En tiempos de Franco los socialistas eran cuatro o cinco, y estaban escondidos. Los comunistas, que sí fueron perseguidos, se reían de ellos y, para resaltar su escasa presencia en la lucha contra el franquismo, decían que "caben en un taxi". El PSOE, ridículo, apela hoy, cuando rebosa de poder y privilegios, a que fue perseguido por Franco para declararse «colectivo vulnerable» de un delito de odio que no existe y acusar a VOX por apalear un muñeco que representa al presidente.
Pocos meses después de Suresnes, siendo yo corresponsal de la Agencia EFE en México, le organicé a Felipe González, entonces flamante líder del casi desconocido PSOE, una comparecencia con la prensa extranjera acreditada en México. Fue un rotundo éxito y al terminar, mientras nos tomábamos un whisky, Felipe me dijo que me afiliara al PSOE. Le dije que sólo quería ser periodista y que en mi lucha contra el franquismo había visto a decenas de militantes comunistas jugarse el pellejo, pero que jamás vi a un socialista. Felipe me respondió: "es cierto, pero tenemos el apoyo de Alemania, Estados Unidos y muchos otros países. Verás como pronto gobernaremos".
Tenía razón y, cuando Franco murió y el PSOE apareció protegido por los alemanes y norteamericanos, sólo entonces empezaron a aparecer los escasos socialistas escondidos y los miles que se apuntaron cuando olieron el botín del poder.
Apelar, como ha hecho Sánchez, a la "persecución" del Franquismo es otra de sus mentiras y otro de sus intentos por reescribir la Historia de España llenándola de patrañas y falsedades.
El propio Alfonso Guerra me reconoció, siendo yo corresponsal en Roma, pocos días después de la victoria socialista de 1982, que eran muy pocos y que no tenían ni siquiera personal socialista para ocupar los cargos del gobierno.
Meses después, Narciso Serra, ministro de Defensa, me ofreció, por medio de su hombre de confianza en el Ministerio, Lluis Reverter, ser director general, encargado de la "mili", pero rechacé el ofrecimiento porque me exigían adquirir el carné del partido y porque yo sólo quería ser periodista.
Ese ofrecimiento y otros muchos que por entonces se hacían desde el gobierno, demostraban que los socialistas eran pocos y que consiguieron el poder sólo gracias a los apoyos de Estados Unidos y de los socialdemócratas alemanes.
Así que de "persecución franquista", nada de nada. Los socialistas sólo pisaban las comisarías de Franco para sacarse el DNI y dudo que supieran siquiera lo que era la Dirección General de Seguridad y la temible policía Político Social. franquista.
Francisco Rubiales
Pocos meses después de Suresnes, siendo yo corresponsal de la Agencia EFE en México, le organicé a Felipe González, entonces flamante líder del casi desconocido PSOE, una comparecencia con la prensa extranjera acreditada en México. Fue un rotundo éxito y al terminar, mientras nos tomábamos un whisky, Felipe me dijo que me afiliara al PSOE. Le dije que sólo quería ser periodista y que en mi lucha contra el franquismo había visto a decenas de militantes comunistas jugarse el pellejo, pero que jamás vi a un socialista. Felipe me respondió: "es cierto, pero tenemos el apoyo de Alemania, Estados Unidos y muchos otros países. Verás como pronto gobernaremos".
Tenía razón y, cuando Franco murió y el PSOE apareció protegido por los alemanes y norteamericanos, sólo entonces empezaron a aparecer los escasos socialistas escondidos y los miles que se apuntaron cuando olieron el botín del poder.
Apelar, como ha hecho Sánchez, a la "persecución" del Franquismo es otra de sus mentiras y otro de sus intentos por reescribir la Historia de España llenándola de patrañas y falsedades.
El propio Alfonso Guerra me reconoció, siendo yo corresponsal en Roma, pocos días después de la victoria socialista de 1982, que eran muy pocos y que no tenían ni siquiera personal socialista para ocupar los cargos del gobierno.
Meses después, Narciso Serra, ministro de Defensa, me ofreció, por medio de su hombre de confianza en el Ministerio, Lluis Reverter, ser director general, encargado de la "mili", pero rechacé el ofrecimiento porque me exigían adquirir el carné del partido y porque yo sólo quería ser periodista.
Ese ofrecimiento y otros muchos que por entonces se hacían desde el gobierno, demostraban que los socialistas eran pocos y que consiguieron el poder sólo gracias a los apoyos de Estados Unidos y de los socialdemócratas alemanes.
Así que de "persecución franquista", nada de nada. Los socialistas sólo pisaban las comisarías de Franco para sacarse el DNI y dudo que supieran siquiera lo que era la Dirección General de Seguridad y la temible policía Político Social. franquista.
Francisco Rubiales
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