El presidente George W. Bush está en sus horas más bajas y su imagen no para de descender en los sondeos. El último de ellos, recien publicado por USA Today y por la CNN, indica que el 50% desaprueba el mandato de Bush, tanto en lo que respecta a la gestión de la catástrofe del Katrina como de la guerra de Iraq.
Nada menos que el 63% piensa que Estados Unidos debe retirar de Iraq al menos a parte de las tropas allí destacadas, mientras que el 59% considera la invasión de Iraq como "un error".
Pero lo más interesante del sondeo, según los expertos, es que no se trata del reflejo de un calentón de la opinión pública, ni de una opinión pasajera, sino de un criterio que cada día está más asentado en la sociedad americana, que se está volviendo más pacifista, menos belicista y más sensible a argumentos que abogan por considerar la lucha contra el hambre, la miseria y las escandalosas diferencias entre ricos y pobres como la única guerra justa posible.
Afirman en Washington que los demócratas se muestran más optimistas con respecto al futuro en los cócteles y cenáculos de la capital, el mejor observatorio político del país, porque creen que esa tendencia puede beneficiarles de cara a las próximas elecciones, lo que convierte en posible el objetivo de frenar el espectacular ascenso político del poder y del pensamiento republicano.
Nada menos que el 63% piensa que Estados Unidos debe retirar de Iraq al menos a parte de las tropas allí destacadas, mientras que el 59% considera la invasión de Iraq como "un error".
Pero lo más interesante del sondeo, según los expertos, es que no se trata del reflejo de un calentón de la opinión pública, ni de una opinión pasajera, sino de un criterio que cada día está más asentado en la sociedad americana, que se está volviendo más pacifista, menos belicista y más sensible a argumentos que abogan por considerar la lucha contra el hambre, la miseria y las escandalosas diferencias entre ricos y pobres como la única guerra justa posible.
Afirman en Washington que los demócratas se muestran más optimistas con respecto al futuro en los cócteles y cenáculos de la capital, el mejor observatorio político del país, porque creen que esa tendencia puede beneficiarles de cara a las próximas elecciones, lo que convierte en posible el objetivo de frenar el espectacular ascenso político del poder y del pensamiento republicano.
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