El viaje de Pedro Sánchez a los USA y su paseo por Nueva York, rodeado de guardaespaldas, han sido calificados de "fracaso" y "cateto" por numerosos medios de prensa no comprados ni sometidos
Lo único conseguido han sido fotografías catetas por las calles de Nueva York, algunas entrevistas con medios de escasa difusión y más de medio millón de euros gastados en autobombo y marketing trucado.
Ni un sólo compromiso de inversión en España, ni un sólo reconocimiento de las autoridades y mucho humo. Más bien parecía la gira promocional de un cantante o de un actor de Hollywood.
No le ha recibido Joe Biden, ni el alcalde de Nueva York y su único éxito es que en algunos medios digan que es "guapo" y "sexi".
Ah, también ha conseguido poder pasear por las calles de una ciudad sin ser abucheado. En Nueva York lo hizo como un cateto al que no conocía nadie, rodeado de guardaespaldas. En cualquier ciudad de España, donde el rechazo popular le obliga a vivir encerrado en la Moncloa, lo habrían pitado y abucheado.
El diario "El Mundo" habla de un viaje de Sánchez "clandestino" porque ningún medio importante se ha hecho eco de su presencia en los USA. "El Economista" dice que el viaje "pincha" porque no ha conseguido ni una sola inversión, ni ha sido recibido por Joe Biden. La oposición entera le critica y ridiculiza y numerosos comentaristas le reprochan su mal estilo por haber aprovechado su estancia en el extranjero para hablar mal de la oposición.
Sánchez ha ido a los Estados Unidos a lo mismo que va a cualquier sitio, a figurar, a fingir que es un hombre de Estado.
Pasarán años hasta que España como nación logre que se olvide el ridículo que está haciendo Sánchez en el mundo. Aquellos años en los que Madrid era elegida para celebrar una conferencia de paz internacional entre israelíes y árabes, cuando el CESID era el primer servicio de inteligencia del mundo que supo que en la URSS se iba a dar un golpe de estado contra Gorbachov, cuando en Barcelona y en Sevilla se celebraban los JJOO y la EXPO o cuando dirigentes como Mitterrand, Kohl, Pertini, Reagan o la Reina de Inglaterra venían a nuestro país con respeto. Hoy, con Sánchez al frente de la nación, España es un país problemático, decadente, sin prestigio y del que se ríen en medio mundo por sus errores, estupideces y contradicciones.
En términos reales, el viaje de Sánchez a Estados Unidos ha sido todo un fracaso que le restará apoyos en España, donde quedará confirmado que su gobierno es un proyecto vacío con sólo dos líneas duras y prioritarias: intenso gasto en propaganda y marketing y avances hacia el totalitarismo.
Francisco Rubiales
Ni un sólo compromiso de inversión en España, ni un sólo reconocimiento de las autoridades y mucho humo. Más bien parecía la gira promocional de un cantante o de un actor de Hollywood.
No le ha recibido Joe Biden, ni el alcalde de Nueva York y su único éxito es que en algunos medios digan que es "guapo" y "sexi".
Ah, también ha conseguido poder pasear por las calles de una ciudad sin ser abucheado. En Nueva York lo hizo como un cateto al que no conocía nadie, rodeado de guardaespaldas. En cualquier ciudad de España, donde el rechazo popular le obliga a vivir encerrado en la Moncloa, lo habrían pitado y abucheado.
El diario "El Mundo" habla de un viaje de Sánchez "clandestino" porque ningún medio importante se ha hecho eco de su presencia en los USA. "El Economista" dice que el viaje "pincha" porque no ha conseguido ni una sola inversión, ni ha sido recibido por Joe Biden. La oposición entera le critica y ridiculiza y numerosos comentaristas le reprochan su mal estilo por haber aprovechado su estancia en el extranjero para hablar mal de la oposición.
Sánchez ha ido a los Estados Unidos a lo mismo que va a cualquier sitio, a figurar, a fingir que es un hombre de Estado.
Pasarán años hasta que España como nación logre que se olvide el ridículo que está haciendo Sánchez en el mundo. Aquellos años en los que Madrid era elegida para celebrar una conferencia de paz internacional entre israelíes y árabes, cuando el CESID era el primer servicio de inteligencia del mundo que supo que en la URSS se iba a dar un golpe de estado contra Gorbachov, cuando en Barcelona y en Sevilla se celebraban los JJOO y la EXPO o cuando dirigentes como Mitterrand, Kohl, Pertini, Reagan o la Reina de Inglaterra venían a nuestro país con respeto. Hoy, con Sánchez al frente de la nación, España es un país problemático, decadente, sin prestigio y del que se ríen en medio mundo por sus errores, estupideces y contradicciones.
En términos reales, el viaje de Sánchez a Estados Unidos ha sido todo un fracaso que le restará apoyos en España, donde quedará confirmado que su gobierno es un proyecto vacío con sólo dos líneas duras y prioritarias: intenso gasto en propaganda y marketing y avances hacia el totalitarismo.
Francisco Rubiales
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