Resulta ignominioso y denigrante el tejemaneje del precio político que llega a postrar España. El ciudadano atónito no sale de su trémulo asombro. Hablen con aquellos que, sintiéndose inocentes, o imputados por delitos menores, andan años en las lúgubres cárceles. Hablen con los que llevan tiempo litigando sus cuitas y problemas y esperando una sentencia justa.
Antes fue excarcelación del etarra por el huelguista chantaje, después el balbuceo de la ambigüedad sobre el futuro de Navarra y, por el momento, la imposición, a la Fiscalía, del grotesco y vulnerable escándalo de exonerar, tras su recorrido de nevada mofa, al Batasuno de sus cargas pendientes con la Justicia; mientras, el Gobierno del talante está a la ansiosa espera, hace días, del escrito de ETA que le insufle las velas. El propio tribunal de la Audiencia Nacional, que absolvió al de la Batasuna, asegura en la sentencia, que había "prueba de cargo directa, objetiva y suficiente" para condenarlo, y que sólo la retirada de la acusación impidió hacerlo. Apenas un rato después del sainete y chanza ante el Tribunal, Batasuna apretaba su estrategia de presión y chantaje al Gobierno y le exigía efectuar los «compromisos firmados con ETA que no termina de cumplir». ¿Existe, pues, un pacto previo de negociación sobre asuntos vitales, para el Estado, en mesas ajenas a las instituciones, cosa que el Gobierno niega?
Parece que, en su inepta debilidad, el Ejecutivo está atrapado en potestad de los terroristas, lo que resultaría un oprobio.Tras la bomba de Barajas, con otra, Dios no lo quiera, la banda puede defenestrar ipso facto a Zapatero.La sensación de entreguismo con un bosquejo in oculto de resarcimientos recíprocos se va patentizando con visos inquietantes. El Gobierno se empeña en dibujar la retirada de acusación, como una decisión «normal», y todos los fiscales saben que una tal actuación es siempre, excepcional, únicamente resultado de que la prueba practicada sea claramente absolutoria. Es irregular, porque, oyendo sólo al acusado, el Ministerio Fiscal no ha ejercitado su obligación, con arreglo a la Ley, de tramitar todas las acciones penales que son procedentes al acusador. Es una subordinación a la voluntad política, una arbitrariedad y una mordaza contrarias a Derecho.
Muchos ciudadanos dudan y se asquean con razón de que lo blanco hoy, sea negro mañana; y, así mismo, sectores jurídicos se indignan por los balanceos y movidas que sacuden las estimaciones jurídicas. Un manifiesto «firme e inequívoco» del movimiento cívico vasco: Basta Ya, el Foro de Ermua y Covite, leído ante la sede del Ministerio del Interior en Madrid, rechaza la política de Zapatero, quien, con estas sus indecencias, ha destrozado el margen de confianza que le venían concediendo. El Gobierno, con el argumento de una supuesta «merma del nivel de seguridad», ha tratado de impedir la lectura del manifiesto.
Es evidente que ETA no ha cedido ni un ápice y sigue intacto su comportamiento de terror. Sólo este Gobierno ha relegado su obligación de defender el orden, la legalidad y la justicia que reclaman la sangre y el dolor provocados por la tiranía persistente.
Camilo Valverde Mudarra
Antes fue excarcelación del etarra por el huelguista chantaje, después el balbuceo de la ambigüedad sobre el futuro de Navarra y, por el momento, la imposición, a la Fiscalía, del grotesco y vulnerable escándalo de exonerar, tras su recorrido de nevada mofa, al Batasuno de sus cargas pendientes con la Justicia; mientras, el Gobierno del talante está a la ansiosa espera, hace días, del escrito de ETA que le insufle las velas. El propio tribunal de la Audiencia Nacional, que absolvió al de la Batasuna, asegura en la sentencia, que había "prueba de cargo directa, objetiva y suficiente" para condenarlo, y que sólo la retirada de la acusación impidió hacerlo. Apenas un rato después del sainete y chanza ante el Tribunal, Batasuna apretaba su estrategia de presión y chantaje al Gobierno y le exigía efectuar los «compromisos firmados con ETA que no termina de cumplir». ¿Existe, pues, un pacto previo de negociación sobre asuntos vitales, para el Estado, en mesas ajenas a las instituciones, cosa que el Gobierno niega?
Parece que, en su inepta debilidad, el Ejecutivo está atrapado en potestad de los terroristas, lo que resultaría un oprobio.Tras la bomba de Barajas, con otra, Dios no lo quiera, la banda puede defenestrar ipso facto a Zapatero.La sensación de entreguismo con un bosquejo in oculto de resarcimientos recíprocos se va patentizando con visos inquietantes. El Gobierno se empeña en dibujar la retirada de acusación, como una decisión «normal», y todos los fiscales saben que una tal actuación es siempre, excepcional, únicamente resultado de que la prueba practicada sea claramente absolutoria. Es irregular, porque, oyendo sólo al acusado, el Ministerio Fiscal no ha ejercitado su obligación, con arreglo a la Ley, de tramitar todas las acciones penales que son procedentes al acusador. Es una subordinación a la voluntad política, una arbitrariedad y una mordaza contrarias a Derecho.
Muchos ciudadanos dudan y se asquean con razón de que lo blanco hoy, sea negro mañana; y, así mismo, sectores jurídicos se indignan por los balanceos y movidas que sacuden las estimaciones jurídicas. Un manifiesto «firme e inequívoco» del movimiento cívico vasco: Basta Ya, el Foro de Ermua y Covite, leído ante la sede del Ministerio del Interior en Madrid, rechaza la política de Zapatero, quien, con estas sus indecencias, ha destrozado el margen de confianza que le venían concediendo. El Gobierno, con el argumento de una supuesta «merma del nivel de seguridad», ha tratado de impedir la lectura del manifiesto.
Es evidente que ETA no ha cedido ni un ápice y sigue intacto su comportamiento de terror. Sólo este Gobierno ha relegado su obligación de defender el orden, la legalidad y la justicia que reclaman la sangre y el dolor provocados por la tiranía persistente.
Camilo Valverde Mudarra
Comentarios: