Desde últimos del XIX el nacionalismo catalán y vasco por un lado y sus burguesías por otro, solo han exprimido a España, sirviéndose de sus presiones combinadas, de las debilidades de los gobiernos o colaboraciones puntuales. Este sistema de extorsiones, o corrupciones, o intereses bastardos y otras mezquindades egoistas les sirvió hasta el día de hoy para consolidar una economía fuerte y protegida en ambas regiones, dando la espalda al resto de ciudadanía española, tanto por los gobiernos nacionales como por los regionales, que por otro lado no respondió a su desheredad, dado que al fin y al cabo era riqueza para España. Daba un poco igual donde se ubicara. Esto motivó que se desplazaran grandes masas de habitantes de zonas más deprimidas en un intento de hacer fortuna en esas regiones más "afortunadas", donde, por el contrario, tuvieron que trabajar duro y sufrir el escarnio de la discriminación.
Cuando acabó la dictadura, por fallecimiento de la misma, y nos colocan la estafa que "disfrutamos" actualmente, todo el mundo estuvo de acuerdo en la descentralización de los poderes. Se diseñó una constitución y se procedió al autogobierno autonómico de las distintas regiones.
Pero nadie se acordó, o no mencionó, o no le dio la gana de descentralizar el poder económico, permitiendo durante décadas la depresión artificial y sostenida, en la mayor parte del territorio nacional, mientras aumentaba el re-enriquecimiento de las sanguijuelas nacionalistas y sus burguesías asociadas.
Aún resuenan las protestas saltarinas y airadas, con sus voceras y espumarajos, de Jordi Pujol cuando Felipe González sugirió en una mesa de negocios con empresarios españoles e inversores extranjeros, que en España "había muchas regiones buenas para inversiones, además de Cataluña y el País Vasco". Cataluña no iba a permitir perder el proteccionismo de su comercio nacional y de importación, ni la garantía de mano de obra barata y puntual de otras regiones.
Se perdió una gran oportunidad para hacer justicia al conjunto ciudadano.
Entonces se gestó el PER. Ese que parece que arruina a Cataluña para que los "vagos" andaluces vivan bien. Pregunten a Jordi Pujol . Quizás sepa de quienes y porqué tanta generosidad con tanto "vago". Los mismos "vagos" que durante décadas han estado sosteniendo gran parte de la economía vasca y catalana. Pregúntenle.
Por otro lado, el PER lo paga el conjunto ciudadano de sus impuestos. Ya está bien de que eduquen a la gente en Cataluña, en el convencimiento de ésta paga todo a todo el mundo.
Ahora que, gracias a los fondos de cohesión de la UE, el nivel nacional se acerca al catalán y vasco, los nacionalistas recurren al federalismo, sistema que permite la explotación del mercado inter-regional con mínimas o nulas aportaciones al Estado.
No señor. Cataluña no es de los catalanes. Cataluña es de los españoles, cuya miseria de años y años están invertidas allí, por la codicia y triquiñuelas nacionalistas, contra su voluntad o por su ignorancia. Se acabó ser ventajistas y pretender ser respetados. Esta vez no chantajearéis al gobierno de la Nación. Esta vez los ciudadanos pondremos las cosas en su lugar, por encima de los colaboracionistas.
Como inversores no permitiremos una mala gestión de nuestros intereses de nuestra Cataluña. Como españoles decimos basta al esquilmo fraudulento de Cataluña a la Nación y al Estado.
Se acabó.
Clandestino
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