La gente ya se cansó de hostilidades, quiere cooperación, diálogo y acuerdo. La
reunión reciente parece inicia el consenso y la comunicación de los dos principales partidos. Compartiendo el análisis de la situación, los hemos oído decir que regresan a su lugar natural de encuentro, que el tono ha sido positivo y la recuperación de la confianza es un objetivo prioritario, que la información esencial se producirá directa y exclusivamente entre ellos. Al evaluar las perspectivas que se abren, reconocen que el proceso será largo, difícil y duro, pero se obtendrán mejores resultados y mayor eficacia en la consecución del deseo tan ampliamente generalizado del fin de la violencia, si se produce el denominador común del esfuerzo y relación concurrentes.
En la reunión, se ha dado, después de casi dos años de diferencias notables, un primer paso de acercamiento, se han mostrado los apoyos sin otras referencias que las exigencias de la democracia constitucional, de la expresión ciudadana y de los derechos de las víctimas a la dignidad, a la memoria y a la justicia; se ha puesto sobre la mesa que no se den pasos que comprometan al Estado y que conviene tomarse el tiempo que sea necesario sin precipitación, para llegar a la constatación y verificación del fin definitivo y absoluto de cualquier tipo de acción violenta. No se darán contrapartidas políticas ni concesiones a la banda directa o indirectamente, ni se planteará ningún cambio en la legalidad vigente
Aunque el Gobierno con sus adláteres nacionalistas se ha obstinado en negarle al PP la existencia y recluirlo en la caverna de la política nacional, ahora, necesita su apoyo, porque acabar con el terrorismo no es tramitar el Estatuto Catalán. Ese empeño ha resultado nocivo para ellos y para la nación. La ciudadanía espera y el tiempo lo dirá, el acuerdo en la actuación de los dos grandes partidos nacionales en el terrorismo y otros asuntos, que afectan a España; desea con ansia que se confirme, a corto plazo, la disolución de la banda y la decisión irreversible de ETA de poner fin a su actividad criminal.
En la convulsión de tiempos como estos, es oportuno acoger la exhortación de San Pablo a los Romanos: mostraos alegres en la esperanza, pacientes en la tribulación. Hemos practicado y ejercemos la paciencia, ahora, vivimos expectantes en sostenida alegría.
Camilo Valverde Mudarra
reunión reciente parece inicia el consenso y la comunicación de los dos principales partidos. Compartiendo el análisis de la situación, los hemos oído decir que regresan a su lugar natural de encuentro, que el tono ha sido positivo y la recuperación de la confianza es un objetivo prioritario, que la información esencial se producirá directa y exclusivamente entre ellos. Al evaluar las perspectivas que se abren, reconocen que el proceso será largo, difícil y duro, pero se obtendrán mejores resultados y mayor eficacia en la consecución del deseo tan ampliamente generalizado del fin de la violencia, si se produce el denominador común del esfuerzo y relación concurrentes.
En la reunión, se ha dado, después de casi dos años de diferencias notables, un primer paso de acercamiento, se han mostrado los apoyos sin otras referencias que las exigencias de la democracia constitucional, de la expresión ciudadana y de los derechos de las víctimas a la dignidad, a la memoria y a la justicia; se ha puesto sobre la mesa que no se den pasos que comprometan al Estado y que conviene tomarse el tiempo que sea necesario sin precipitación, para llegar a la constatación y verificación del fin definitivo y absoluto de cualquier tipo de acción violenta. No se darán contrapartidas políticas ni concesiones a la banda directa o indirectamente, ni se planteará ningún cambio en la legalidad vigente
Aunque el Gobierno con sus adláteres nacionalistas se ha obstinado en negarle al PP la existencia y recluirlo en la caverna de la política nacional, ahora, necesita su apoyo, porque acabar con el terrorismo no es tramitar el Estatuto Catalán. Ese empeño ha resultado nocivo para ellos y para la nación. La ciudadanía espera y el tiempo lo dirá, el acuerdo en la actuación de los dos grandes partidos nacionales en el terrorismo y otros asuntos, que afectan a España; desea con ansia que se confirme, a corto plazo, la disolución de la banda y la decisión irreversible de ETA de poner fin a su actividad criminal.
En la convulsión de tiempos como estos, es oportuno acoger la exhortación de San Pablo a los Romanos: mostraos alegres en la esperanza, pacientes en la tribulación. Hemos practicado y ejercemos la paciencia, ahora, vivimos expectantes en sostenida alegría.
Camilo Valverde Mudarra