Señor Pedro Sánchez: "usted trabaja para mi"

El artículo me ha abierto los ojos. En algo coincido, al fin, con Pedro Sánchez: él no siente ningún respeto por quienes le votaron, y yo tampoco.

Buenas a todos,

Es igual de ilegal e inmoral robar algo en una tienda que robar la tienda entera, el corrupto normal es el que roba algo en una tienda, y el corrupto anormal el que roba la tienda entera, el corrupto normal no puede denunciar al corrupto anormal porque el también es un delincuente.

El corrupto anormal no entiende porque unos roban solo un poco en una tienda, pero no la tienda entera, "¿Cuál es la diferencia?". Pues una vez el objetivo y acto de robar un poco parece ser aceptable, se legitima robar otro poco, y por tanto, se legitima robarlo todo.

El corrupto normal no puede explicarle la diferencia al corrupto anormal, ya que sus actos son iguales de ilegítimos, además al igual que el honrado, tampoco entiende porque el otro tipo de individuo hace eso, porque tiene esa especie de "saña sin límites".

El individuo patológico tiene una visión daltónica, o monocromática de la realidad. Interpreta de una manera propia el orden socialmente establecido, y tiende a concluir que él es más inteligente que el resto, ya que parece ser el único en darse cuenta, por ejemplo, de que puede robar la tienda entera, en vez de solo un poco cada vez. Y parece que nadie a su alrededor se da cuenta de algo para él tan evidente y fácil.

No interpreta la verdadera complejidad que hay detrás de cada pequeño acto delictivo, si no como personas que no hacen verdadero uso de su fuerza y medios para obtener lo que quieren, o que evalúan erróneamente el riesgo a las represalias, sociales o judiciales.

La consideración de estos individuos como psicópatas es un tanto imprecisa ya que, de la lectura de ponerología política, uno entiende que no es exacto, no es tan sencillo, ni hay una sola causa para la psicopatía, ni la psicopatía necesariamente lleva a este tipo de conductas, y además hay otras causas, tanto patologías como caracteropatías, accidentes de nacimiento, como propensiones genéticas de pueblos enteros.

Es importante siempre en lo referente a los asuntos delicados que afectan al bien común no simplificar demasiado porque de la simplificación se deriva la demagogia y el populismo, que finalmente es lo que produce la enfermedad social.

Una idea política puede ser muy buena, y convertirse en un cáncer social como producto de la propaganda y la excesiva simplificación. Simplemente no se debe, simplificar los asuntos públicos es seguramente una tentación para todos los humanos, pero puede llevar a problemas, y muchos de esos problemas tienen que ver con que ciertos individuos ponerológicos, convierten perfectamente la simplificación en un populismo peligroso, y la sociedad cae rendida, los convierte en casi profetas que les van a llevar a la tierra prometida.

Conforme los detalles de los problemas son neutralizados mediante una simplificación, esos mismos detalles que pasarán inadvertidos, serán el motivo principal por el que una sociedad entera masivamente se hunde en la dictadura y en la miseria sin poder hacer nada, porque son activamente partícipes de la situación, al no poder identificar ni actuar en función de detalles que no tienen en cuenta, no pueden defenderse de la enfermedad que les afecta, y se pueden fanatizar buscando encerrarse en una especie de cárcel ideológica y dogmática, como último estado grave de la enfermedad, como última esperanza para salvarse.

Conforme progresa el caos en una sociedad, pese a los esfuerzos de dicha sociedad en contener dicho caos, aumenta la desesperación, aumenta la histeria, y eso lleva a que cada vez se adopten ideas más radicales contrarias al respeto a los principios morales más básicos, como justificar mentir, la violencia, matar, robar, para poder lograr el tan ansiado objetivo, que es imponer una especie de orden forzoso que finalmente les libere del caos que tanto están sufriendo sin poder controlar.

El caos, la entropía que genera el propio hombre seguirá aumentando, y su histeria para tratar de controlarlo seguirá aumentando, aumentando los delirios totalitarios de personas más y más hipócritas en esas ideas, que no querrán someterse a sus propias doctrinas, si no únicamente a los demás. Algo que todos conocemos perfectamente.

Esto es lo que nos lleva al escenario futuro de una sociedad dividida en dos clases altamente diferenciadas, una miniritaria con todo el poder, propiedades, etc. y la otra sin nada, dependiende de todo lo que los otros decidan.

Ya que nadie quiere hacerse cargo de su propia generación de entropía, si no limitar la entropia que generan los demás, la tendencia será hacia la imposición de una dictadura, por las buenas o por las malas.

Un saludo.