Los fracasos e injusticias de los políticos de la falsa democracia española están logrando lo que parecía imposible: que la figura de Franco, desprestigiada y rechazada por los españoles, vuelva a brillar.
España lleva 40 años viviendo en una falsa democracia, que no es otra cosa que una renovación, mas aparente que real, del viejo franquismo, gracias a la cual las mismas familias y los mismos poderes, ahora aliados con los políticos, siguieron controlando el sistema y dominando España. Lo que entonces llamaron "democracia" y presentaron ante los españoles como una gran conquista, no era mas que una dictadura camuflada del establishment español, integrado por las familias poderosas del Franquismo y por dirigentes de los nuevos partidos políticos, una élite que fue construida con la ayuda de los servicios de inteligencia occidentales, sobre todo de Estados Unidos, República Federal Alemana, Inglaterra y Francia.
A los españoles se les engañó, con la ayuda de un periodismo que renunció a su sagrado deber de contar la verdad, diciéndoles que el país abrazaba, por fin, la deseada democracia, cuando en realidad nunca se cumplieron las reglas básicas de ese sistema: ni una ley igual para todos, ni separación de los poderes básicos del Estado, ni controles suficientes al poder político, ni una sociedad civil fuerte e independiente, ni protagonismo alguno del ciudadano, ni respeto y defensa de los valores, principios y derechos básicos.
Hemos seleccionado un interesante estudio sobre lo que fue aquella transición trucada y lo que ha representado para España, que merece la pena leer. Si quiere asomarse a una de las mas interesantes y al mismo tiempo tristes aventuras de la Historia moderna de España, pulse AQUÍ y descubrirá como la mentira y el engaño se han apoderado de la política española, como la democracia nunca ha existido y como el sistema fue diseñado para que el viejo poder siguiera controlándolo todo y pudiendo practicar el abuso y el saqueo.
La España del presente es el fruto de uno de los engaños mejor montados y vendidos en el Occidente moderno.
España lleva 40 años viviendo en una falsa democracia, que no es otra cosa que una renovación, mas aparente que real, del viejo franquismo, gracias a la cual las mismas familias y los mismos poderes, ahora aliados con los políticos, siguieron controlando el sistema y dominando España. Lo que entonces llamaron "democracia" y presentaron ante los españoles como una gran conquista, no era mas que una dictadura camuflada del establishment español, integrado por las familias poderosas del Franquismo y por dirigentes de los nuevos partidos políticos, una élite que fue construida con la ayuda de los servicios de inteligencia occidentales, sobre todo de Estados Unidos, República Federal Alemana, Inglaterra y Francia.
A los españoles se les engañó, con la ayuda de un periodismo que renunció a su sagrado deber de contar la verdad, diciéndoles que el país abrazaba, por fin, la deseada democracia, cuando en realidad nunca se cumplieron las reglas básicas de ese sistema: ni una ley igual para todos, ni separación de los poderes básicos del Estado, ni controles suficientes al poder político, ni una sociedad civil fuerte e independiente, ni protagonismo alguno del ciudadano, ni respeto y defensa de los valores, principios y derechos básicos.
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