Tal vez la explicación del drama español esté en el Libro de Job (12:23-25), donde se dice: "Dios engrandece y destruye a las naciones, las dispersa y las reúne. Quita la inteligencia a los gobernantes y los hace perderse en un desierto, donde andan a tientas en la oscuridad, tambaleándose como borrachos".
Sospecho que el gran timonel del Universo, cansado de los abusos, traiciones e injusticias que padecen los ciudadanos, ha tocado con su dedo a los dirigentes políticos españoles y les ha inculcado como castigo esa demencia y estupidez suprema que los convierte en ciegos deambulando por el desierto, abandonados por su pueblo, despreciados por los ciudadanos y sin prestigio ni respeto por sus obras estúpidas y reprobables, corrupciones, abusos e injusticias a raudales.
Rajoy no entiende que su fin ha llegado y que la corrupción le ha convertido en una momia enterrada bajo siete montañas de granito, mientras el atolondrado y vacío Sánchez quiere gobernar aprovechando una coyuntura favorable, sin someterse al criterio de las urnas, poniendo a España en peligro y aliándose con lo peor de la nación, los grupos de nazis catalanes que pugnan por destruir nuestra España.
El castigo anunciado en el Libro de Job pronto será visible en una España que liderada por indeseables avanza hacia la ruina, el desprestigio internacional y la confrontación civil y que solo podrá curarse desde el pueblo en rebeldía, cansado de ser malgobernado y expoliado por políticos sucios y sin grandeza, que se han olvidado del servicio, de los valores, de la virtud y del honor para sumergirse en la corrupción y en el desprecio a los valores, a su mismo pueblo y a la decencia.
Sólo si los ciudadanos consiguen doblegar a los malvados e imponen una limpieza a fondo de España que incluya cambios en las leyes y en las reglas de la democracia para garantizar el Imperio de la legalidad y de los valores, el castigo desaparecerá y en España empezará de nuevo a amanecer.
Francisco Rubiales
Sospecho que el gran timonel del Universo, cansado de los abusos, traiciones e injusticias que padecen los ciudadanos, ha tocado con su dedo a los dirigentes políticos españoles y les ha inculcado como castigo esa demencia y estupidez suprema que los convierte en ciegos deambulando por el desierto, abandonados por su pueblo, despreciados por los ciudadanos y sin prestigio ni respeto por sus obras estúpidas y reprobables, corrupciones, abusos e injusticias a raudales.
Rajoy no entiende que su fin ha llegado y que la corrupción le ha convertido en una momia enterrada bajo siete montañas de granito, mientras el atolondrado y vacío Sánchez quiere gobernar aprovechando una coyuntura favorable, sin someterse al criterio de las urnas, poniendo a España en peligro y aliándose con lo peor de la nación, los grupos de nazis catalanes que pugnan por destruir nuestra España.
El castigo anunciado en el Libro de Job pronto será visible en una España que liderada por indeseables avanza hacia la ruina, el desprestigio internacional y la confrontación civil y que solo podrá curarse desde el pueblo en rebeldía, cansado de ser malgobernado y expoliado por políticos sucios y sin grandeza, que se han olvidado del servicio, de los valores, de la virtud y del honor para sumergirse en la corrupción y en el desprecio a los valores, a su mismo pueblo y a la decencia.
Sólo si los ciudadanos consiguen doblegar a los malvados e imponen una limpieza a fondo de España que incluya cambios en las leyes y en las reglas de la democracia para garantizar el Imperio de la legalidad y de los valores, el castigo desaparecerá y en España empezará de nuevo a amanecer.
Francisco Rubiales
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