Hacienda, la Stasi de la España del siglo XXI (Parte 1)

Antes de nada decir que en el comentario que mandé anoche, son los dos últimos y no tres, párrafos los que copié y pegué.

Hecha esta aclaración, añadir que está bien que alguien ponga por escrito lo que pensamos muchos, que hacienda es una máquina de robarnos. Porque no se puede calificar de otra cosa que robo, cuando tienes que trabajar más de la mitad de tu tiempo para pagar. Eso ya de por sí indica que algo anda mal, no puede ser que más de la mitad de tu tiempo sea para ellos. El ciudadano debe contribuir al sostenimiento de la sociedad, pero de ahí a trabajar para ese sostenimiento hay mucha distancia.

Paso a leer el artículo.

Pone el ejemplo de una vivienda, que es aterrador, pero también es aterrador el ejemplo del IRPF al que hay que sumar el iva, porque se paga iva por todo. El resultado es que para una renta media, por ejemplo los dos mil euros de una jubilación máxima, que tiene guasa eso de máxima, te vas a la mitad de lo que ganas. Pero si ganas más de una cierta cantidad, directamente el tipo del IRPF es de la mitad y luego hay que sumar el resto de los impuestos. Y luego se quejan que los ricos se llevan el dinero a otros países.

El artículo señala la inmensa cantidad de normas, muchas de ellas contradictorias, enfocadas a la recaudación y esa es la parte indecente de todo, que el sistema está pensado para recaudar en lugar de ser un instrumento para el mejor funcionamiento de la sociedad.

Para hacer cumplir el entramado de leyes que roza lo que nos dicen, ellos mismos, son los entramados mafiosos, utilizan los métodos coercitivos de forma abusiva e inconstitucional, pues de entrada, ellos deciden sin mayor prueba, si mientes o no y eres tú el que tienes que demostrar que no mientes. Al parece, el supremo les ha limitado la actuación en domicilios, porque antes de esta sentencia se utilizaba al famosa "patada en la puerta". De hecho el lío de normas es tal, que ni los mismos funcionarios saben exactamente cuales aplicar en cada caso. Desgraciadamente, los asesores que uno pueda buscar, saben menos y al final quedas al arbitrio de lo que un funcionario sea capaz de entender en ese maremágnum legislativo.

Y lo peor de todo es que ningún partido lo señala, lo cual supone que gane quién gane, las cosas seguirán igual con tendencia a empeorar. Porque cuando parece que se ha llegado al final de la indecencia, siempre sale uno con otra indecencia mayor.

¿Saben que en Estonia no se pagan impuestos de transmisiones? Si no hiciera tanto frío era cuestión de mudarse.