La lucha por los derechos civiles y la visibilidad LGTBI son la excusa que el ‘orgullo’ utiliza para justificar un fin de semana de vicio y abuso de todo tipo de sustancias, exhibicionismo, pornografía y perversión. Los derechos fundamentales de esos colectivos ya están conquistados en España y lo único que queda es el festival hortera.
El colectivo LGTBI es cada día más un lobby de poder y una máquina de recibir subvenciones que un movimiento que lucha por sus derechos. Esos colectivos son ya de los más poderosos y bien tratados del país, mucho más que otros que están abandonados, como los ancianos pobres, los que padecen la soledad y los enfermos crónicos que necesitan cuidados intensos, entre otros muchos.
¿Sabías que el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social ha gastado casi 15.000€ en preservativos y lubricantes para practicar sexo anal, evitar enfermedades de transmisión sexual y el contagio del VIH entre hombres? ¿De verdad tenemos los ciudadanos que pagar los deseos sexuales de un determinado grupo cuando no hay dinero público para financiar tratamientos bucodentales y oculares?
Muchos expertos creen que los colectivos LGTBI, como los inmigrantes, han pasado de ser oprimidos a disfrutar de enormes privilegios. De hecho, las leyes aprobadas en favor de gays y lesbianas son muchas y capaces de transformarlos en seres distinguidos y magníficamente tratados por un Estado español que suele preocuparse poco por sus "subditos".
La izquierda mundial, muy fuerte dentro de la ONU, aprobó el 11 de diciembre último un Pacto Global para la Migración Segura, Ordenada y Regular. Naciones Unidas, con la excusa de proteger a los más desfavorecidos, impuso un nuevo paquete de medidas dirigidas a privilegiar a los colectivos que la izquierda apadrina a cambio de lealtades y votos: mujeres, LGTBI e inmigrantes.
Numerosos expertos y juristas han expresado que algunas leyes de privilegio LGTBI aprobadas en España son un riesgo para las libertades y, por supuesto, una discriminación que viola el concepto de igualdad ante la ley, garantizado por la Constitución.
Detrás del "orgullo" y de otras leyes que convierten en privilegiados a determinados colectivos está la estrategia de la izquierda, que después de haber quedado derrotada en la economía,tras admitirse universalmente que el socialismo genera pobreza y atraso, han concentrado su esfuerzo en patrocinar políticas y grupos para cambiar el mundo destruyendo lo viejo para poder construir sobre sus ruinas el mundo nuevo, dominado por el Estado, que ellos sueñan para consolidar su dominio.
Francisco Rubiales
El colectivo LGTBI es cada día más un lobby de poder y una máquina de recibir subvenciones que un movimiento que lucha por sus derechos. Esos colectivos son ya de los más poderosos y bien tratados del país, mucho más que otros que están abandonados, como los ancianos pobres, los que padecen la soledad y los enfermos crónicos que necesitan cuidados intensos, entre otros muchos.
¿Sabías que el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social ha gastado casi 15.000€ en preservativos y lubricantes para practicar sexo anal, evitar enfermedades de transmisión sexual y el contagio del VIH entre hombres? ¿De verdad tenemos los ciudadanos que pagar los deseos sexuales de un determinado grupo cuando no hay dinero público para financiar tratamientos bucodentales y oculares?
Muchos expertos creen que los colectivos LGTBI, como los inmigrantes, han pasado de ser oprimidos a disfrutar de enormes privilegios. De hecho, las leyes aprobadas en favor de gays y lesbianas son muchas y capaces de transformarlos en seres distinguidos y magníficamente tratados por un Estado español que suele preocuparse poco por sus "subditos".
La izquierda mundial, muy fuerte dentro de la ONU, aprobó el 11 de diciembre último un Pacto Global para la Migración Segura, Ordenada y Regular. Naciones Unidas, con la excusa de proteger a los más desfavorecidos, impuso un nuevo paquete de medidas dirigidas a privilegiar a los colectivos que la izquierda apadrina a cambio de lealtades y votos: mujeres, LGTBI e inmigrantes.
Numerosos expertos y juristas han expresado que algunas leyes de privilegio LGTBI aprobadas en España son un riesgo para las libertades y, por supuesto, una discriminación que viola el concepto de igualdad ante la ley, garantizado por la Constitución.
Detrás del "orgullo" y de otras leyes que convierten en privilegiados a determinados colectivos está la estrategia de la izquierda, que después de haber quedado derrotada en la economía,tras admitirse universalmente que el socialismo genera pobreza y atraso, han concentrado su esfuerzo en patrocinar políticas y grupos para cambiar el mundo destruyendo lo viejo para poder construir sobre sus ruinas el mundo nuevo, dominado por el Estado, que ellos sueñan para consolidar su dominio.
Francisco Rubiales
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