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La reciente agresión sufrida por la jóven ecuatoriana en Barcelona es incomprensible para los políticos españoles, que jamás viajan en metro, que no conocen los trenes de cercanías, que nunca entran en un parque público, que no conducen y que desconocen por completo los precios de los productos necesarios para vivir y los ambientes de inseguridad y violencia en los que se desenvuelve la vida de los ciudadanos. El lujo y el aislamiento les han convertido en inútiles desconocedores del mundo que deben gobernar.
Los políticos están alienados y viven en una burbuja de lujo y seguridad, alejados del pueblo y de sus problemas diarios. Su elitismo y su alejamiento de la realidad cotidiana les está convirtiendo en inútiles e incapaces de solucionar los grandes problemas que afectan a los ciudadanos y a la sociedad.
¿Cómo pueden solucionar los problemas de tráfico políticos que se desplazan en coches oficiales y, a veces, con motoristas que le abren camino por las calles atiborradas de coches y motocicletas?
¿Cómo pueden entender y solucionar los problemas de seguridad que acosan al ciudadano en barrios inseguros unos políticos cuyos pisos son vigilados por la policía y que se desplazan siempre en coches blindados y con escolta?
¿Cómo pueden conocer los problemas y carencias de la enseñanza pública unos políticos que llevan a sus hijos a escuelas y universidades privadas de élite?
¿Cómo es posible que conozcan las necesidades económicas de la población políticos que disfrutan de sueldos que superan hasta treinta veces el salario mínimo?.
La política es una estafa y el ciudadano que vive hoy en las democracias occidentales está siendo gobernado por una casta ineficiente y muchas veces corrupta, obsesionada únicamente por el poder y por los privilegios, que desconoce los problemas reales que aquejan y agobian a la ciudadanía y que es incapaz de hacerles frente.
Ruben
La reciente agresión sufrida por la jóven ecuatoriana en Barcelona es incomprensible para los políticos españoles, que jamás viajan en metro, que no conocen los trenes de cercanías, que nunca entran en un parque público, que no conducen y que desconocen por completo los precios de los productos necesarios para vivir y los ambientes de inseguridad y violencia en los que se desenvuelve la vida de los ciudadanos. El lujo y el aislamiento les han convertido en inútiles desconocedores del mundo que deben gobernar.
Los políticos están alienados y viven en una burbuja de lujo y seguridad, alejados del pueblo y de sus problemas diarios. Su elitismo y su alejamiento de la realidad cotidiana les está convirtiendo en inútiles e incapaces de solucionar los grandes problemas que afectan a los ciudadanos y a la sociedad.
¿Cómo pueden solucionar los problemas de tráfico políticos que se desplazan en coches oficiales y, a veces, con motoristas que le abren camino por las calles atiborradas de coches y motocicletas?
¿Cómo pueden entender y solucionar los problemas de seguridad que acosan al ciudadano en barrios inseguros unos políticos cuyos pisos son vigilados por la policía y que se desplazan siempre en coches blindados y con escolta?
¿Cómo pueden conocer los problemas y carencias de la enseñanza pública unos políticos que llevan a sus hijos a escuelas y universidades privadas de élite?
¿Cómo es posible que conozcan las necesidades económicas de la población políticos que disfrutan de sueldos que superan hasta treinta veces el salario mínimo?.
La política es una estafa y el ciudadano que vive hoy en las democracias occidentales está siendo gobernado por una casta ineficiente y muchas veces corrupta, obsesionada únicamente por el poder y por los privilegios, que desconoce los problemas reales que aquejan y agobian a la ciudadanía y que es incapaz de hacerles frente.
Ruben
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