La paz sin justicia es el silencio de la tiranía; es una obcecada injusticia. Es un día tristísimo para España; no sale de su asombro, se halla aterrada, indignada, resquebrajada. Ha sido doblegada y postrada por el chantaje del terrorismo. El Gobierno del talante de Zapatero, sumido en su ambigüedad con su lengua corroída por la cobardía y falsedad, se ha convertido en nociva piedra de escollo. Un Estado no puede ceder nunca a las presiones de nadie y menos de delincuentes ni pagar ningún precio político; ya veremos rápido las consecuencias y las próximas huelgas. La banda no se disuelve y desarma, no se arrepiente, atenta en Barajas, no tiene escrúpulos ni pudor, marca sus pasos, no cede un palmo; todo le vale para alcanzar sus objetivos y domeñar a España.
El Ejecutivo en su permanente ofensiva contra las víctimas del terrorismo no cesa de afrentar a los españoles y descalificar a todos los que piden simplemente el cumplimiento integro de las penas a etarras; ha vejado y deteriorado nuestra democracia, abierto enormes heridas, ya restañadas, hecho añicos la convivencia y la confianza. La rabia del español la han inoculado los socialistas, no la oposición, no los críticos con los desmanes de Zapatero; la polémica la provoca este Gobierno, al regalarle la libertad a un asesino. Lo obsceno e indecente es la obscenidad e indecencia con que el ministro arremete contra todos nosotros, todos somos víctimas, todos lloramos y sufrimos este terror y esta desgracia y todas las cometidas. Mire Vd., España no se rinde ante ningún proceso y la bomba de Barajas nunca fue un "trágico accidente" de vergüenza. El presidente del Gobierno es el "único responsable de las graves consecuencias políticas y morales" de esta decisión y "a la que de ninguna manera estaba obligado"; con gobiernos de diversas ideologías los españoles han sabido "resistir, aún en los momentos más duros, el chantaje permanente del terrorismo". Miguel Ángel Blanco no gozó de trato misericordioso; para él no hubo “razones legales y humanitarias”.
¡Y aún lo seguirán votando algunos accidentales impensantes o se alejarán decentes y arrepentidos! Las concentraciones de protesta y angustia se levantan y no cesan.
C. V. Mudarra
El Ejecutivo en su permanente ofensiva contra las víctimas del terrorismo no cesa de afrentar a los españoles y descalificar a todos los que piden simplemente el cumplimiento integro de las penas a etarras; ha vejado y deteriorado nuestra democracia, abierto enormes heridas, ya restañadas, hecho añicos la convivencia y la confianza. La rabia del español la han inoculado los socialistas, no la oposición, no los críticos con los desmanes de Zapatero; la polémica la provoca este Gobierno, al regalarle la libertad a un asesino. Lo obsceno e indecente es la obscenidad e indecencia con que el ministro arremete contra todos nosotros, todos somos víctimas, todos lloramos y sufrimos este terror y esta desgracia y todas las cometidas. Mire Vd., España no se rinde ante ningún proceso y la bomba de Barajas nunca fue un "trágico accidente" de vergüenza. El presidente del Gobierno es el "único responsable de las graves consecuencias políticas y morales" de esta decisión y "a la que de ninguna manera estaba obligado"; con gobiernos de diversas ideologías los españoles han sabido "resistir, aún en los momentos más duros, el chantaje permanente del terrorismo". Miguel Ángel Blanco no gozó de trato misericordioso; para él no hubo “razones legales y humanitarias”.
¡Y aún lo seguirán votando algunos accidentales impensantes o se alejarán decentes y arrepentidos! Las concentraciones de protesta y angustia se levantan y no cesan.
C. V. Mudarra
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