Lo decía hace unos días un prestigioso catedrático de derecho gaditano, en un foro público: "Tengo la sensación de ser un imbécil. Llevo más de veinte años explicando en la Universidad que los españoles logramos en 1978 un gran pacto y ahora dicen que aquel fue sólo el único pacto posible porque entonces los perdedores de la guerra civil española no tenían la fuerza suficiente para ganar".
La tesis aberrante de que la Transición y la Constitución Española de 1978 fueron logros mediatizados y vigilados por los militares, mantenida hoy en los entornos del PSOE y de sus aliados, constituye un verdadero peligro para la paz y la convivencia en España.
Esas tesis otorgan vía libre a la revancha de los perdedores y desata una dinámica perversa y antidemocrática, reñida con la convivencia y la paz.
La tesis aberrante de que la Transición y la Constitución Española de 1978 fueron logros mediatizados y vigilados por los militares, mantenida hoy en los entornos del PSOE y de sus aliados, constituye un verdadero peligro para la paz y la convivencia en España.
Esas tesis otorgan vía libre a la revancha de los perdedores y desata una dinámica perversa y antidemocrática, reñida con la convivencia y la paz.
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