Asistir a oficios religiosos no sólo enriquece el alma, sino que también la billetera, según un estudio realizado por Jonathan Gruber, analista del departamento de Economía del Instituto Tecnológico de Massachussets.
El estudio, realizado en comunidades de Estados Unidos, establece que "Duplicar la frecuencia de asistencia (a ceremonias religiosas) lleva a un incremento del 9,1 por ciento en los ingresos del hogar, o a un alza del 5,5 por ciento en la escala de pobreza".
Pero lo que no dice el estudio es que lo que hace que los billetes entren en la cartera no es tanto la religión como la reflexión y lo que la religión llama “meditación”.
Resulta que la mayoría de los que asisten a ceremonias religiosas permanecen en silencio, teóricamente para rezar, pero dedican parte de su tiempo, en realidad, a reflexionar, a pensar y a poner en orden las ideas, algo que dispara la lucidez, la creatividad, el orden y que, como efecto inmediato, mejora la vida profesional, el rendimiento de los equipos y las empresas y, en consecuencia, llena de dinero las carteras.
Los expertos creen que no existe nada más rentable para un profesional en activo que pensar en silencio.
Es cierto que la religión proporciona paz y armonía, algo que también tiene efectos positivos sobre la vida personal y profesional, como lo explica el estudio cuando afirma que "Aquellos con más fe estarían menos nerviosos por los problemas diarios que impiden el éxito en el mercado laboral y en el matrimonio, por lo que tendrían más éxito", dijo Gruber en su análisis, difundido por la Oficina Nacional de Investigaciones Económicas.
El estudio, realizado en comunidades de Estados Unidos, establece que "Duplicar la frecuencia de asistencia (a ceremonias religiosas) lleva a un incremento del 9,1 por ciento en los ingresos del hogar, o a un alza del 5,5 por ciento en la escala de pobreza".
Pero lo que no dice el estudio es que lo que hace que los billetes entren en la cartera no es tanto la religión como la reflexión y lo que la religión llama “meditación”.
Resulta que la mayoría de los que asisten a ceremonias religiosas permanecen en silencio, teóricamente para rezar, pero dedican parte de su tiempo, en realidad, a reflexionar, a pensar y a poner en orden las ideas, algo que dispara la lucidez, la creatividad, el orden y que, como efecto inmediato, mejora la vida profesional, el rendimiento de los equipos y las empresas y, en consecuencia, llena de dinero las carteras.
Los expertos creen que no existe nada más rentable para un profesional en activo que pensar en silencio.
Es cierto que la religión proporciona paz y armonía, algo que también tiene efectos positivos sobre la vida personal y profesional, como lo explica el estudio cuando afirma que "Aquellos con más fe estarían menos nerviosos por los problemas diarios que impiden el éxito en el mercado laboral y en el matrimonio, por lo que tendrían más éxito", dijo Gruber en su análisis, difundido por la Oficina Nacional de Investigaciones Económicas.
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