Abascal o Sánchez, respeto a la legalidad constitucional o un corrupto loco y tirano en el poder. No hay opciones intermedias para una población española indignada y cabreada ante la bajeza y maldad del sanchismo, sus violaciones de la Constitución, concesiones canallas a los golpistas catalanes y patadas a la Justicia, a la igualdad y al bien común.
Sánchez está jugando con fuego y se está quemando, haciendo trastadas y mostrando el rostro sucio y miserable de un tirano, provocando a los españoles de bien, indignando hasta a muchos de los suyos y demostrando que la democracia ha muerto en España y que las instituciones que tienen el deber de defenderla de un sátrapa enloquecido como él, entre ellas el Rey, la Justicia y las Fuerzas Armadas, están infiltradas, desmoralizadas y paralizadas por el miedo.
Millones de españoles están a punto de rebelarse contra las canalladas y acciones miserables del sanchismo.
El grueso de la población española, seriamente preocupada por el catastrófico estado de la nación, está buscando desesperadamente a un salvador que la libere del sanchismo y reconduzca a España por la ruta de la unidad y el orden constitucional.
La sensación general es que el Estado de Derecho está siendo dinamitado desde dentro por un loco llamado Sánchez, que demuestra no tener límites y que es capaz de perpetrar todo tipo de brutalidades e injusticias con tal de mantenerse en el poder.
Decepcionados porque ni el Rey, ni los militares, ni los jueces, ni la prensa libre son capaces de cumplir sus deberes de defender España, preservar la Constitución y la igualdad de los españoles, mira hacia el Partido Popular, el que ganó las elecciones del 23 de julio, y sólo ve una impotencia desoladora y un triste encefalograma plano.
Esa profunda decepción y el deseo de rebelión de millones de españoles están logrando que los muros que han alzado contra VOX por las izquierdas y por el Partido Popular, para aislarlo e impedirle crecer, se desmoronen y permitan que la derecha radical española crezca con la fuerza que lo hace en otros países de Europa y el mundo.
Cuando el pueblo español mira hacia Europa, la decepción es todavía mayor porque sólo ve indiferencia y parálisis ante el bandolerismo sanchista.
En esas circunstancias, el grito de "Solo nos queda VOX" cobra una fuerza inédita, despertando fuerzas de reproche al sanchismo, indignación ante sus fechorías y decepción ante la oposición y las instituciones acobardadas, tan grandes que podrían empujar al partido de la derecha radical a ganar las elecciones.
VOX no es sólo la opción del desencanto y la rabia ante la maldad del sanchismo y de sus aliados, sino una opción que abre las puertas a cambios profundos que España necesita y que anticipan la regeneración, como pueden ser la reforma de la ley electoral para que desaparezcan las ventajas de los nacionalistas, la ilegalización de partidos que reconocen que quieren destruir España, una lucha eficaz contra la corrupción, garantías para que los tres poderes del Estado funcionen en libertad e independencia y el establecimiento de filtros y exigencias políticas y éticas que impidan que en el futuro otro sátrapa corrupto como Sánchez pueda acceder al poder.
¿Por qué VOX no se dispara en intención de voto como ha sucedido en Italia, Polonia, Hungría, Eslovaquia, Brasil, Estados Unidos...? Parece claro que esa extraña oposición a VOX en la sociedad española está a punto de saltar por los aires y que España se incorporará a la tendencia que prima en un mundo cansado de las mentiras, estafas y corrupciones de las izquierdas fracasadas, creadoras sólo de corrupción, abuso, esclavitud, pobreza y dolor.
Francisco Rubiales
Millones de españoles están a punto de rebelarse contra las canalladas y acciones miserables del sanchismo.
El grueso de la población española, seriamente preocupada por el catastrófico estado de la nación, está buscando desesperadamente a un salvador que la libere del sanchismo y reconduzca a España por la ruta de la unidad y el orden constitucional.
La sensación general es que el Estado de Derecho está siendo dinamitado desde dentro por un loco llamado Sánchez, que demuestra no tener límites y que es capaz de perpetrar todo tipo de brutalidades e injusticias con tal de mantenerse en el poder.
Decepcionados porque ni el Rey, ni los militares, ni los jueces, ni la prensa libre son capaces de cumplir sus deberes de defender España, preservar la Constitución y la igualdad de los españoles, mira hacia el Partido Popular, el que ganó las elecciones del 23 de julio, y sólo ve una impotencia desoladora y un triste encefalograma plano.
Esa profunda decepción y el deseo de rebelión de millones de españoles están logrando que los muros que han alzado contra VOX por las izquierdas y por el Partido Popular, para aislarlo e impedirle crecer, se desmoronen y permitan que la derecha radical española crezca con la fuerza que lo hace en otros países de Europa y el mundo.
Cuando el pueblo español mira hacia Europa, la decepción es todavía mayor porque sólo ve indiferencia y parálisis ante el bandolerismo sanchista.
En esas circunstancias, el grito de "Solo nos queda VOX" cobra una fuerza inédita, despertando fuerzas de reproche al sanchismo, indignación ante sus fechorías y decepción ante la oposición y las instituciones acobardadas, tan grandes que podrían empujar al partido de la derecha radical a ganar las elecciones.
VOX no es sólo la opción del desencanto y la rabia ante la maldad del sanchismo y de sus aliados, sino una opción que abre las puertas a cambios profundos que España necesita y que anticipan la regeneración, como pueden ser la reforma de la ley electoral para que desaparezcan las ventajas de los nacionalistas, la ilegalización de partidos que reconocen que quieren destruir España, una lucha eficaz contra la corrupción, garantías para que los tres poderes del Estado funcionen en libertad e independencia y el establecimiento de filtros y exigencias políticas y éticas que impidan que en el futuro otro sátrapa corrupto como Sánchez pueda acceder al poder.
¿Por qué VOX no se dispara en intención de voto como ha sucedido en Italia, Polonia, Hungría, Eslovaquia, Brasil, Estados Unidos...? Parece claro que esa extraña oposición a VOX en la sociedad española está a punto de saltar por los aires y que España se incorporará a la tendencia que prima en un mundo cansado de las mentiras, estafas y corrupciones de las izquierdas fracasadas, creadoras sólo de corrupción, abuso, esclavitud, pobreza y dolor.
Francisco Rubiales
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