Ciudadanos no es un partido ejemplar porque tiene en su seno defectos y traiciones como la de apoyar en Andalucía la corrupción socialista, pero sus aportaciones en el ámbito de la regeneración son importantes y meritorias, teniendo en cuenta el inmenso nivel de corrupción de la política española y la tendencia de los grandes partidos a abusar del poder, a relegar al ciudadano y a anteponer siempre sus propios intereses al bien común.
Tras haber firmado con Pedro Sánchez un acuerdo para la regeneración, que no tuvo efectos porque la candidatura del hoy defenestrado socialista se derrumbó, firmó después un acuerdo similar con el PP, que tiene vigencia, aunque Rajoy y sus huestes gobernantes se resisten a cumplirlo.
Algunas medidas de ese pacto ya han entrado en vigor, como el incremento del permiso de paternidad, que se eleva de quince días a un mes. Ahora le está llegando el turno a otro de los acuerdos regeneradores de enorme importancia: la despolitización de algunas instituciones de vigilancia y control, como el Banco de España, la Comisión nacional del Mercado de Valores y otras, que tradicionalmente han sido utilizadas por los partidos, vergonzosamente, para colocar allí a sus amigos y usarlas en beneficio del poder político y de sus amigos, en lugar de cuidar la limpieza, neutralidad y justicia de sus decisiones.
La falta de vigilancia y la corrupción en esas instituciones hicieron posibles dramas como el saqueo de las cajas de ahorros por parte de los partidos políticos y sindicatos, la fraudulenta salida a bolsa de Bankia y la estafa de las participaciones preferentes, entre otros muchos.
Aunque muchos españoles hemos aprendido, con la experiencia, a desconfiar de los partidos y a rechazarlos como instrumentos de la democracia, dada su tendencia a corromperse y a operar como mafias y como hornos donde se cuecen actitudes corruptas, egoístas, ajenas a la democracia y hasta totalitarias, no tenemos mas remedio que reconocer la labor positiva de Ciudadanos presionando a dinosaurios corruptos y muy alejados de los valores democráticos, como el PP y el PSOE, para que abracen la ruta de la regeneración, un camino que, por desgracia, se resisten a transitar y que, cuando lo hacen, avanzan forzados, con desgana y sin entusiasmo alguno.
Rivera ha declarado: "Yo quiero que la CNMC, la CNMV, el Banco de España o una autoridad independiente para defender a los consumidores se pongan en marcha y que se despolitice la elección de sus cargos".
La formación naranja está abordando con el Ejecutivo de Mariano Rajoy cómo llevar a cabo una reforma que dé cumplimiento a los puntos 12, 13 y 15 del acuerdo de investidura que el PP y C's firmaron el pasado agosto.
Esos puntos hablan de "garantizar la independencia de los organismos reguladores evitando la politización de sus órganos de gobierno", de "separar la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en dos entidades independientes" --una Autoridad Independiente de los Mercados y una Autoridad Independiente de la Defensa de la Competencia-- y de "crear una Autoridad Independiente de Protección del Consumidor e Inversos Financiero".
El programa de regeneración de Ciudadanos es amplio y ambicioso, sobre todo para un país como España cuya política lleva más de tres décadas nadando en la inmundicia. Los ciudadanos y votantes españoles, por desgracia, todavía no se han dado cuenta de que la formación naranja es la única fuerza política que está impulsando esa regeneración que para España es tan necesaria como el oxígeno.
La labor de Ciudadanos en favor de la regeneración es de gran valor e importancia para España, un país que necesita con urgencia limpiar su abundante porquería política, mucha de ella atrincherada en los partidos y en las oficinas del gobierno y en las grandes instituciones del Estado, territorio donde operan comisionista, recaudadores, lobbys indecentes y políticos que se dedican a destruir la igualdad de oportunidades y a beneficiar a sus amigos en subvenciones, contratos públicos y otros actividades políticas y económicas y cuyos grandes partidos, por desgracia, se resisten a afrontar la regeneración porque han aprendido a vivir a gusto en el privilegio y la pocilga.
Francisco Rubiales
Tras haber firmado con Pedro Sánchez un acuerdo para la regeneración, que no tuvo efectos porque la candidatura del hoy defenestrado socialista se derrumbó, firmó después un acuerdo similar con el PP, que tiene vigencia, aunque Rajoy y sus huestes gobernantes se resisten a cumplirlo.
Algunas medidas de ese pacto ya han entrado en vigor, como el incremento del permiso de paternidad, que se eleva de quince días a un mes. Ahora le está llegando el turno a otro de los acuerdos regeneradores de enorme importancia: la despolitización de algunas instituciones de vigilancia y control, como el Banco de España, la Comisión nacional del Mercado de Valores y otras, que tradicionalmente han sido utilizadas por los partidos, vergonzosamente, para colocar allí a sus amigos y usarlas en beneficio del poder político y de sus amigos, en lugar de cuidar la limpieza, neutralidad y justicia de sus decisiones.
La falta de vigilancia y la corrupción en esas instituciones hicieron posibles dramas como el saqueo de las cajas de ahorros por parte de los partidos políticos y sindicatos, la fraudulenta salida a bolsa de Bankia y la estafa de las participaciones preferentes, entre otros muchos.
Aunque muchos españoles hemos aprendido, con la experiencia, a desconfiar de los partidos y a rechazarlos como instrumentos de la democracia, dada su tendencia a corromperse y a operar como mafias y como hornos donde se cuecen actitudes corruptas, egoístas, ajenas a la democracia y hasta totalitarias, no tenemos mas remedio que reconocer la labor positiva de Ciudadanos presionando a dinosaurios corruptos y muy alejados de los valores democráticos, como el PP y el PSOE, para que abracen la ruta de la regeneración, un camino que, por desgracia, se resisten a transitar y que, cuando lo hacen, avanzan forzados, con desgana y sin entusiasmo alguno.
Rivera ha declarado: "Yo quiero que la CNMC, la CNMV, el Banco de España o una autoridad independiente para defender a los consumidores se pongan en marcha y que se despolitice la elección de sus cargos".
La formación naranja está abordando con el Ejecutivo de Mariano Rajoy cómo llevar a cabo una reforma que dé cumplimiento a los puntos 12, 13 y 15 del acuerdo de investidura que el PP y C's firmaron el pasado agosto.
Esos puntos hablan de "garantizar la independencia de los organismos reguladores evitando la politización de sus órganos de gobierno", de "separar la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en dos entidades independientes" --una Autoridad Independiente de los Mercados y una Autoridad Independiente de la Defensa de la Competencia-- y de "crear una Autoridad Independiente de Protección del Consumidor e Inversos Financiero".
El programa de regeneración de Ciudadanos es amplio y ambicioso, sobre todo para un país como España cuya política lleva más de tres décadas nadando en la inmundicia. Los ciudadanos y votantes españoles, por desgracia, todavía no se han dado cuenta de que la formación naranja es la única fuerza política que está impulsando esa regeneración que para España es tan necesaria como el oxígeno.
La labor de Ciudadanos en favor de la regeneración es de gran valor e importancia para España, un país que necesita con urgencia limpiar su abundante porquería política, mucha de ella atrincherada en los partidos y en las oficinas del gobierno y en las grandes instituciones del Estado, territorio donde operan comisionista, recaudadores, lobbys indecentes y políticos que se dedican a destruir la igualdad de oportunidades y a beneficiar a sus amigos en subvenciones, contratos públicos y otros actividades políticas y económicas y cuyos grandes partidos, por desgracia, se resisten a afrontar la regeneración porque han aprendido a vivir a gusto en el privilegio y la pocilga.
Francisco Rubiales
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