Volvemos a estar en guerra civil

Hoy, aún estando de acuerdo en las líneas generales, tengo que opinar sobre algunas partes, advirtiendo que es mi opinión, fundada, pero como cualquier opinión, discutible.

La guerra terminó en le 39 y ya en el 45 la gente había pasado página y salvo, los familiares de los que cumplían condena, por sus delitos, no por capricho, los demás lo único que querían era vivir lo mejor posible y olvidase de todo.

Mi pueblo fue y sigue siendo un pueblo rojo, muy rojo, pero recuerdo que en los años 50, que es cuando empecé a darme cuenta de las cosas, no se hablaba de política ni se hacían distinciones entre unos y otros.

Siempre pongo el ejemplo de ese que nos estuvo mandando y nos llevó a la ruina por segunda vez, sus padres procedían de bandos distintos durante la guerra y no tuvieron el menor problema en casarse y esto se repitió normalmente hasta hace pocos años. Hoy día no sé si es posible el matrimonio entre uno de izquierdas y otro de derechas incluso teniendo en cuenta la despolitización de los jóvenes.

Como vengo insistiendo, por tanto, la reconciliación viene de los años cuarenta, siendo completa en los 50. La gente había pasado página y a pesar de las dificultades, había alegría de vivir, cosa que ahora, con todo lo que tenemos de bienes materiales, no la hay. Recordemos los muertos durante la noche de halowin. Y ya en los 60 con el desrrollismo, la gente se había olvidado de la guerra y de los bandos. Así que cuando llegó la transición, no hubo problemas porque estábamos reconciliados y porque todos asumíamos que la salida era la democracia. Incluso teníamos asumido que, igual que en Europa, tenía que haber unas derechas y unas izquierdas.

Algo que no se menciona, por nadie, es que el felipismo fue fruto de los servicios secretos del régimen. Felipe y sus amigos recibieron la correspondiente ayuda para eliminar el socialismo del exilio y presentarse como una opción de izquierdas muy demócratas y la gente lo vio natural. Sólo que algunos tenían como única meta en la vida derrotar al franquismo. Y esa minoría muy minoritaria acabó imponiéndose por la sencilla razón que el odio es más fácil que el amor.

Entre los convencidos de pensar que la democracia era cesión, los convencidos que la democracia era lo que ellos pensaban y los sumisos a nom, pronto la transición derivó hacia el principio de lo que tenemos ahora. Se admitió al los separatistas y se les concedieron autonomías de tal nivel que no existían en ningún sitio, creo que ni en las confederaciones, no sé si los cantones suizos tienen más competencias que las taifas, pero ahí andarán. Y la izquierda sembró el odio desde el principio, y el primer paso fue traer a Carrillo con todos los honores y luego el Sr Guerra con sus discursos. Que aquello fuera nimio comparado con lo que dicen ahora, no debe llevarnos a engaño, pues las cosas suceden en su marco histórico.

Fue a partir de los 80 y ante una supuesta derecha maricomplejines cuando el odio empezó a crecer y como cualquier planta, al cabo del tiempo ha florecido. Sin embargo, aún queda una mayoría, en parte del lanar incluso, que no acepta el odio impuesto y se sienten huérfanos políticos, pero al no tener criterios claros, votan lo que votan.

Las ideologías de salón que menciona, son tan miserables que se centran en la economía, olvidando la dimensión moral del ser humano, por eso son tan miserables, porque nos han convertido en un rebaño de egoístas que sólo piensan en sí mismos olvidando al prójimo, salvo cuando en los medios sale algún caso lacrimógeno convenientemente manipulado.

Nos han convertido en «yoistas», primero yo, luego yo y siempre yo y mis relaciones en la sociedad están enfocadas a mis deseos y conveniencias, siendo los demás peones para satisfacer mis necesidades. Eso, dado que los demás yoistas piensan igual y no se dejan, provoca que la gente viva frustrada y por tanto en el odio. Y de ese odio se provecha la casta para aumentarlo y conseguir sus fines.

La alegría de vivir de los 50, se fue perdiendo y ahora, con tantos bienes materiales a nuestra disposición, casi se puede decir que somos un país triste, porque esperar al fin de semana para emborracharse, drogarse o tener sexo salvaje no es alegría. Como tampoco es alegría las familias que no tienen claro cuanto durarán.

Y por supuesto, en política, no podemos salir del bipartidismo, que favorece a los separatistas para su conveniencia o la conveniencia de los que les mandan y los sucesivos partidos «disidentes», como los que menciona, no son más que intentos, admitamos que con buena voluntad, pero sin bases sólidas y no mencionemos, por no aumentar la desazón, que puedan ser disidencia controlada.

Que esto sea algo a nivel mundial no debe llevarnos a ningún consuelo, ya saben, mal de muchos… A lo que debe llevarnos es la reflexión y a la lucha, cada uno como pueda y este blog es una buena forma de lucha, mientras lo dejen.

Por eso, las votaciones del martes en USA son tan fundamentales, lo mismo que todas las que se produzcan en los próximos dos años en todo el mundo, será la última oportunidad de revertir el proceso de esclavitud. Sólo eso.


☝️Sánchez Castejón cada vez más cerca de un GOLPE MILITAR.

El Jemad le advirtió que la desaparición de la Guardia Civil en Cataluña NO será tolerada por la Dirección Militar, que ya piden su cabeza.

La Ministra de Defensa dejó de tener voz en las FAS.

¿Será cierto?

Buenas a todos,

No creo que pueda volver a haber una guerra civil en España. La guerra es mucho más trabajo que pedir limosna al gobierno a cambio del voto, y los españoles no queremos trabajar. Quien va a ir a una guerra pudiendo difrutar de unas vacaciones ocupando un piso, traficando con drogas, cobrando ayudas defraudando los servicios públicos, y apuntandose a los chiringuitos que se crean expresamente para ello.

En la guerra se puede ganar dinero, pero es un trabajo estresante, precario, y eso lo prohibe la normativa laboral, si yo tengo que ir a una guerra civil, estaré pegando tiros como mucho 8 horas al día, y si es de noche me tienen que pagar más, así como las horas extra, más el plus de riesgo laboral.

Un saludo