Los ciudadanos no deberíamos estar obligados a soportar a una clase política inepta, responsable de la degradación de la democracia española, incapaz de ponerse de acuerdo en torno al bien común y protagonista de peleas y trifulcas constantes, la última de las cuales ha sido la que enfrentó a gritos, en una cena de alto protocolo, ante el rey de España y el presidente de Portugal, a Maragall, Pujol, José Bono y Rodríguez Ibarra.
Ante la degeneración de la política y el indigno comportamiento de nuestros representantes, ¿qué podemos hacer los ciudadanos en una democracia controlada por los políticos, de la que el ciudadano ha sido expulsado?
La única posibilidad que nos queda es expresar nuestra rebeldía en el único espacio democrático que le queda a la ciudadanía: las urnas. Los españoles no estamos obligados a elegir entre un "cretino" y un "imbecil", entre un inepto y un mentiroso, entre dos, tres o cuatro políticos profesionales, que no dan la talla y que anteponen los propios intereses al servicio a la comunidad. Cuando las opciones electorales no están a la altura, la opción más digna y democrática es votar en blanco.
El blanco es el color de la limpieza y el voto en blanco, en democracia, significa votar por el sistema, aunque no por los que utilizan el sistema para su propio provecho. El blanco es el voto de la dignidad, de la pureza, un voto que acepta la democracia pero que castiga a aquellos políticos que no merecen el poder.
En tiempos difíciles como los que nos ha tocado vivir, cuando la democracia aparece ante nuestros ojos degradada y utilizada por élites profesionales que se sirven de ella para acumular poder y riqueza, cuando han desaparecido del horizonte la ilusión y la fe en la política, el Voto en Blanco es la opción más noble y digna.
El Voto en Blanco es una opción cargada de sentido común, ideología y principios, quizás la única salida para la gente honrada que vive y acumula frustración ante una democracia que reina y gobierna pero no lidera, que domina pero que no convence, en la que los partidos políticos han optado por formar parte del Estado y por ejercer la política en régimen de monopolio, abandonando a los ciudadanos, a los que han alejado de la toma de decisiones y de la gestión de la sociedad.
Los ciudadanos honestos, informados y sensibles deberíamos unirnos en torno al voto en blanco, adoptándola como una bandera llena de principios y valores humanos y cívicos. Debemos exigir que el voto en blanco tenga validez en los procesos electorales, para lo cual deberiamos exigir un cambio en la legislación que recoja y otorgue valor al voto en blanco que se deposita en las urnas.
Los votos en blanco deben contabilizarse y los escaños que correspondan a esa opción deben quedar vacíos en el hemiciclo, reflejando así el rechazo de los ciudadanos a las opciones que se les han ofrecido. Hacerlo de ese modo es democrático, mientras que eliminar su validez, como hacen hoy muchas de nuestras oligocracias travestidas de democracia es, sencillamente, violar la voluntad ciudadana.
¿No quieren introducir cambios y reformas en la Constitución? Todo parece indicar que van a reformar la Carta Magna sólo para alimentar la megalomanía nacionalista de algunos mequetrefes que quieren llamarse "Nación". Pues que reformen tambien la ley electoral y permitan que la valuntad de los ciudadanos se manifieste sin trabas, sin trucos, sin ventajas para las élites dominantes. Que afronten también reformas que de verdad interesan al ciudadano y a la democracia, como es la validez del voto en blanco yla erradicación de esas listas cerradas y bloqueadas que no son democráticas y que impiden al ciudadano el derecho constitucional a elegir a sus representantes (los que realmente eligen son los partidos políticos, que son los que elaboran las listas cerradas y bloqueadas).
El Voto en Blanco es el más honrado recurso del ciudadano cuando las ofertas políticas están dominadas por la corrupción y la ineficacia.
Es, además, una medida profilactica que la democracia necesita para detener su decadencia.
Sumo
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