Pablo Iglesias agitando la bandera independentista canaria. Es el vicepresidente de gobierno más irresponsable y enemigo de la Constitución de la Historia moderna de España
Pero que nadie olvide que el responsable de los abusos, desmanes y errores de Pablo Iglesias es Pedro Sánchez y el PSOE, que lo han puesto nada menos que en la vicepresidencia del gobierno, toda una frivolidad por la que España ojalá no tenga que pagar un precio demasiado alto.
Los ataques de Podemos a la Monarquía, las burlas a la Constitución, sus alianzas con el independentismo y locuras, como el apoyo al renaciente independentismo canario, son suciedades y burradas que el PSOE no debería consentir de un socio de gobierno, salvo que esas brutalidades antiespañolas y antidemocráticas respondan a un plan conjunto y coordinado de los dos partidos, en el que uno hace de "poli bueno" y otro de "poli malo".
Los españoles tienen motivos suficientes para sospechar que los aparentes burradas autónomas de Podemos responden a un plan trazado conjuntamente con los socialistas. Un dato: El gobierno en pleno piensa volcarse con el 90 aniversario de la II República en plena ofensiva de Podemos contra el Rey. Otro dato es que si la aparente contradicción entre el PSOE y Podemos fuera real, los socialistas ya le habrían expulsado del gobierno y formado otras mayorías, que son posibles, para permanecer en el poder sin tener que convivir con una víbora en la cama.
Que la candidata de Unidas Podemos a la presidencia de Canarias y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, agiten la bandera independentista canaria, de siete estrellas verdes, es una agresión a España que repugna en toda la nación y que ni siquiera el insensible y antiespañol gobierno del PSOE puede soportar.
La bandera con siete estrellas verdes fue creada en 1964 por el líder del Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario (MPAIAC), Antonio Cubillo. En 2016, Podemos pidió que la bandera independentista fuese oficial en las islas.
Otra imbecilidad de alcance vergonzoso ha sido la declaración reciente de Eduardo Garzón, hermano del ministro Alberto Garzón, del bloque de Podemos, según el cual basta con fabricar dinero sin limites para salir de la crisis y poder pagar sueldos y pensiones.
Pero hay más agresiones graves y anticonstitucionales, como el asalto a la Monarquía y al poder judicial y las presiones para hundir la economía libre de mercado que realiza Podemos, cada día más convertido en un colega estúpido, indigno e incómodo dentro del Consejo de Ministros.
Si la convivencia sigue deteriorándose, no falta mucho para que estalle el conflicto entre Podemos y el PSOE. Entonces habrá que recordar que es Pedro Sánchez el auténtico culpable de lo que ocurre porque él fue quien forjo la alianza con los podemitas y elevó al impresentable Pablo Iglesias hasta la categoría de Vicepresidente.
Podemos tiene gran parte de culpa de que España sea considerada poco menos que un Estado fallido en el resto del mundo avanzado, donde no pueden entender que hacen los comunistas en un gobierno teóricamente democrático y miembro del mundo libre que representa la Unión Europea, que comete fallos económicos incomprensibles, sube los impuestos de manera temeraria, se divorcia de la ciudadanía, divide la nación, se enfrenta a su propio Rey, ahuyenta a las empresas, genera pobreza, gestiona mal la pandemia, causa muertes innecesarias y apuesta por la ruina y el fracaso.
Pero lo que no saben los que culpan exclusivamente del drama de España a Podemos es que el PSOE, como partido democrático y partidario de las libertades y derechos, ha desaparecido o está tan derrotado que ni siquiera cuenta. El poder está en manos de la facción que sigue a un Pedro Sánchez peligrosamente ambicioso, sin otra ideología que el control férreo del poder, capaz de realizar cualquier locura para permanecer en la presidencia del gobierno, lo que le convierte en un ser sin escrúpulos, aliado perfecto de toda la escoria que España posee, desde los comunistas a los independentistas, amigos del terrorismo y de las bandas corruptas.
El peor de los enemigos de la España moderna, libre y próspera no es Pablo Iglesias, sino Pedro Sánchez, el "puto amo" del poder español y el padrino de Podemos y de demasiados errores y desmanes.
Francisco Rubiales
Los ataques de Podemos a la Monarquía, las burlas a la Constitución, sus alianzas con el independentismo y locuras, como el apoyo al renaciente independentismo canario, son suciedades y burradas que el PSOE no debería consentir de un socio de gobierno, salvo que esas brutalidades antiespañolas y antidemocráticas respondan a un plan conjunto y coordinado de los dos partidos, en el que uno hace de "poli bueno" y otro de "poli malo".
Los españoles tienen motivos suficientes para sospechar que los aparentes burradas autónomas de Podemos responden a un plan trazado conjuntamente con los socialistas. Un dato: El gobierno en pleno piensa volcarse con el 90 aniversario de la II República en plena ofensiva de Podemos contra el Rey. Otro dato es que si la aparente contradicción entre el PSOE y Podemos fuera real, los socialistas ya le habrían expulsado del gobierno y formado otras mayorías, que son posibles, para permanecer en el poder sin tener que convivir con una víbora en la cama.
Que la candidata de Unidas Podemos a la presidencia de Canarias y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, agiten la bandera independentista canaria, de siete estrellas verdes, es una agresión a España que repugna en toda la nación y que ni siquiera el insensible y antiespañol gobierno del PSOE puede soportar.
La bandera con siete estrellas verdes fue creada en 1964 por el líder del Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario (MPAIAC), Antonio Cubillo. En 2016, Podemos pidió que la bandera independentista fuese oficial en las islas.
Otra imbecilidad de alcance vergonzoso ha sido la declaración reciente de Eduardo Garzón, hermano del ministro Alberto Garzón, del bloque de Podemos, según el cual basta con fabricar dinero sin limites para salir de la crisis y poder pagar sueldos y pensiones.
Pero hay más agresiones graves y anticonstitucionales, como el asalto a la Monarquía y al poder judicial y las presiones para hundir la economía libre de mercado que realiza Podemos, cada día más convertido en un colega estúpido, indigno e incómodo dentro del Consejo de Ministros.
Si la convivencia sigue deteriorándose, no falta mucho para que estalle el conflicto entre Podemos y el PSOE. Entonces habrá que recordar que es Pedro Sánchez el auténtico culpable de lo que ocurre porque él fue quien forjo la alianza con los podemitas y elevó al impresentable Pablo Iglesias hasta la categoría de Vicepresidente.
Podemos tiene gran parte de culpa de que España sea considerada poco menos que un Estado fallido en el resto del mundo avanzado, donde no pueden entender que hacen los comunistas en un gobierno teóricamente democrático y miembro del mundo libre que representa la Unión Europea, que comete fallos económicos incomprensibles, sube los impuestos de manera temeraria, se divorcia de la ciudadanía, divide la nación, se enfrenta a su propio Rey, ahuyenta a las empresas, genera pobreza, gestiona mal la pandemia, causa muertes innecesarias y apuesta por la ruina y el fracaso.
Pero lo que no saben los que culpan exclusivamente del drama de España a Podemos es que el PSOE, como partido democrático y partidario de las libertades y derechos, ha desaparecido o está tan derrotado que ni siquiera cuenta. El poder está en manos de la facción que sigue a un Pedro Sánchez peligrosamente ambicioso, sin otra ideología que el control férreo del poder, capaz de realizar cualquier locura para permanecer en la presidencia del gobierno, lo que le convierte en un ser sin escrúpulos, aliado perfecto de toda la escoria que España posee, desde los comunistas a los independentistas, amigos del terrorismo y de las bandas corruptas.
El peor de los enemigos de la España moderna, libre y próspera no es Pablo Iglesias, sino Pedro Sánchez, el "puto amo" del poder español y el padrino de Podemos y de demasiados errores y desmanes.
Francisco Rubiales
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