REPSOL, indignada con los impuestos, el desprecio a la labor empresarial y la inseguridad del sanchismo, advierte que puede deslocalizar y trasladar inversiones al extranjero
El maltrato del gobierno de Sánchez a los empresarios y a las empresas es canalla, indecente, injusto e impropio de un país democrático, miembro de la Unión Europea. La intención de reducir la jornada laboral manteniendo los mismos sueldos, acordada al margen de los empresarios, es un síntoma del desprecio del sanchismo a los que producen empleo y riqueza, a los que saquea fiscalmente y procura deteriorar su imagen ante la sociedad.
Los empresarios españoles se sienten maltratados y nada valorados por el gobierno socialista y comunista. Las grandes empresas, cuando se rebelan ante esa injusticia, se convierten en noticia y generan escándalo, pero detrás de esa realidad hay decenas de miles de empresas medianas y pequeñas que se asfixian o echan el cierre acosadas por el gobierno de Sánchez y su codicia de usureros, a los que no les importa que la pobreza avance como una plaga.
Ser autónomo en España es una actitud heroica que merece condecoraciones y premios porque es casi imposible subsistir como pequeño empresario sometido al expolio del sanchismo, que cobra cuotas insoportables y que exprime y aplasta incluso cuando no se gana dinero para subsistir.
El desprecio del gobierno a los empresarios está provocando una huida de muchos miles de profesionales autónomos a la economía sumergida, donde cada día se paga más en negro y sin factura para eludir a los vampiros de Hacienda.
REPSOL amenaza con irse, pero miles de empresas ya lo han hecho en silencio, muchas de ellas a Portugal, donde existe un socialismo mil veces mas decente y razonable que el salvaje sanchismo depredador y donde los impuestos son menores y el aprecio al empresarios infinitamente superior.
El grito de advertencia de REPSOL, al igual que la reciente huida de FERROVIAL, son síntomas de un creciente descontento empresarial y del rechazo que merece la codicia usurera y corrupta de un gobierno que mantiene ya los impuestos más altos de Europa, proporcionalmente, y que en lugar de bajarlos, como hacen los países de nuestro entorno para reactivar la economía, pretende subirlos todavía más.
Ya no cabe duda de que el sanchismo, esa mezcla tenebrosa de comunismo y socialismo pervertido, pretende que la pobreza avance en España, único camino para que haya cada día más pobres y marginados que voten a la izquierda.
Francisco Rubiales
Los empresarios españoles se sienten maltratados y nada valorados por el gobierno socialista y comunista. Las grandes empresas, cuando se rebelan ante esa injusticia, se convierten en noticia y generan escándalo, pero detrás de esa realidad hay decenas de miles de empresas medianas y pequeñas que se asfixian o echan el cierre acosadas por el gobierno de Sánchez y su codicia de usureros, a los que no les importa que la pobreza avance como una plaga.
Ser autónomo en España es una actitud heroica que merece condecoraciones y premios porque es casi imposible subsistir como pequeño empresario sometido al expolio del sanchismo, que cobra cuotas insoportables y que exprime y aplasta incluso cuando no se gana dinero para subsistir.
El desprecio del gobierno a los empresarios está provocando una huida de muchos miles de profesionales autónomos a la economía sumergida, donde cada día se paga más en negro y sin factura para eludir a los vampiros de Hacienda.
REPSOL amenaza con irse, pero miles de empresas ya lo han hecho en silencio, muchas de ellas a Portugal, donde existe un socialismo mil veces mas decente y razonable que el salvaje sanchismo depredador y donde los impuestos son menores y el aprecio al empresarios infinitamente superior.
El grito de advertencia de REPSOL, al igual que la reciente huida de FERROVIAL, son síntomas de un creciente descontento empresarial y del rechazo que merece la codicia usurera y corrupta de un gobierno que mantiene ya los impuestos más altos de Europa, proporcionalmente, y que en lugar de bajarlos, como hacen los países de nuestro entorno para reactivar la economía, pretende subirlos todavía más.
Ya no cabe duda de que el sanchismo, esa mezcla tenebrosa de comunismo y socialismo pervertido, pretende que la pobreza avance en España, único camino para que haya cada día más pobres y marginados que voten a la izquierda.
Francisco Rubiales
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