La misma Inés arrimadas que ahora agoniza, envuelta en fracaso, hace pocos años fue recibida como heroína en España y como salvadora de Ciudadanos, tras el fracaso de su fundador, Albert Rivera.
La Inés que hoy se enfrenta a la rebelión interna de su partido, causada por sus fracasos y traiciones, es la que derrotó en su propio territorio a los independentistas catalanes, que constituyen quizás la fuerza más indecente y miserable de la política española del presente, y la que sirvió después para que España tuviera gobiernos de centro-derecha en autonomías y ciudades, evitando así la desgracia de una España entera teñida de rojo socialista.
Ciudadanos era, en teoría, un bálsamo en la política española, una fuerza que introducía diálogo y calma en medio del ambiente turbio, crispado y encanallado que domina el poder.
Pero ¿Qué es lo que le ha ocurrido a la antes admirada líder de Ciudadanos para precipitarse en el fracaso y traicionar las ideas y esperanzas de sus compañeros y de millones de españoles?
En ella se han cumplido dos sentencias populares sabias: la primera es que "el poder corrompe" y la segunda es que "quien con niños se acuesta, excrementado amanece".
Las desgracias de Inés Arrimadas y de su partido comenzaron cuando empezaron a gobernar autonomías y ayuntamientos y las desgracias se hicieron destructivas e insoportables cuando se acercaron a Pedro Sánchez, el gran corruptor de la política española, un tipo tan escaso de principios sanos, peligroso e inmoral que contamina y pudre todo lo que toca.
El poder ha corrompido a Ciudadanos a alta velocidad y el diálogo de Inés con Pedro Sánchez ha sido su tumba.
Pedro Sánchez y su sanedrín de brujos y alquimistas conspiradores, cuya cabeza visible es el "Rasputín" Iván Redondo, tenían planeado destrozar a la derecha arrebatándole sus gobiernos en las autonomías y grandes municipios. Era una maniobra arriesgada e inmoral, además de escasamente democrática, que necesitaba convertir a Ciudadanos, socio de la derecha en muchos gobiernos, en cómplice de la conspiración.
Inés Arrimadas se sintió tentada ante el pastel suculento que Sánchez le ofrecía, lleno de poder real, con la presidencia de regiones y municipios en manos de su partido, a pesar de ser minoritario, y al dialogar con la bestia se le nubló la vista y su alma se tornó negra y llena de perversión.
Sánchez no se deteriora con las conspiraciones sucias porque ya está contaminado hasta el tuétano y ni siente ni padece con las traiciones y los asaltos al poder, pero Inés Arrimadas no estaba preparada para entrar en contacto con el lado oscuro y sucio del poder, que es el reino donde Sánchez y los suyos se sienten como pez en el agua.
Todo lo demás ya es conocido. Al fracasar la primera de las operaciones sucias programadas, la de Murcia, todo se vino abajo, la gente decente se indignó y la negrura y el veneno acabaron con el liderazgo de una mujer que, en sus comienzos, antes de que la política destrozara su alma, llenó de alegría y esperanza a los españoles derrotando en su terreno a las fuerzas mas sucias e indecentes de la nación española, concentradas en Cataluña, cuyas armas principales son el odio, el rencor y la ambición desmedida de poder y dinero.
La inmensa sabiduría popular ha quedado demostrada una vez más: "El Poder corrompe" y "Quien con niños se acuesta, excrementado amanece". La fuerza corrosiva del poder sin controles y de las malas compañías siempre es inmensa.
Francisco Rubiales
La Inés que hoy se enfrenta a la rebelión interna de su partido, causada por sus fracasos y traiciones, es la que derrotó en su propio territorio a los independentistas catalanes, que constituyen quizás la fuerza más indecente y miserable de la política española del presente, y la que sirvió después para que España tuviera gobiernos de centro-derecha en autonomías y ciudades, evitando así la desgracia de una España entera teñida de rojo socialista.
Ciudadanos era, en teoría, un bálsamo en la política española, una fuerza que introducía diálogo y calma en medio del ambiente turbio, crispado y encanallado que domina el poder.
Pero ¿Qué es lo que le ha ocurrido a la antes admirada líder de Ciudadanos para precipitarse en el fracaso y traicionar las ideas y esperanzas de sus compañeros y de millones de españoles?
En ella se han cumplido dos sentencias populares sabias: la primera es que "el poder corrompe" y la segunda es que "quien con niños se acuesta, excrementado amanece".
Las desgracias de Inés Arrimadas y de su partido comenzaron cuando empezaron a gobernar autonomías y ayuntamientos y las desgracias se hicieron destructivas e insoportables cuando se acercaron a Pedro Sánchez, el gran corruptor de la política española, un tipo tan escaso de principios sanos, peligroso e inmoral que contamina y pudre todo lo que toca.
El poder ha corrompido a Ciudadanos a alta velocidad y el diálogo de Inés con Pedro Sánchez ha sido su tumba.
Pedro Sánchez y su sanedrín de brujos y alquimistas conspiradores, cuya cabeza visible es el "Rasputín" Iván Redondo, tenían planeado destrozar a la derecha arrebatándole sus gobiernos en las autonomías y grandes municipios. Era una maniobra arriesgada e inmoral, además de escasamente democrática, que necesitaba convertir a Ciudadanos, socio de la derecha en muchos gobiernos, en cómplice de la conspiración.
Inés Arrimadas se sintió tentada ante el pastel suculento que Sánchez le ofrecía, lleno de poder real, con la presidencia de regiones y municipios en manos de su partido, a pesar de ser minoritario, y al dialogar con la bestia se le nubló la vista y su alma se tornó negra y llena de perversión.
Sánchez no se deteriora con las conspiraciones sucias porque ya está contaminado hasta el tuétano y ni siente ni padece con las traiciones y los asaltos al poder, pero Inés Arrimadas no estaba preparada para entrar en contacto con el lado oscuro y sucio del poder, que es el reino donde Sánchez y los suyos se sienten como pez en el agua.
Todo lo demás ya es conocido. Al fracasar la primera de las operaciones sucias programadas, la de Murcia, todo se vino abajo, la gente decente se indignó y la negrura y el veneno acabaron con el liderazgo de una mujer que, en sus comienzos, antes de que la política destrozara su alma, llenó de alegría y esperanza a los españoles derrotando en su terreno a las fuerzas mas sucias e indecentes de la nación española, concentradas en Cataluña, cuyas armas principales son el odio, el rencor y la ambición desmedida de poder y dinero.
La inmensa sabiduría popular ha quedado demostrada una vez más: "El Poder corrompe" y "Quien con niños se acuesta, excrementado amanece". La fuerza corrosiva del poder sin controles y de las malas compañías siempre es inmensa.
Francisco Rubiales
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