Es difícil encontrar en la España actual algo tan sucio e indecente como la alianza entre el PSOE sanchista y BILDU
La reacción inmediata de Pedro Sánchez, negando la afirmación de Otegui y pidiéndole que no vote los presupuestos, refleja el miedo que la Moncloa y el PSOE tienen a que los españoles descubran la verdadera naturaleza de las alianzas que permiten gobernar a Sánchez, integrada por enemigos de España, totalitarios, herederos del terrorismo y chusma política generalizada.
Es tan baja e indecente esa alianza que representa ya la mayor amenaza para la supervivencia del PSOE, que quedará muy dañado cuando se conozca tota la verdad que se esconde detrás de los apoyos de los comunistas, los pro etarras y los nacionalismos extorsionadores catalán y vasco.
Esa alianza solo crea deterioro, injusticia y violaciones continuas de la democracia, la mayor de las cuales es el injusto y arbitrario reparto que el gobierno de Sánchez hace de los recursos públicos, que benefician siempre a sus aliados vascos y catalanes, en detrimento del resto de las comunidades autónomas, lo que constituye, además de una injusticia vergonzosa, una violación de la igualdad que la Constitución garantiza.
Pero la alianza tiene otros muchos efectos perniciosos para España: crea desigualdad fiscal, impunidad para comportamientos delictivos, protección de los aliados en órganos controlados por el Estados como la Fiscalía, la abogacía del Estado y otros, acceso más fácil a los fondos de subvenciones y ayudas, entrega innecesaria de competencias y de poder a los aliados, utilización arbitraria del dinero público, ventajas en contrataciones públicas, trato privilegiado a los presos nacionalistas, golpistas y etarras, presiones y restricciones a la guardia civil y a la policía nacional en los territorios catalán y vasco, donde su labor en defensa de la ley y la democracia queda mermada, facilidades para la corrupción en los partidos y gobiernos aliados y un larguísimo etcétera de vergüenzas, suciedades y otros comportamientos nada edificantes e impropios de una democracia real.
Pero la consecuencia más nociva y peligrosa de todas las que se derivan de la alianza de poder que sostiene a Sánchez es el auge del comunismo y de Podemos, el partido que lo impulsa. Esa potenciación de un comunismo que en España es absolutamente minoritario, está causando a España graves perjuicios entre sus aliados internacionales, que desconfían del gobierno español y aíslan a España en los grandes foros, debates y decisiones internacionales, dañando, como consecuencia, la competitividad de sus productos y empresas.
Si se es riguroso y minucioso, la lista de los daños que las alianzas indecentes que sostienen el poder de Sánchez se agranda de manera terrible. Esas alianzas requieren mucho dinero para repartir y comprar los apoyos, lo que se traduce en una presión fiscal desmesurada y dañina para la economía, los ciudadanos y las empresas, que tienden a huir de una España que los socialistas han convertido en un "infierno fiscal" destinado a financiar el altísimo precio que el gobierno tiene que pagar por sus apoyos mercenarios.
Otra consecuencia es la fuerza que el socialismo inyecta a formaciones tan indecentes como las que propugnan la destrucción de España, a cambio de los apoyos que recibe para gobernar. Partidos como Podemos, minoritarios y con sus orígenes plagados de irregularidades que ya están en los tribunales, se permiten hablar, gracias al poyo del PSOE, de un posible futuro gobierno de España presidido por Yolanda Díaz, toda una locura de ribetes trágicos.
El caos es el dueño de la alianza que sostiene a Sánchez, un caos de intereses cruzados, odios reprimidos y codicia desatada que se esconde a la opinión pública gracias al dinero que se derrama sobre los socios y a la propagada y mentiras que se vierten sobre la ciudadanía española, con la sucia colaboración de gran parte de los medios de comunicación comprados con grandes masas de dinero procedente de los impuestos.
Francisco Rubiales
Es tan baja e indecente esa alianza que representa ya la mayor amenaza para la supervivencia del PSOE, que quedará muy dañado cuando se conozca tota la verdad que se esconde detrás de los apoyos de los comunistas, los pro etarras y los nacionalismos extorsionadores catalán y vasco.
Esa alianza solo crea deterioro, injusticia y violaciones continuas de la democracia, la mayor de las cuales es el injusto y arbitrario reparto que el gobierno de Sánchez hace de los recursos públicos, que benefician siempre a sus aliados vascos y catalanes, en detrimento del resto de las comunidades autónomas, lo que constituye, además de una injusticia vergonzosa, una violación de la igualdad que la Constitución garantiza.
Pero la alianza tiene otros muchos efectos perniciosos para España: crea desigualdad fiscal, impunidad para comportamientos delictivos, protección de los aliados en órganos controlados por el Estados como la Fiscalía, la abogacía del Estado y otros, acceso más fácil a los fondos de subvenciones y ayudas, entrega innecesaria de competencias y de poder a los aliados, utilización arbitraria del dinero público, ventajas en contrataciones públicas, trato privilegiado a los presos nacionalistas, golpistas y etarras, presiones y restricciones a la guardia civil y a la policía nacional en los territorios catalán y vasco, donde su labor en defensa de la ley y la democracia queda mermada, facilidades para la corrupción en los partidos y gobiernos aliados y un larguísimo etcétera de vergüenzas, suciedades y otros comportamientos nada edificantes e impropios de una democracia real.
Pero la consecuencia más nociva y peligrosa de todas las que se derivan de la alianza de poder que sostiene a Sánchez es el auge del comunismo y de Podemos, el partido que lo impulsa. Esa potenciación de un comunismo que en España es absolutamente minoritario, está causando a España graves perjuicios entre sus aliados internacionales, que desconfían del gobierno español y aíslan a España en los grandes foros, debates y decisiones internacionales, dañando, como consecuencia, la competitividad de sus productos y empresas.
Si se es riguroso y minucioso, la lista de los daños que las alianzas indecentes que sostienen el poder de Sánchez se agranda de manera terrible. Esas alianzas requieren mucho dinero para repartir y comprar los apoyos, lo que se traduce en una presión fiscal desmesurada y dañina para la economía, los ciudadanos y las empresas, que tienden a huir de una España que los socialistas han convertido en un "infierno fiscal" destinado a financiar el altísimo precio que el gobierno tiene que pagar por sus apoyos mercenarios.
Otra consecuencia es la fuerza que el socialismo inyecta a formaciones tan indecentes como las que propugnan la destrucción de España, a cambio de los apoyos que recibe para gobernar. Partidos como Podemos, minoritarios y con sus orígenes plagados de irregularidades que ya están en los tribunales, se permiten hablar, gracias al poyo del PSOE, de un posible futuro gobierno de España presidido por Yolanda Díaz, toda una locura de ribetes trágicos.
El caos es el dueño de la alianza que sostiene a Sánchez, un caos de intereses cruzados, odios reprimidos y codicia desatada que se esconde a la opinión pública gracias al dinero que se derrama sobre los socios y a la propagada y mentiras que se vierten sobre la ciudadanía española, con la sucia colaboración de gran parte de los medios de comunicación comprados con grandes masas de dinero procedente de los impuestos.
Francisco Rubiales
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