Atrapado en la “ciénaga” política catalana, el gobierno que preside Rodríguez Zapatero y el PSOE están perdiendo el estratégico centro político español y se precipitan hacia la derrota electoral.
La vieja táctica de la izquierda de arrinconar al PP en la derecha del espectro está fracasando porque ya no es creíble acusar al PP de “derechista” cuando se tienen socios de gobierno como ERC, que desprecia la Constitución española y que practica algo muy parecido al fascismo cuando acosa y persigue a los ciudadanos que hablan castellano y a los que se expresan con libertad, en contra de sus ideas.
Aprovechando las oleadas de desprestigio y descrédito que invaden y desmoralizan al socialismo español de Zapatero, la derecha no sólo ha conquistado la calle con manifestaciones masivas, sino también conceptos “decisivos” como la unión de la nación, la defensa de la constitución, la libertad y el valor de la ciudadanía.
El socialismo, comandado por Zapatero, funciona hoy a la defensiva y dando traspiés, como un boxeador sonado, sin capacidad de reacción ante una derecha que hace sólo un año estaba desmoralizada, desquiciada y lejos de una victoria electoral que ahora vislumbra y saborea.
La reciente manifestación en la madrileña Puerta del Sol, organizada por el Partido Popular “en defensa de la Constitución”, fue un acto masivo, ordenado, moderado e imaginativo que demuestra que el gobierno y la izquierda están desfondados, tras haber perdido la calle y otras trincheras vitales en política, como son los conceptos de libertad, unidad nacional, ciudadanía y constitución.
La frase “ España no es una nación de naciones, sino una nación de ciudadanos libres ”, pronunciada en la manifestación por el líder de la derecha, Mariano Rajoy, constituye no sólo una verdad defendida por la mayoría de los filósofos y pensadores democráticos, sino también un acierto en marketing político que conecta hoy con millones de electores españoles, entre ellos muchos de los que votaron a la izquierda en los últimos comicios.
Esa misma frase la había pronunciado días antes el ministro socialista José Bono en un encuentro con la agencia “Europa Press”, pero fue lanzada como una crítica al Estatuto catalán y su partido, al considerarla políticamente incorrecta, ni le prestó atención, ni la secundó.
(Sigue)
FR
La vieja táctica de la izquierda de arrinconar al PP en la derecha del espectro está fracasando porque ya no es creíble acusar al PP de “derechista” cuando se tienen socios de gobierno como ERC, que desprecia la Constitución española y que practica algo muy parecido al fascismo cuando acosa y persigue a los ciudadanos que hablan castellano y a los que se expresan con libertad, en contra de sus ideas.
Aprovechando las oleadas de desprestigio y descrédito que invaden y desmoralizan al socialismo español de Zapatero, la derecha no sólo ha conquistado la calle con manifestaciones masivas, sino también conceptos “decisivos” como la unión de la nación, la defensa de la constitución, la libertad y el valor de la ciudadanía.
El socialismo, comandado por Zapatero, funciona hoy a la defensiva y dando traspiés, como un boxeador sonado, sin capacidad de reacción ante una derecha que hace sólo un año estaba desmoralizada, desquiciada y lejos de una victoria electoral que ahora vislumbra y saborea.
La reciente manifestación en la madrileña Puerta del Sol, organizada por el Partido Popular “en defensa de la Constitución”, fue un acto masivo, ordenado, moderado e imaginativo que demuestra que el gobierno y la izquierda están desfondados, tras haber perdido la calle y otras trincheras vitales en política, como son los conceptos de libertad, unidad nacional, ciudadanía y constitución.
La frase “ España no es una nación de naciones, sino una nación de ciudadanos libres ”, pronunciada en la manifestación por el líder de la derecha, Mariano Rajoy, constituye no sólo una verdad defendida por la mayoría de los filósofos y pensadores democráticos, sino también un acierto en marketing político que conecta hoy con millones de electores españoles, entre ellos muchos de los que votaron a la izquierda en los últimos comicios.
Esa misma frase la había pronunciado días antes el ministro socialista José Bono en un encuentro con la agencia “Europa Press”, pero fue lanzada como una crítica al Estatuto catalán y su partido, al considerarla políticamente incorrecta, ni le prestó atención, ni la secundó.
(Sigue)
FR