El irresponsable y corrupto sanchismo, al pactar y colmar de privilegios y beneficios a los nacionalismos vasco y catalán, no sólo comete una injusticia flagrante y una violación de la Constitución, sino que está alimentando la guerra y la destrucción de España, sin otro motivo que el ansia por permanecer en el poder.
Sánchez, con su comportamiento, se convierte en enemigo de España y también de Europa porque está alimentando y engordando la peor amenaza para la paz y el verdadero progreso.
La Unión Europea parece haber olvidado sus orígenes, sobre todo el hecho de que nació para acabar con los nacionalismos que provocaron la Primera y la Segunda guerras mundiales. Los grandes padres de la Europa unida (Adenauer, De Gásperi y otros) eran conscientes de que el nacionalismo es portador de divisiones, odios, guerras y muertes,
El nacionalismo, al sentirse distinto y superior, resalta y potencia las diferencias entre unos pueblos y otros y apuesta por el victimismo y el odio como motores de la Historia, lo que genera dinámicas que enfrentan a los ciudadanos, unos con otros, y a los pueblos, provocando también conflictos civiles e internacionales que causan millones de muertos. Estas afirmaciones no son gratuitas porque han demostradas con cientos de ejemplos a lo largo de la Historia, desde las primeras civilizaciones a nuestros días. Basta analizar la Historia para descubrir que el nacionalismo ha provocado más muertes que todos los desastres y epidemias sufridos por la humanidad.
El nacionalismo catalán y vasco contiene todos los rasgos descritos en los manuales: supremacismo, racismo, odio, victimismo, insolidaridad, exaltación de lo propio, desprecio a lo ajeno, adoctrinamiento, falsificación de la Historia y una violencia visceral que sólo se contiene, en parte, porque no tienen opción alguna de victoria, pero que está agazapada para lanzarse a la yugular de España cuando vean que la victoria puede sonreirles.
El apoyo de los nacionalistas vascos y catalanes a Sánchez es sólido y resistente porque sus dirigentes saben que ningún otro político español tiene la bajeza moral de entregar trozos de España y destruir su patria sólo para conseguir los votos que necesita para mantenerse en el poder.
Sánchez pasará a la Historia como el pésimo político que entregó el poder para estrangular España a los dos peores enemigos de la civilización y de la Historia humana: el nacionalismo y el socialismo, con los que gobernó causando estragos.
El único partido español que parece tener claro que el nacionalismo es puro veneno es VOX, que también es el único que nunca ha pactado con los delincuentes vascos y catalanes para gobernar, un pecado frívolo y sucio cometido, de manera reiterada, por el PSOE y el PP.
Francisco Rubiales
Sánchez, con su comportamiento, se convierte en enemigo de España y también de Europa porque está alimentando y engordando la peor amenaza para la paz y el verdadero progreso.
La Unión Europea parece haber olvidado sus orígenes, sobre todo el hecho de que nació para acabar con los nacionalismos que provocaron la Primera y la Segunda guerras mundiales. Los grandes padres de la Europa unida (Adenauer, De Gásperi y otros) eran conscientes de que el nacionalismo es portador de divisiones, odios, guerras y muertes,
El nacionalismo, al sentirse distinto y superior, resalta y potencia las diferencias entre unos pueblos y otros y apuesta por el victimismo y el odio como motores de la Historia, lo que genera dinámicas que enfrentan a los ciudadanos, unos con otros, y a los pueblos, provocando también conflictos civiles e internacionales que causan millones de muertos. Estas afirmaciones no son gratuitas porque han demostradas con cientos de ejemplos a lo largo de la Historia, desde las primeras civilizaciones a nuestros días. Basta analizar la Historia para descubrir que el nacionalismo ha provocado más muertes que todos los desastres y epidemias sufridos por la humanidad.
El nacionalismo catalán y vasco contiene todos los rasgos descritos en los manuales: supremacismo, racismo, odio, victimismo, insolidaridad, exaltación de lo propio, desprecio a lo ajeno, adoctrinamiento, falsificación de la Historia y una violencia visceral que sólo se contiene, en parte, porque no tienen opción alguna de victoria, pero que está agazapada para lanzarse a la yugular de España cuando vean que la victoria puede sonreirles.
El apoyo de los nacionalistas vascos y catalanes a Sánchez es sólido y resistente porque sus dirigentes saben que ningún otro político español tiene la bajeza moral de entregar trozos de España y destruir su patria sólo para conseguir los votos que necesita para mantenerse en el poder.
Sánchez pasará a la Historia como el pésimo político que entregó el poder para estrangular España a los dos peores enemigos de la civilización y de la Historia humana: el nacionalismo y el socialismo, con los que gobernó causando estragos.
El único partido español que parece tener claro que el nacionalismo es puro veneno es VOX, que también es el único que nunca ha pactado con los delincuentes vascos y catalanes para gobernar, un pecado frívolo y sucio cometido, de manera reiterada, por el PSOE y el PP.
Francisco Rubiales
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