Occidente lleva muchos años pidiendo perdón por sus "pecados históricos", algunos como el perdón por las cruzadas, más parecen una broma. Debemos considerar que las órdenes militares (1150- 1250) no habrían aparecido si los "pacíficos" mahometanos no se hubieran dedicado a soliviantar, abusar, matar, robar y "convertir" a los infieles cristianos a su pacífica Fe. Durante años, los peregrinos a Tierra Santa no pudieron acercarse - con vida- a Palestina.
Para Europa, las cruzadas tuvieron un efecto que no debemos olvidar, limpió a la alta sociedad (nobleza e hidalgos) de un lastre, la abundante cantidad de segundones. Esos vástagos que no entraban en conventos y órdenes religiosas, encontraron una ocupación. No olvidemos tampoco que en algunas cruzadas la vanguardia era una pléyade de vagabundos, sin techo y gente poco agraciada en la sociedad. Vamos, los cayucos y pateras de la época. Fueron sangrientas escabechinas las que llevaron a cabo los mahometanos. Pero esto sería otra historia para la que no estoy cualificado.
Es triste pero Occidente sigue aceptando los improperios, insultos y humillaciones del mundo islámico, conocedor de nuestra cobardía y de la debilidad de gobernantes cuyo único interés es mantenerse en la poltrona. ¡Cómo se puede malgastar la neurona (singular) en hablar de eso de las civilizaciones!
¿Es que tampoco se han dado cuenta de que, afortunadamente para España, hay gente de muchos países quieren venir a nuestro país a trabajar y tener una vida digna y dar educación a sus hijos? ¿No sería más económico que fuesen gente que habla nuestro idioma, que profesen religiones afines, con costumbres más adaptables a las europeas? España no necesita esa mano de obra que sin duda alguna nos odia.
Pido a Dios que ilumine al Pata Benedicto para que no pida perdón a esa pléyade de fanáticos obnubilados. Se debe pedir perdón cuando se comete un error y esto no ha ocurrido. En cambio, si Occidente mantuviese un mínimo de valentía y dignidad, debería empezar sin demora a controlar a quienes se han establecido en nuestra casa con el odio en la mochila.
Ligur
Para Europa, las cruzadas tuvieron un efecto que no debemos olvidar, limpió a la alta sociedad (nobleza e hidalgos) de un lastre, la abundante cantidad de segundones. Esos vástagos que no entraban en conventos y órdenes religiosas, encontraron una ocupación. No olvidemos tampoco que en algunas cruzadas la vanguardia era una pléyade de vagabundos, sin techo y gente poco agraciada en la sociedad. Vamos, los cayucos y pateras de la época. Fueron sangrientas escabechinas las que llevaron a cabo los mahometanos. Pero esto sería otra historia para la que no estoy cualificado.
Es triste pero Occidente sigue aceptando los improperios, insultos y humillaciones del mundo islámico, conocedor de nuestra cobardía y de la debilidad de gobernantes cuyo único interés es mantenerse en la poltrona. ¡Cómo se puede malgastar la neurona (singular) en hablar de eso de las civilizaciones!
¿Es que tampoco se han dado cuenta de que, afortunadamente para España, hay gente de muchos países quieren venir a nuestro país a trabajar y tener una vida digna y dar educación a sus hijos? ¿No sería más económico que fuesen gente que habla nuestro idioma, que profesen religiones afines, con costumbres más adaptables a las europeas? España no necesita esa mano de obra que sin duda alguna nos odia.
Pido a Dios que ilumine al Pata Benedicto para que no pida perdón a esa pléyade de fanáticos obnubilados. Se debe pedir perdón cuando se comete un error y esto no ha ocurrido. En cambio, si Occidente mantuviese un mínimo de valentía y dignidad, debería empezar sin demora a controlar a quienes se han establecido en nuestra casa con el odio en la mochila.
Ligur
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