Tras la reciente captura en Francia de Txeroki, número uno del aparato militar, consulto a un amigo, experto y vinculado a seguridad e inteligencia, el cual me asegura que el gobierno español está muy cerca de alcanzar una victoria rotunda frente a ETA, tras haber desarrollado una política muy inteligente y eficaz en su combate contra el terrorismo vasco, al que ha conseguido debilitar y dividir.
Tras asegurar que la lucha contra ETA quizás sea el única actividad verdaderamente brillante del gobierno Zapatero, me explica que la clave del éxito reside en que ha sabido crear una creciente y profunda división interna en el grupo terrorista, lograda a través de varias líneas de actuación. Una de ellas consiste en fomentar el deseo de negociación en una parte importante del movimiento etarra, sobre todo entre los presos. Otra se centra en perseguir y cazar a los terroristas más radicales, mientras permite más libertad de movimiento a los partidarios de la negociación. La tercera es el buen funcionamiento de la cooperación internacional y, sobre todo, de los servicios de inteligencia.
Estas estrategias están llevando a ETA a una profunda división interna que ya es, de hecho, una quiebra de la unidad en toda regla. El terrorismo está dividido en dos grupos perfectamente diferenciados y en creciente enfrentamiento: el de los partidarios de la línea dura y de seguir adelante con la lucha armada y el de los partidarios de la negociación y de una paz negociada que transforme el movimiento armado en una fuerza política con posibilidad de ganar muchos votos en el escenario vasco.
El gobierno está alimentando la división de manera astuta, inteligente y pertinaz, hasta el punto de que entre los grupos dirigentes de ETA ya no existe la confianza ni la cohesión que existían en el pasado. La labor entre los presos ha sido muy eficaz, al igual que la influencia que se está ejerciendo sobre los terroristas a través de gobiernos extranjeros y movimientos internacionales con pasado terrorista. El papel de los irlandeses que fueron miembros del IRA y que optaron por una salida negociada está siendo especialmente relevante.
La batalla se está ganando, sobre todo, en las cárceles, donde cada día son más numerosos los presos que quieren una salida negociada y presionan con fuerza a la dirección de ETA en esa dirección.
Con estas claves, me dice mi amigo, se entienden algunos hechos y comportamientos que aparentemente carecen de sentido, como el trato de favor quer se dispensa a algunos terroristas como De Juana Chaos, que es uno de los pilares del grupo partidario de la negociación, junto con Ternera, Otegui y otros.
El experto concluye: "los terroristas ya no se sienten seguros, ni encuentran refugio. Están desmoralizados y llegando a la terrible conclusión de que nunca podrán vencer y que ni siquiera pueden luchar con eficacia contra un país como España, que cuenta con el apoyo de la comunidad internacional y que opera en sintonía y estrecha cooperación con los mejores servicios de inteligencia del mundo, incluyendo los de Francia, Estados Unidos, Gran Bretaña, Portugal y Rusia, todos ellos colaborando con las fuerzas de seguridad españolas en la caza del etarra radical, mientras dan tregua y permiten cierta libertad de movimientos a los partidarios de la negociación".
Según nuestro experto, el final de ETA se acerca y, si todo sale como está previsto, será el gran acontecimiento de esta legislatura y la gran baza de un Zapatero que cuenta con la rendición etarra para neutralizar el enorme desgaste que le está generando a él y a su gobierno la profunda crisis económica y el empobrecimiento precipitado de la sociedad española.
Tras asegurar que la lucha contra ETA quizás sea el única actividad verdaderamente brillante del gobierno Zapatero, me explica que la clave del éxito reside en que ha sabido crear una creciente y profunda división interna en el grupo terrorista, lograda a través de varias líneas de actuación. Una de ellas consiste en fomentar el deseo de negociación en una parte importante del movimiento etarra, sobre todo entre los presos. Otra se centra en perseguir y cazar a los terroristas más radicales, mientras permite más libertad de movimiento a los partidarios de la negociación. La tercera es el buen funcionamiento de la cooperación internacional y, sobre todo, de los servicios de inteligencia.
Estas estrategias están llevando a ETA a una profunda división interna que ya es, de hecho, una quiebra de la unidad en toda regla. El terrorismo está dividido en dos grupos perfectamente diferenciados y en creciente enfrentamiento: el de los partidarios de la línea dura y de seguir adelante con la lucha armada y el de los partidarios de la negociación y de una paz negociada que transforme el movimiento armado en una fuerza política con posibilidad de ganar muchos votos en el escenario vasco.
El gobierno está alimentando la división de manera astuta, inteligente y pertinaz, hasta el punto de que entre los grupos dirigentes de ETA ya no existe la confianza ni la cohesión que existían en el pasado. La labor entre los presos ha sido muy eficaz, al igual que la influencia que se está ejerciendo sobre los terroristas a través de gobiernos extranjeros y movimientos internacionales con pasado terrorista. El papel de los irlandeses que fueron miembros del IRA y que optaron por una salida negociada está siendo especialmente relevante.
La batalla se está ganando, sobre todo, en las cárceles, donde cada día son más numerosos los presos que quieren una salida negociada y presionan con fuerza a la dirección de ETA en esa dirección.
Con estas claves, me dice mi amigo, se entienden algunos hechos y comportamientos que aparentemente carecen de sentido, como el trato de favor quer se dispensa a algunos terroristas como De Juana Chaos, que es uno de los pilares del grupo partidario de la negociación, junto con Ternera, Otegui y otros.
El experto concluye: "los terroristas ya no se sienten seguros, ni encuentran refugio. Están desmoralizados y llegando a la terrible conclusión de que nunca podrán vencer y que ni siquiera pueden luchar con eficacia contra un país como España, que cuenta con el apoyo de la comunidad internacional y que opera en sintonía y estrecha cooperación con los mejores servicios de inteligencia del mundo, incluyendo los de Francia, Estados Unidos, Gran Bretaña, Portugal y Rusia, todos ellos colaborando con las fuerzas de seguridad españolas en la caza del etarra radical, mientras dan tregua y permiten cierta libertad de movimientos a los partidarios de la negociación".
Según nuestro experto, el final de ETA se acerca y, si todo sale como está previsto, será el gran acontecimiento de esta legislatura y la gran baza de un Zapatero que cuenta con la rendición etarra para neutralizar el enorme desgaste que le está generando a él y a su gobierno la profunda crisis económica y el empobrecimiento precipitado de la sociedad española.
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