Me voy a fijar en dos, pero hay muchos más, que en cuanto pensemos un poco los encontraremos.
El primero es la profusión de rotondas. No me refiero a las que hay en las salidas de las autovías, que salvo excepciones cumplen perfectamente su función. En concreto durante quince años he pasado una vez en semana por una, creo que han sido más de ochocientas veces, sólo he tendido que dejar pasar a otro coche en tres casos.
Pero tengo que pasar, tres o cuatro veces en semana y no paso más por el problema que supone, por un tramo de carretera que tiene una rotonda cada menos de un kilómetro, con una circulación de más de veinte mil vehículos al día. Eso supone colas kilométricas, con el consiguiente consumo de carburante y la consiguiente pedida de tiempo, que para los trabajadores y empresarios suman muchas horas al año.
Pero es más fácil construir una rotonda que un paso elevado y además sirven para justificar zonas verdes. La Administración se ahorra un dinero y el ciudadano paga en gasto de carburante y en horas de trabajo. Y encima dicen que tenemos la competitividad empresarial baja.
La otra son los contratos de las ambulancias. Todas las ambulancias van con la sirena, vayan a una urgencia o no. Eso produce el mismo efecto en los ciudadanos, gasto de carburante y perdida de tiempo. A cambio la ambulancia puede dar dos o tres viajes más al día, lo que puede suponer la diferencia entre que sea rentable o no el servicio. El sistema de salud se ahorra un dinero que pagan los ciudadanos de forma oculta.
Otro ejemplo puede ser el hacer las obras durante el día, por ejemplo asfaltar una calle o una carretera. En Madrid lo hacen durante la noche, luego saben las molestias y gasto que producen, pero como paga el sumiso…
Vanlop
El primero es la profusión de rotondas. No me refiero a las que hay en las salidas de las autovías, que salvo excepciones cumplen perfectamente su función. En concreto durante quince años he pasado una vez en semana por una, creo que han sido más de ochocientas veces, sólo he tendido que dejar pasar a otro coche en tres casos.
Pero tengo que pasar, tres o cuatro veces en semana y no paso más por el problema que supone, por un tramo de carretera que tiene una rotonda cada menos de un kilómetro, con una circulación de más de veinte mil vehículos al día. Eso supone colas kilométricas, con el consiguiente consumo de carburante y la consiguiente pedida de tiempo, que para los trabajadores y empresarios suman muchas horas al año.
Pero es más fácil construir una rotonda que un paso elevado y además sirven para justificar zonas verdes. La Administración se ahorra un dinero y el ciudadano paga en gasto de carburante y en horas de trabajo. Y encima dicen que tenemos la competitividad empresarial baja.
La otra son los contratos de las ambulancias. Todas las ambulancias van con la sirena, vayan a una urgencia o no. Eso produce el mismo efecto en los ciudadanos, gasto de carburante y perdida de tiempo. A cambio la ambulancia puede dar dos o tres viajes más al día, lo que puede suponer la diferencia entre que sea rentable o no el servicio. El sistema de salud se ahorra un dinero que pagan los ciudadanos de forma oculta.
Otro ejemplo puede ser el hacer las obras durante el día, por ejemplo asfaltar una calle o una carretera. En Madrid lo hacen durante la noche, luego saben las molestias y gasto que producen, pero como paga el sumiso…
Vanlop
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