La idea de ilegalizar a VOX por miedo a que crezca demasiado no ha sido abandonada por la izquierda española
Si el gobierno de Pedro Sánchez se sintiera acosado y en peligro de perder el poder, muchos analistas y observadores creen que no dudaría en seguir al pie de la letra la hoja de ruta del comunismo del siglo XXI, que consiste en mantener el poder como sea, incluso ilegalizando al enemigo, cambiando las leyes y hasta suprimiendo las elecciones libres o practicando el fraude electoral, como ya han hecho Nicolás Maduro, Evo Morales, Daniel Ortega y otros neo comunistas.
La actual fiscal general, Dolores Delgado, cuando era ministra de Justicia del gobierno de Sánchez, ya se planteaba públicamente la posibilidad de ilegalizar a VOX.
Sin embargo, la verdad es terca y se impone: hay otras fuerzas en la izquierda española y el independentismo, muchas de ellas gobernando o influyendo poderosamente en Pedro Sánchez, que merecen muchos más la ilegalización que VOX, tanto por sus ataques a la legalidad vigente, como por ejemplo a la Monarquía, como por sus actitudes de violencia y acoso en las calles frente a las ideas y personas adversarias.
Contrariamente a lo que muchos inconscientes piensan, nada es gratis en la vida y tener comunistas en el gobierno de un país de Europa Occidental, en el año 2020, no puede salir gratis. Ese capricho insólito lo tiene que pagar alguien y, como ocurre siempre, será el pueblo quien lo haga, empobreciéndose, aislándose del mundo, perdiendo prestigio y convirtiendo a España en un molesto problema para Europa y para sus aliados tradicionales demócratas.
Aunque con disimulo y prudencia, la España de Pedro Sánchez avanza hacia una dictadura chavista. Nadie sabe si esa ruta llegará al final, tras cambiar las leyes y conseguir un poder eterno para los que hoy tienen el poder, ya sea suprimiendo las elecciones o introduciendo el fraude en los escrutinios, pero el camino hacia ese inmenso y desolador drama está abierto.
Este gobierno está perdiendo cada día más el decoro y la vergüenza y le da lo mismo mentir que arruinar. Por eso mismo, que a nadie le extrañe que un día de éstos, con cualquier excusa, ya sea medioambiental, feminista o en una falsa defensa de la Constitución, ilegalice a VOX, que es el único obstáculo serio que les cierra el paso hacia la tiranía comunista, dada la debilidad e impotencia de los otros partidos de oposición (PP y Ciudadanos).
Millones de españoles creen con ingenuidad que Europa no va a permitir que el comunismo se instale en España, pero se equivocan porque a Europa cada día le interesará menos mantener en la Unión a un país podrido y problemático, como España, a la que ya considera como un Estado próximo a ser "fallido" y duda que sea capaz de gastar con inteligencia, eficacia y justicia los millones de ayuda europea que va a recibir para que se rehaga del desastre de la pandemia.
Europa se lavará las manos si España cae en el atroz chavismo y se limitará a expulsarla de la Unión y del euro, abandonándola al desastre y la pobreza, en manos de tiranos que ya no tendrían que disimular para imponer su mundo totalitario y feroz.
La gente se ríe cuando se le habla de ese riesgo, pero conviene recordar que los venezolanos también decían "¿Venezuela como Cuba?, no, hombre, no". Y ahí los tienes: en la ruina y la sangre.
Francisco Rubiales
La actual fiscal general, Dolores Delgado, cuando era ministra de Justicia del gobierno de Sánchez, ya se planteaba públicamente la posibilidad de ilegalizar a VOX.
Sin embargo, la verdad es terca y se impone: hay otras fuerzas en la izquierda española y el independentismo, muchas de ellas gobernando o influyendo poderosamente en Pedro Sánchez, que merecen muchos más la ilegalización que VOX, tanto por sus ataques a la legalidad vigente, como por ejemplo a la Monarquía, como por sus actitudes de violencia y acoso en las calles frente a las ideas y personas adversarias.
Contrariamente a lo que muchos inconscientes piensan, nada es gratis en la vida y tener comunistas en el gobierno de un país de Europa Occidental, en el año 2020, no puede salir gratis. Ese capricho insólito lo tiene que pagar alguien y, como ocurre siempre, será el pueblo quien lo haga, empobreciéndose, aislándose del mundo, perdiendo prestigio y convirtiendo a España en un molesto problema para Europa y para sus aliados tradicionales demócratas.
Aunque con disimulo y prudencia, la España de Pedro Sánchez avanza hacia una dictadura chavista. Nadie sabe si esa ruta llegará al final, tras cambiar las leyes y conseguir un poder eterno para los que hoy tienen el poder, ya sea suprimiendo las elecciones o introduciendo el fraude en los escrutinios, pero el camino hacia ese inmenso y desolador drama está abierto.
Este gobierno está perdiendo cada día más el decoro y la vergüenza y le da lo mismo mentir que arruinar. Por eso mismo, que a nadie le extrañe que un día de éstos, con cualquier excusa, ya sea medioambiental, feminista o en una falsa defensa de la Constitución, ilegalice a VOX, que es el único obstáculo serio que les cierra el paso hacia la tiranía comunista, dada la debilidad e impotencia de los otros partidos de oposición (PP y Ciudadanos).
Millones de españoles creen con ingenuidad que Europa no va a permitir que el comunismo se instale en España, pero se equivocan porque a Europa cada día le interesará menos mantener en la Unión a un país podrido y problemático, como España, a la que ya considera como un Estado próximo a ser "fallido" y duda que sea capaz de gastar con inteligencia, eficacia y justicia los millones de ayuda europea que va a recibir para que se rehaga del desastre de la pandemia.
Europa se lavará las manos si España cae en el atroz chavismo y se limitará a expulsarla de la Unión y del euro, abandonándola al desastre y la pobreza, en manos de tiranos que ya no tendrían que disimular para imponer su mundo totalitario y feroz.
La gente se ríe cuando se le habla de ese riesgo, pero conviene recordar que los venezolanos también decían "¿Venezuela como Cuba?, no, hombre, no". Y ahí los tienes: en la ruina y la sangre.
Francisco Rubiales
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