Nos esclavizan mientras ellos hablan constantemente de libertades, derechos y democracia. Con la ayuda de los medios de comunicación, a muchos de los cuales han comprado, nos convencen de que progresamos, cuando en verdad retrocedemos. Ellos, mientras tato, cada día son más ricos e impunes, gracias al control férreo que ejercen sobre las leyes y los sistemas de gobierno.
Hace poco más de un siglo apenas había impuestos y podías cazar, pescar, tener un arma de fuego, manifestarte o construir una casa sin pedir permiso. Nadie podía "okupar" y robarte tu vivienda e Incluso podías defenderte de un ladrón o de un asaltante sin pagar por ello. pero hoy no puedes defenderte, ni expulsar de tu casa a los ladrones, ni hacer otras muchas cosas en defensa de tu dignidad y libertad sin el consentimiento de los gobernantes, que además suelen cobrar impuestos por otorgarte su permiso.
Hace medio siglo, en España, no pagabas apenas impuestos y no estabas obligado a cumplir decenas de trámites para abrir una empresa o construir una casa, pero hoy esos trámites son un infierno burocrático y fiscal porque el Estado te expolia por cada movimiento que realizas. La libertad está condicionada y hay que pagar para tenerla.
Hay una realidad palpable que denota el avance de la esclavitud: cada años trabajamos más días para el gobierno y menos para tu propio beneficio. El expolio fiscal parece indetenible y muchos impuestos son ya robos descarados, confiscatorios, así reconocidos por la misma justicia, a la que los gobiernos cada día hacen menos caso. Un ejemplo: Cataluña se niega a cumplir la sentencia de que deben darse en idioma español el 25 por ciento de las clases y a los gobernantes no les ocurre nada, mientras el gobierno central mira para otro lado.
Vivimos en el engaño de que las sociedades avanzan, pero en realidad retroceden en muchos aspectos, sobre todo en los ámbitos de la libertad. Los políticos han llegado para avasallar, someter y controlar a los ciudadanos, a los que, además, expolian con impuestos innecesarios y abusivos, gran parte de los cuales ellos gastan en financiar sus privilegios y su poder.
Los expertos coinciden en que en la actualidad hay menos libertad de expresión que hace una década, una situación que lejos de mejorar "irá a peor". El problema no afecta únicamente a los países que no son democráticos o que tienen un elevado déficit de democracia, sino que afecta también a democracias que en teoría son avanzadas, como Francia, Luxemburgo, Reino Unido, Italia, Portugal, Alemania y, sobre todo, España, que es hoy la nación europea más sometida y despojada de libertades y derechos reales.
Los Estados están delegando en intermediarios privados, como Twitter, Facebook y otros, la tarea de hacer de censurar y controlar las libertades y derechos en Internet, que nació como un espacio de libertad, pero que está siendo cada día más controlado.
Leyes que los españoles conocen como la Ley Mordaza o la de Memoria Histórica y sobre todo, la nueva ley de Memoria Democrática son claros instrumentos de retroceso, control y esclavitud.
Las dos excusas utilizada por los gobiernos para reprimir las libertades y derechos han sido las amenazas del terrorismo y de la pandemia, dos dramas aprovechados para hacer retroceder décadas a las libertades y derechos ciudadanos, al mismo tiempo que han acentuado el dominio y la dictadura sin controles ni cautelas de los que gobiernan.
La voracidad fiscal no cesa, como tampoco el ansia de poder y control sobre la población. Los gobiernos han identificado los reductos donde se defienden las libertades, que son dos, los medios de comunicación y la Justicia, y van a por ellos. A los medios los controlan en países como España comprándolos por medio de la publicidad institucional y otras ayudas y concesiones y el asalto a la Justicia es constante, aunque no ha hecho más que comenzar , y no cesará hasta que los jueces estén al servicio de los partidos y los gobiernos.
El llamado Nuevo Orden mundial (NOM) no es otra cosa que un incremento cualitativo del poder de los gobiernos frente a los derechos y libertades de los ciudadanos, un sueño de las élites que están a punto de alcanzar. Ese avance hacia la tiranía no tiene una meta definida, aunque los expertos creen que su objetivo es sustituir las democracias por regímenes de partido único, similar al que hoy gobierna China.
Francisco Rubiales
Hace poco más de un siglo apenas había impuestos y podías cazar, pescar, tener un arma de fuego, manifestarte o construir una casa sin pedir permiso. Nadie podía "okupar" y robarte tu vivienda e Incluso podías defenderte de un ladrón o de un asaltante sin pagar por ello. pero hoy no puedes defenderte, ni expulsar de tu casa a los ladrones, ni hacer otras muchas cosas en defensa de tu dignidad y libertad sin el consentimiento de los gobernantes, que además suelen cobrar impuestos por otorgarte su permiso.
Hace medio siglo, en España, no pagabas apenas impuestos y no estabas obligado a cumplir decenas de trámites para abrir una empresa o construir una casa, pero hoy esos trámites son un infierno burocrático y fiscal porque el Estado te expolia por cada movimiento que realizas. La libertad está condicionada y hay que pagar para tenerla.
Hay una realidad palpable que denota el avance de la esclavitud: cada años trabajamos más días para el gobierno y menos para tu propio beneficio. El expolio fiscal parece indetenible y muchos impuestos son ya robos descarados, confiscatorios, así reconocidos por la misma justicia, a la que los gobiernos cada día hacen menos caso. Un ejemplo: Cataluña se niega a cumplir la sentencia de que deben darse en idioma español el 25 por ciento de las clases y a los gobernantes no les ocurre nada, mientras el gobierno central mira para otro lado.
Vivimos en el engaño de que las sociedades avanzan, pero en realidad retroceden en muchos aspectos, sobre todo en los ámbitos de la libertad. Los políticos han llegado para avasallar, someter y controlar a los ciudadanos, a los que, además, expolian con impuestos innecesarios y abusivos, gran parte de los cuales ellos gastan en financiar sus privilegios y su poder.
Los expertos coinciden en que en la actualidad hay menos libertad de expresión que hace una década, una situación que lejos de mejorar "irá a peor". El problema no afecta únicamente a los países que no son democráticos o que tienen un elevado déficit de democracia, sino que afecta también a democracias que en teoría son avanzadas, como Francia, Luxemburgo, Reino Unido, Italia, Portugal, Alemania y, sobre todo, España, que es hoy la nación europea más sometida y despojada de libertades y derechos reales.
Los Estados están delegando en intermediarios privados, como Twitter, Facebook y otros, la tarea de hacer de censurar y controlar las libertades y derechos en Internet, que nació como un espacio de libertad, pero que está siendo cada día más controlado.
Leyes que los españoles conocen como la Ley Mordaza o la de Memoria Histórica y sobre todo, la nueva ley de Memoria Democrática son claros instrumentos de retroceso, control y esclavitud.
Las dos excusas utilizada por los gobiernos para reprimir las libertades y derechos han sido las amenazas del terrorismo y de la pandemia, dos dramas aprovechados para hacer retroceder décadas a las libertades y derechos ciudadanos, al mismo tiempo que han acentuado el dominio y la dictadura sin controles ni cautelas de los que gobiernan.
La voracidad fiscal no cesa, como tampoco el ansia de poder y control sobre la población. Los gobiernos han identificado los reductos donde se defienden las libertades, que son dos, los medios de comunicación y la Justicia, y van a por ellos. A los medios los controlan en países como España comprándolos por medio de la publicidad institucional y otras ayudas y concesiones y el asalto a la Justicia es constante, aunque no ha hecho más que comenzar , y no cesará hasta que los jueces estén al servicio de los partidos y los gobiernos.
El llamado Nuevo Orden mundial (NOM) no es otra cosa que un incremento cualitativo del poder de los gobiernos frente a los derechos y libertades de los ciudadanos, un sueño de las élites que están a punto de alcanzar. Ese avance hacia la tiranía no tiene una meta definida, aunque los expertos creen que su objetivo es sustituir las democracias por regímenes de partido único, similar al que hoy gobierna China.
Francisco Rubiales
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