“Quiero honrar a la Guardia Civil, a la Policía Nacional, el resto de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, al juez Ramirez Sunyer y a todos los ciudadanos de bien que trabajan por defender su nación”. Así se despidió Carmen Tejera, la abogada del Estado cesada por el Gobierno de Sánchez por ser honrada, decente y cumplir con su deber. Ella fue la persona decisiva para demostrar y condenar a los golpistas del 1-O por malversación de fondos, un delito que pudo sustentarse gracias a su labor en Hacienda. La reaccion del "malo" Pedro Sánchez fue purgarla en lugar de premiarla, por exigencia de ERC y el esto de los separatistas y golpistas, una más de las muchas concesiones y regalos que Sánchez y su gobierno hacen a los españoles más desleales y que más nos odian para pagar el apoyo a su investidura y a sus presupuestos.
Tras darse a conocer estos acontecimientos, parece evidente que Sánchez y los suyos son "los malos" de la película que nos ha tocado vivir, que es la decadencia y caída de España, un equipo de mediocres sin honor ni honra que retuerce las leyes y utiliza los recursos del Estado para comprar voluntades y ganar votos para mantenerse en el poder. Para ellos, el bien común es menos importante que el poder y los ciudadanos están al servicio del gobierno, en lugar de lo contrario, que es lo que manda la democracia.
La España decente y digna, que es la gran víctima del sanchismo, sacrificada en el altar del egoísmo y ansia descontrolada de poder y privilegios, es la gran víctima del socialcomunismo. Esos españoles que, por cumplir con su deber cívico, se exponen a ser aplastados por la maquinaria del poder, cada día tiene más claro que su deber es resistir al asalto que los peores elementosde España han perpetrado al Estado, del que se han apoderado y quieren transformar, desde dentro, en una tiranía camuflada, donde los ciudadanos que son libres, cumplen con su deber y exhiben heroísmo y honor caen represaliados y aplastados.
“Para mí es un lujo ser servidora pública” y más ante “los acontecimientos que hemos vivido, vivimos y viviremos con Cataluña”, afirma en su vídeo de despedida Carmen Tejera, en el que honra a las personas que defienden la nación en estos momentos de peligro para la supervivencia de España, en manos de una ideología socialista-comunista que ha demostrado en la Historia que es la ideología más represiva, asesina y sanguinaria de todas las ideadas por el ser humano.
Con sus palabras de aliento a los que resisten, la funcionaria represaliada apela al derecho que existe en democracia a resistir y a oponerse, por todos los medios, pacíficos en principio, a la tiranía y a los gobiernos inicuos. El derecho de rebelión, derecho de revolución o derecho de resistencia a la opresión es un derecho reconocido a los pueblos frente a gobernantes de origen ilegítimo o que teniendo origen legítimo han devenido en ilegítimos durante su ejercicio, que autoriza la desobediencia civil y el uso de la fuerza con el fin de derrocarlos y reemplazarlos por gobiernos que posean legitimidad.
El derecho a la resistencia frente al tirano, que ha llegado a justificar la muerte de éste, se puede encontrar ya en la Antigüedad. Platón trató el tema de la tiranía y del derecho del pueblo a defenderse contra el tirano y la injusticia. A partir de él, numerosos autores han desarrollado el tema a lo largo de la historia, entre ellos San Isidoro de Sevilla y Santo Tomás de Aquino.
Este derecho puede considerarse implícito en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de 1776, que en su párrafo más famoso declara:
"Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla o abolirla e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar su seguridad y felicidad".
Francisco Rubiales
Tras darse a conocer estos acontecimientos, parece evidente que Sánchez y los suyos son "los malos" de la película que nos ha tocado vivir, que es la decadencia y caída de España, un equipo de mediocres sin honor ni honra que retuerce las leyes y utiliza los recursos del Estado para comprar voluntades y ganar votos para mantenerse en el poder. Para ellos, el bien común es menos importante que el poder y los ciudadanos están al servicio del gobierno, en lugar de lo contrario, que es lo que manda la democracia.
La España decente y digna, que es la gran víctima del sanchismo, sacrificada en el altar del egoísmo y ansia descontrolada de poder y privilegios, es la gran víctima del socialcomunismo. Esos españoles que, por cumplir con su deber cívico, se exponen a ser aplastados por la maquinaria del poder, cada día tiene más claro que su deber es resistir al asalto que los peores elementosde España han perpetrado al Estado, del que se han apoderado y quieren transformar, desde dentro, en una tiranía camuflada, donde los ciudadanos que son libres, cumplen con su deber y exhiben heroísmo y honor caen represaliados y aplastados.
“Para mí es un lujo ser servidora pública” y más ante “los acontecimientos que hemos vivido, vivimos y viviremos con Cataluña”, afirma en su vídeo de despedida Carmen Tejera, en el que honra a las personas que defienden la nación en estos momentos de peligro para la supervivencia de España, en manos de una ideología socialista-comunista que ha demostrado en la Historia que es la ideología más represiva, asesina y sanguinaria de todas las ideadas por el ser humano.
Con sus palabras de aliento a los que resisten, la funcionaria represaliada apela al derecho que existe en democracia a resistir y a oponerse, por todos los medios, pacíficos en principio, a la tiranía y a los gobiernos inicuos. El derecho de rebelión, derecho de revolución o derecho de resistencia a la opresión es un derecho reconocido a los pueblos frente a gobernantes de origen ilegítimo o que teniendo origen legítimo han devenido en ilegítimos durante su ejercicio, que autoriza la desobediencia civil y el uso de la fuerza con el fin de derrocarlos y reemplazarlos por gobiernos que posean legitimidad.
El derecho a la resistencia frente al tirano, que ha llegado a justificar la muerte de éste, se puede encontrar ya en la Antigüedad. Platón trató el tema de la tiranía y del derecho del pueblo a defenderse contra el tirano y la injusticia. A partir de él, numerosos autores han desarrollado el tema a lo largo de la historia, entre ellos San Isidoro de Sevilla y Santo Tomás de Aquino.
Este derecho puede considerarse implícito en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de 1776, que en su párrafo más famoso declara:
"Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla o abolirla e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar su seguridad y felicidad".
Francisco Rubiales
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