Por ahora es un globo sonda, pero ya se les ven las intenciones. Pretenden subir los impuestos al Gas-Oil un 22 ó 23 por ciento más con la excusa de reducir la contaminación y luchar contra el cambio climático. España es un país que lucha con poco entusiasmo contra la contaminación y que mantiene líneas altamente contaminantes como el uso del carbón en los hornos que producen electricidad, pero ahora se muestran radicales y solícitos porque huelen el dinero de los ciudadanos.
Los que han adquirido vehículos diesel durante las últimas décadas lo han hecho movidos por la propaganda y atraídos porque ese combustible era más económico que la gasolina. Hoy ambas sustancias están casi al mismo precio y pronto el diesel será más caro.
En realidad, detrás de esa planeada subida sólo hay codicia y avidez de ingresos en unas administraciones públicas que se niegan a reducir el tamaño del Estado, que no renuncian a sus lujos y privilegios y a las que el mercado ya no les permite endeudarse más porque la quiebra de España, de la que nuestros políticos son los únicos autores, alcanzaría el nivel de escándalo mundial y provocaría un colapso económico.
España es el país de Europa que más impuestos paga proporcionalmente, si se tiene en cuenta el nivel de sus salarios, y uno de los pocos que se atreve a mantener impuestos tan impopulares y criticados por los tribunales como los del Patrimonio y de Sucesiones y Donaciones, este último injusto e ilegítimo porque el pueblo, que los ha bautizado como el "Impuesto a los Muertos" lo rechaza masivamente, entre otras razones porque castiga a los que heredan bienes que ya tributaron con anterioridad.
Francisco Rubiales
Los que han adquirido vehículos diesel durante las últimas décadas lo han hecho movidos por la propaganda y atraídos porque ese combustible era más económico que la gasolina. Hoy ambas sustancias están casi al mismo precio y pronto el diesel será más caro.
En realidad, detrás de esa planeada subida sólo hay codicia y avidez de ingresos en unas administraciones públicas que se niegan a reducir el tamaño del Estado, que no renuncian a sus lujos y privilegios y a las que el mercado ya no les permite endeudarse más porque la quiebra de España, de la que nuestros políticos son los únicos autores, alcanzaría el nivel de escándalo mundial y provocaría un colapso económico.
España es el país de Europa que más impuestos paga proporcionalmente, si se tiene en cuenta el nivel de sus salarios, y uno de los pocos que se atreve a mantener impuestos tan impopulares y criticados por los tribunales como los del Patrimonio y de Sucesiones y Donaciones, este último injusto e ilegítimo porque el pueblo, que los ha bautizado como el "Impuesto a los Muertos" lo rechaza masivamente, entre otras razones porque castiga a los que heredan bienes que ya tributaron con anterioridad.
Francisco Rubiales
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