro no se entera ni quiere enterarse que antes que él naciera ya existía España en su entidad secular. El reino de Maruecos surge en 1956, con Mohamet V, abuelo del actual rey. Con estos, ya lo decían nuestros abuelos, al volver de la guerra de África, no se puede condescender ni lo más mínimo. Fue un error tremendo entregarle, al morir Franco, nuestros territorios africanos, sin ni siquiera haberle mostrado nuestros cañones. El Sahara Español no se debió de dejar en sus manos jamás y mucho menos sin contrapartidas, por ejemplo, en los derechos de pesca. Podía haberse firmado un acuerdo de cesión a largo plazo y mientras haber gestionado la independencia y el status de los saharauis.
España no debió ceder al chantaje de la “Marcha Verde”, ni condicionarse absurdamente, como sucede hoy, por temor a las reacciones políticas del marroquí. Con estos, tómese la senda que se tome, siempre saltarán las voces oprimentes de los irredentistas de la política y de la prensa marroquíes, aunque sea como excusa velatoria de sus conflictos internos.
Ceuta y Melilla han de ser mimadas y vividas, no sólo visitadas, con acogimiento continuo; exigen políticas coherentes con su exactitud nacional. No se ha de andar con miedo ni debilidad alguna. Es la gran verdad que conlleva esta visita, la integridad territorial de España es intangible por historia, tradición y realidad. Hay que asegurar un futuro político, exuberante y estable, a las dos ciudades, cuya españolidad, ante cualquier duda, es irreversible e incuestionable en su esencial integración nacional.
Camilo Valverde Mudarra
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