
El rey de Marruecos humilla a Pedro Sánchez y a España colocando la bandera española al revés en un acto oficial. Sánchez ni protestó.
En Rabat temen que España, ante el rearme de Europa y el proyecto de creación de una fuerza armada común, logre imponer un plan de defensa común europeo ante ataques externos, que si se convirtiera en realidad haría imposible el proyecto marroquí de conquistar pronto las plazas españolas del Norte de África.
Millones de españoles, incluyendo a militares y expertos en geopolítica y estrategia, ante la terrible y devastadora guerra de Ucrania, están reflexionando sobre el conflicto que amenaza a España, que es una confrontación con Marruecos, pais que aspira a conquistas Ceuta, Melilla y Canarias.
Ese conflicto es la mayor amenaza de España y su estallido parece inevitable. Entre los dos países existen todas las condiciones necesarias para la confrontación: enemistad histórica, reivindicaciones territoriales, pasiones y un gobierno marroquí dispuesto a utilizar ese conflicto para solucionar problemas internos e incrementar su poder.
Es lo que opinan muchos expertos y también el ex Jefe de Estado Mayor de la Defensa de España, Fernando Alejandre, que opina en el libro que ha publicado lo mismo que pensamos miles de observadores y analistas: que Marruecos representa una amenaza "directa" para España, que Rabat se está rearmando para la futura guerra y que el estallido acabará materializándose.
El gobierno de Sánchez, cuya sumisión a Marruecos es tan vergonzosa como incomprensible, se ha negado siempre a contemplar como realidad ese conflicto latente, lo que constituye una estupidez supina que pone en peligro la seguridad y quizás la misma existencia de España como nación soberana.
Merece la pena analizar la advertencia del ex jefe del Estado Mayor del Ejército español, que lanza a la España cobarde y adormilada una alerta de alarma con grave contenido de verdad.
España es un país tan deteriorado moralmente, tan cobarde y tan pésimamente gobernado que se niega a reconocer que tiene de vecino a un país enemigo, Marruecos, con el que tarde o temprano tendrá que enfrentarse. En lugar de prepararse para esa contienda, que es la única amenaza grave y real en nuestro horizonte inmediato, el gobierno español cierra los ojos, niega la evidencia, no se rearma y confía estúpidamente que puede comprar la paz con dinero y concesiones. Como ya dijo Churchill, al negar la evidencia de una guerra inevitable, cosecharemos deshonor, guerra y, probablemente, también derrota.
Las afirmaciones de "amistad" y "cooperación" con Marruecos de los políticos españoles son mentiras e intentos de disfrazar la inmensa sumisión de España a ese vecino y el enorme peligro que representa Marruecos, un país que ya nos invadió varias veces y con el que hemos guerreado más que con cualquier otro, incluida Inglaterra, la nación que pasa por ser nuestra enemiga ancestral.
Nuestros gobiernos han sido tan imbéciles que han entrado en la OTAN sin incluir a Ceuta y Melilla como territorios protegidos, lo que deja a España sola frente a una posible invasión de Marruecos a esos territorios.
De nada nos ha servido entregar a los marroquíes el Sahara, traicionando a los saharauis, que eran españoles con DNI, cometiendo una inmensa vileza que se acordó, cobardemente, con Estados Unidos, Francia y otros países que, en teoría, sólo en teoría, eran y son nuestros aliados.
El presidente Sánchez y su gobierno de progres, totalitarios y enemigos de España es incapaz de hacer frente a una amenaza bélica de esa envergadura. Para lo único que está preparado es para acumular poder y conducir el país hacia la decadencia y la debilidad.
Ante la imposibilidad de dialogar con un país como Marruecos, lleno de odio acumulado, la única salida es que nos teman, para lo cual necesitamos un rearme intenso, un eficaz entrenamiento de nuestros soldados, la creación de milicias entrenadas por si el enemigo decidiera cruzar el Estrecho de Gibraltar y una alianza fortalecida con Argelia, que es el enemigo directo de Marruecos.
Franco, con experiencia en la guerra de África, donde fue herido y ganó honores y prestigio, conocía perfectamente el alma mora, que únicamente respeta la fuerza y desprecia al cobarde.
Marruecos cuenta con un puñal apuntando al cuello de España, que son los cientos de miles de marroquíes que viven en territorio español, muchos de los cuales no se integran y conservan su odio y desprecio a España, lo que les convierte en una peligrosa quinta columna marroquí infiltrada en nuestras entrañas.
Muchos de esos marroquíes establecidos en España dicen sin miedo que España les pertenece a ellos porque les fue arrebatada en el pasado y deben reconquistarla. Ese pensamiento no es accidental y es alimentado en muchas mezquitas y escuelas coránicas del país vecino, ante la estúpida indiferencia de los políticos españoles y la callada satisfacción del sultán y de sus gobiernos.
Francisco Rubiales
Millones de españoles, incluyendo a militares y expertos en geopolítica y estrategia, ante la terrible y devastadora guerra de Ucrania, están reflexionando sobre el conflicto que amenaza a España, que es una confrontación con Marruecos, pais que aspira a conquistas Ceuta, Melilla y Canarias.
Ese conflicto es la mayor amenaza de España y su estallido parece inevitable. Entre los dos países existen todas las condiciones necesarias para la confrontación: enemistad histórica, reivindicaciones territoriales, pasiones y un gobierno marroquí dispuesto a utilizar ese conflicto para solucionar problemas internos e incrementar su poder.
Es lo que opinan muchos expertos y también el ex Jefe de Estado Mayor de la Defensa de España, Fernando Alejandre, que opina en el libro que ha publicado lo mismo que pensamos miles de observadores y analistas: que Marruecos representa una amenaza "directa" para España, que Rabat se está rearmando para la futura guerra y que el estallido acabará materializándose.
El gobierno de Sánchez, cuya sumisión a Marruecos es tan vergonzosa como incomprensible, se ha negado siempre a contemplar como realidad ese conflicto latente, lo que constituye una estupidez supina que pone en peligro la seguridad y quizás la misma existencia de España como nación soberana.
Merece la pena analizar la advertencia del ex jefe del Estado Mayor del Ejército español, que lanza a la España cobarde y adormilada una alerta de alarma con grave contenido de verdad.
España es un país tan deteriorado moralmente, tan cobarde y tan pésimamente gobernado que se niega a reconocer que tiene de vecino a un país enemigo, Marruecos, con el que tarde o temprano tendrá que enfrentarse. En lugar de prepararse para esa contienda, que es la única amenaza grave y real en nuestro horizonte inmediato, el gobierno español cierra los ojos, niega la evidencia, no se rearma y confía estúpidamente que puede comprar la paz con dinero y concesiones. Como ya dijo Churchill, al negar la evidencia de una guerra inevitable, cosecharemos deshonor, guerra y, probablemente, también derrota.
Las afirmaciones de "amistad" y "cooperación" con Marruecos de los políticos españoles son mentiras e intentos de disfrazar la inmensa sumisión de España a ese vecino y el enorme peligro que representa Marruecos, un país que ya nos invadió varias veces y con el que hemos guerreado más que con cualquier otro, incluida Inglaterra, la nación que pasa por ser nuestra enemiga ancestral.
Nuestros gobiernos han sido tan imbéciles que han entrado en la OTAN sin incluir a Ceuta y Melilla como territorios protegidos, lo que deja a España sola frente a una posible invasión de Marruecos a esos territorios.
De nada nos ha servido entregar a los marroquíes el Sahara, traicionando a los saharauis, que eran españoles con DNI, cometiendo una inmensa vileza que se acordó, cobardemente, con Estados Unidos, Francia y otros países que, en teoría, sólo en teoría, eran y son nuestros aliados.
El presidente Sánchez y su gobierno de progres, totalitarios y enemigos de España es incapaz de hacer frente a una amenaza bélica de esa envergadura. Para lo único que está preparado es para acumular poder y conducir el país hacia la decadencia y la debilidad.
Ante la imposibilidad de dialogar con un país como Marruecos, lleno de odio acumulado, la única salida es que nos teman, para lo cual necesitamos un rearme intenso, un eficaz entrenamiento de nuestros soldados, la creación de milicias entrenadas por si el enemigo decidiera cruzar el Estrecho de Gibraltar y una alianza fortalecida con Argelia, que es el enemigo directo de Marruecos.
Franco, con experiencia en la guerra de África, donde fue herido y ganó honores y prestigio, conocía perfectamente el alma mora, que únicamente respeta la fuerza y desprecia al cobarde.
Marruecos cuenta con un puñal apuntando al cuello de España, que son los cientos de miles de marroquíes que viven en territorio español, muchos de los cuales no se integran y conservan su odio y desprecio a España, lo que les convierte en una peligrosa quinta columna marroquí infiltrada en nuestras entrañas.
Muchos de esos marroquíes establecidos en España dicen sin miedo que España les pertenece a ellos porque les fue arrebatada en el pasado y deben reconquistarla. Ese pensamiento no es accidental y es alimentado en muchas mezquitas y escuelas coránicas del país vecino, ante la estúpida indiferencia de los políticos españoles y la callada satisfacción del sultán y de sus gobiernos.
Francisco Rubiales
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