Los hechos están demostrando que el Partido Popular se siente más ceca del PSOE que de VOX, partido al que odia de manera visceral.
Un partido como el PP, que fomenta el aborto libre, las políticas de subvenciones públicas masivas y que soporta la ideología de género y de la memoria histórica, nunca puede ser de derechas. Si también admite a los MENAS y defiende la existencia de los sindicatos, partidos y chiringuitos subvencionados por el Estado, entonces hay todavía menos dudas de que el PP es un partido de izquierda que, para ganar votos, se disfraza como de derechas.
Hay un dato infalible que demuestra que su filiación es la izquierda: el PP está tan sometido a los poderes ocultos que propugnan el Nuevo Orden Mundial y la agenda 2030 con la misma fe y entusiasmo que el PSOE, lo que le invalida como formación de derecha.
La naturaleza izquierdista del PP explica su rechazo a VOX, demasiado intenso y brutal. VOX sí es un partido auténticamente de derechas y, lógicamente, tiene que ser rechazado por los de izquierdas.
En la historia del PP hay momentos donde la militancia en las izquierda s vieron con claridad meridiana. El más evidente fue el mandato de Rajoy, en el que el partido mintió, incumplió sus promesas, subió los impuestos, se alejó de los ciudadanos y de la democracia, pretendió influir seriamente en el poder judicial, financió a todos los chiringuitos creados por Zapatero, al que condecoró con admiración y desplegó una política de subvenciones tan intensa como la del socialismo y el comunismo.
Con Sánchez, sin embargo, las diferencias entre el PP y el PSOE se han acentuado, pero eso ha ocurrido porque el PSOE sanchista se ha deslizado mucho hacia la izquierda, hasta el punto de "podemizarse".
De hecho, los datos demuestran que muchos votantes socialistas que rechazan el sanchismo por sus abusos, mentiras y alianzas con lo peor de la nación española están votando al PP sin experimentar demasiados escrúpulos.
Históricamente, algunas derechas se han sentido fascinadas por los atributos y rasgos de la izquierda marxista, sobre todo en la concepción del poder, el uso de la propaganda y la capacidad de movilizar a las masas. En el PP esa atracción ha sido muy intensa y, según numerosos analistas y observadores, tan fuete que ha logrado "contaminar" a ese partido.
Francisco Rubiales
Un partido como el PP, que fomenta el aborto libre, las políticas de subvenciones públicas masivas y que soporta la ideología de género y de la memoria histórica, nunca puede ser de derechas. Si también admite a los MENAS y defiende la existencia de los sindicatos, partidos y chiringuitos subvencionados por el Estado, entonces hay todavía menos dudas de que el PP es un partido de izquierda que, para ganar votos, se disfraza como de derechas.
Hay un dato infalible que demuestra que su filiación es la izquierda: el PP está tan sometido a los poderes ocultos que propugnan el Nuevo Orden Mundial y la agenda 2030 con la misma fe y entusiasmo que el PSOE, lo que le invalida como formación de derecha.
La naturaleza izquierdista del PP explica su rechazo a VOX, demasiado intenso y brutal. VOX sí es un partido auténticamente de derechas y, lógicamente, tiene que ser rechazado por los de izquierdas.
En la historia del PP hay momentos donde la militancia en las izquierda s vieron con claridad meridiana. El más evidente fue el mandato de Rajoy, en el que el partido mintió, incumplió sus promesas, subió los impuestos, se alejó de los ciudadanos y de la democracia, pretendió influir seriamente en el poder judicial, financió a todos los chiringuitos creados por Zapatero, al que condecoró con admiración y desplegó una política de subvenciones tan intensa como la del socialismo y el comunismo.
Con Sánchez, sin embargo, las diferencias entre el PP y el PSOE se han acentuado, pero eso ha ocurrido porque el PSOE sanchista se ha deslizado mucho hacia la izquierda, hasta el punto de "podemizarse".
De hecho, los datos demuestran que muchos votantes socialistas que rechazan el sanchismo por sus abusos, mentiras y alianzas con lo peor de la nación española están votando al PP sin experimentar demasiados escrúpulos.
Históricamente, algunas derechas se han sentido fascinadas por los atributos y rasgos de la izquierda marxista, sobre todo en la concepción del poder, el uso de la propaganda y la capacidad de movilizar a las masas. En el PP esa atracción ha sido muy intensa y, según numerosos analistas y observadores, tan fuete que ha logrado "contaminar" a ese partido.
Francisco Rubiales
Comentarios: