Los rasgos románticos y atractivos de la revolución cubana se desmoronan ante la dura realidad de la tiranía actual castrista y la brutal represión a su pueblo.
La gran mentira de la izquierda mundial está siendo desenmascarada, una vez más, por el pueblo en rebeldía. La rebelión de los cubanos en busca de libertad tendrá efectos directos en todo el mundo y será desastrosa para los gobiernos de izquierda y para los que pugnan por sustituir la democracia por socialismos estatalistas alejados de las libertades y derechos.
El gobierno español de Pedro Sánchez, una coalición de socialistas y comunistas que se niega a admitir que el castrismo sea una dictadura, será de los que más sufran el golpe que emana del martirio de los cubanos en manos de los tiranos de izquierda, donde ya hay muertos, detenidos y cientos de desaparecidos.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, interpretando el sentimiento de los demócratas de casi todo el mundo, acusa al gobierno cubano de ser una gran mentira. El alcalde de Miami pide ataques aéreos contra los represores cubanos, en defensa de lis desamparados ciudadanos que están siendo aplastados por el socialismo castrista.
La represión del pueblo cubano por los sicarios del socialismo tendrá efectos directos e inmediatos en países dominados por tiranías cercanas a Cuba, como Venezuela, Nicaragua, Bolivia y otros. Lo lógico es que se derrumben si Cuba logra liberarse del castrismo, pero de cualquier manera, la rebelión del pueblo cubano les generará una profunda crisis.
El socialismo y el comunismo, hermanos casi gemelos que imponen un Estado poderoso y sin apenas controles y que comparten también el escaso aprecio a la democracia y a las libertades y derechos ciudadanos, retrocederán en todo el mundo y perderán grandes masas de votantes, indignados ante la represión sangrienta al pueblo cubano.
En España, el sanchismo, que es una mutación del socialismo que lo acerca al comunismo y que gobierna en coalición con los comunistas de Podemos, quedará seriamente debilitado al comprobarse como sus amigos de Cuba aplastan y asesinan a su propio pueblo.
Cuando el Muro de Berlín fue derribado por los defensores de la libertad, la izquierda marxista retrocedió en todo el mundo y el comunismo estuvo a punto de desaparecer, mientras decenas de partidos socialistas se extinguían o se convertían en marginales.
Cuba se convirtió entonces en el único foco comunista que sobrevivía en el mundo y así ha perdurado hasta hoy, a pesar de que su pueblo ha vivido cada día más aplastado y empobrecido por el poder comunista.
La rebelión de los cubanos llega cuando el comunismo pretende resurgir y ha logrado avanzar en distintos países del mundo, como Venezuela, Nicaragua, Bolivia, España y otros. La represión del pueblo cubano por los sicarios del socialismo desvelará ante el mundo la verdadera naturaleza opresora y criminal de esos regímenes izquierdistas radicales, capaces de mantenerse en el poder gracias únicamente, a la represión más dura y cruel de sus ciudadanos.
Si el silencio de las izquierdas del mundo ante el aplastamiento del pueblo de Cuba es estruendoso, el silencio del Vaticano es todavía más incomprensible y escandaloso. La iglesia oficial del Papa Francisco, acusada por muchos de sentirse más cerca del comunismo que de la democracia, también sufrirá con dureza los efectos de la represión brutal del comunismo cubano a su pueblo, mayoritariamente católico.
Da asco contemplar como la izquierda española, admiradora en el fondo de su alma de la dictadura cubana, se niega a considerar el régimen castrista como una dictadura, a pesar de la dura evidencia que reflejan las noticias y las imágenes, pero el silencio de la Iglesia Católica ante la represión brutal que sufre el pueblo cubano es todavía más indecente e indignante, hasta el punto de producir vómitos.
Francisco Rubiales
El gobierno español de Pedro Sánchez, una coalición de socialistas y comunistas que se niega a admitir que el castrismo sea una dictadura, será de los que más sufran el golpe que emana del martirio de los cubanos en manos de los tiranos de izquierda, donde ya hay muertos, detenidos y cientos de desaparecidos.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, interpretando el sentimiento de los demócratas de casi todo el mundo, acusa al gobierno cubano de ser una gran mentira. El alcalde de Miami pide ataques aéreos contra los represores cubanos, en defensa de lis desamparados ciudadanos que están siendo aplastados por el socialismo castrista.
La represión del pueblo cubano por los sicarios del socialismo tendrá efectos directos e inmediatos en países dominados por tiranías cercanas a Cuba, como Venezuela, Nicaragua, Bolivia y otros. Lo lógico es que se derrumben si Cuba logra liberarse del castrismo, pero de cualquier manera, la rebelión del pueblo cubano les generará una profunda crisis.
El socialismo y el comunismo, hermanos casi gemelos que imponen un Estado poderoso y sin apenas controles y que comparten también el escaso aprecio a la democracia y a las libertades y derechos ciudadanos, retrocederán en todo el mundo y perderán grandes masas de votantes, indignados ante la represión sangrienta al pueblo cubano.
En España, el sanchismo, que es una mutación del socialismo que lo acerca al comunismo y que gobierna en coalición con los comunistas de Podemos, quedará seriamente debilitado al comprobarse como sus amigos de Cuba aplastan y asesinan a su propio pueblo.
Cuando el Muro de Berlín fue derribado por los defensores de la libertad, la izquierda marxista retrocedió en todo el mundo y el comunismo estuvo a punto de desaparecer, mientras decenas de partidos socialistas se extinguían o se convertían en marginales.
Cuba se convirtió entonces en el único foco comunista que sobrevivía en el mundo y así ha perdurado hasta hoy, a pesar de que su pueblo ha vivido cada día más aplastado y empobrecido por el poder comunista.
La rebelión de los cubanos llega cuando el comunismo pretende resurgir y ha logrado avanzar en distintos países del mundo, como Venezuela, Nicaragua, Bolivia, España y otros. La represión del pueblo cubano por los sicarios del socialismo desvelará ante el mundo la verdadera naturaleza opresora y criminal de esos regímenes izquierdistas radicales, capaces de mantenerse en el poder gracias únicamente, a la represión más dura y cruel de sus ciudadanos.
Si el silencio de las izquierdas del mundo ante el aplastamiento del pueblo de Cuba es estruendoso, el silencio del Vaticano es todavía más incomprensible y escandaloso. La iglesia oficial del Papa Francisco, acusada por muchos de sentirse más cerca del comunismo que de la democracia, también sufrirá con dureza los efectos de la represión brutal del comunismo cubano a su pueblo, mayoritariamente católico.
Da asco contemplar como la izquierda española, admiradora en el fondo de su alma de la dictadura cubana, se niega a considerar el régimen castrista como una dictadura, a pesar de la dura evidencia que reflejan las noticias y las imágenes, pero el silencio de la Iglesia Católica ante la represión brutal que sufre el pueblo cubano es todavía más indecente e indignante, hasta el punto de producir vómitos.
Francisco Rubiales
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