Entre la crisis, la pandemia y los impuestos abusivos de los gobiernos, más de tres millones de españoles que integraban la próspera clase media han descendido uno o dos escalones, incorporándose a los grupos más vulnerables que necesitan auxilio.
De todos los abusos y agresiones del sanchismo a España, quizás el más canalla ha sido la práctica liquidación de las clases medias, a las que ha acosado, maltratado y prácticamente eliminado mediante el expolio fiscal y el deterioro general de la economía.
Integrada por profesionales, trabajadores con experiencia y calidad productiva, comerciantes, autónomos y empresarios pequeños y medianos, la clase media española era uno de los grandes logros de esta nación y la base más sólida para sustentar la modernidad y el progreso.
En vísperas de la Expo 92 que se celebró en Sevilla, los organizadores del evento realizaron varios estudios para descubrir los grandes logros que España debía exhibir ante el mundo. La fortaleza de las clases medias españolas, junto con las cajas de ahorro, el trato de la ONCE a los ciegos y el sistema que integraban las farmacias surgieron como logros españoles dignos de ser exhibidos ante el mundo.
Cada gobierno socialista asestó a las clases medias un golpe más contundente. El de Felipe González fue el primero, pero entonces las clases medias eran tan saludables que resistieron el atentado socialista. El golpe de Zapatero fue demoledor y dejó a las clases medias muy debilitadas. Pedro Sánchez, cruel, sin escrúpulos y saqueador como ningún otro político en nuestra historia moderna, las está asesinando y exterminando a martillazos porque él quiere un pueblo de desamparados y de borregos atolondrados, fáciles de gobernar por los tiranos.
En sus mandatos, el PP no hizo nada destacado para fortalecerlas, dejando que el acoso socialista prevaleciera.
Sánchez y sus socios comunistas saben que sin clases medias, España estará más preparada para sucumbir a la tiranía y, para eliminarlas, han seguido al pie de la letra el manual marxista: desprestigio de los ricos, leyes que penalicen el ahorro y mucho acoso fiscal, hasta lograr que se extingan.
La España que dejó Franco en herencia era un país de propietarios de viviendas, envidiado por toda Europa, donde las viviendas pertenecían a los ricos y a las grandes corporaciones y los trabajadores sólo podían alquilarlas.
Lo mismo ocurre hoy en España, después del aniquilador mandato de los falsos demócratas, tanto de izquierdas como de derechas.
En la España que están creando los politicastros corruptos, los jóvenes, diezmados por el desempleo y la precariedad laboral, tienen dificultades casi invencibles para independizarse de sus padres y todavía más para adquirir una vivienda en propiedad, debiendo conformarse con un alquiler.
Aquella España de Franco donde el padre trabajaba y con su sueldo podía mantener una familia de tres o cuatro hijos y además adquirir una vivienda, que pagaba sin grandes dificultades en diez años como mucho, ha sido asesinada por nuestros falsos políticos demócratas, sobre todo por las izquierdas, que luchan por conseguir una España poblada por débiles, desamparados, pobres e incultos, necesitados de la tutela del Estado y fáciles de dominar.
La actual inflación, del 9.8 por ciento, la mayor de Europa por culpa de la torpeza del sanchismo, representa el martillazo más fuerte y demoledor dado por un gobierno a la prosperidad de los españoles desde la desaparición de Franco.
Los comunistas y socialistas españoles, aliados con los que odian a España en Cataluña y el País Vasco, tienen motivos para sentirse "orgullosos" de haber asesinado con su gobierno las bases sólidas que sustentaban la prosperidad de los españoles.
Francisco Rubiales
De todos los abusos y agresiones del sanchismo a España, quizás el más canalla ha sido la práctica liquidación de las clases medias, a las que ha acosado, maltratado y prácticamente eliminado mediante el expolio fiscal y el deterioro general de la economía.
Integrada por profesionales, trabajadores con experiencia y calidad productiva, comerciantes, autónomos y empresarios pequeños y medianos, la clase media española era uno de los grandes logros de esta nación y la base más sólida para sustentar la modernidad y el progreso.
En vísperas de la Expo 92 que se celebró en Sevilla, los organizadores del evento realizaron varios estudios para descubrir los grandes logros que España debía exhibir ante el mundo. La fortaleza de las clases medias españolas, junto con las cajas de ahorro, el trato de la ONCE a los ciegos y el sistema que integraban las farmacias surgieron como logros españoles dignos de ser exhibidos ante el mundo.
Cada gobierno socialista asestó a las clases medias un golpe más contundente. El de Felipe González fue el primero, pero entonces las clases medias eran tan saludables que resistieron el atentado socialista. El golpe de Zapatero fue demoledor y dejó a las clases medias muy debilitadas. Pedro Sánchez, cruel, sin escrúpulos y saqueador como ningún otro político en nuestra historia moderna, las está asesinando y exterminando a martillazos porque él quiere un pueblo de desamparados y de borregos atolondrados, fáciles de gobernar por los tiranos.
En sus mandatos, el PP no hizo nada destacado para fortalecerlas, dejando que el acoso socialista prevaleciera.
Sánchez y sus socios comunistas saben que sin clases medias, España estará más preparada para sucumbir a la tiranía y, para eliminarlas, han seguido al pie de la letra el manual marxista: desprestigio de los ricos, leyes que penalicen el ahorro y mucho acoso fiscal, hasta lograr que se extingan.
La España que dejó Franco en herencia era un país de propietarios de viviendas, envidiado por toda Europa, donde las viviendas pertenecían a los ricos y a las grandes corporaciones y los trabajadores sólo podían alquilarlas.
Lo mismo ocurre hoy en España, después del aniquilador mandato de los falsos demócratas, tanto de izquierdas como de derechas.
En la España que están creando los politicastros corruptos, los jóvenes, diezmados por el desempleo y la precariedad laboral, tienen dificultades casi invencibles para independizarse de sus padres y todavía más para adquirir una vivienda en propiedad, debiendo conformarse con un alquiler.
Aquella España de Franco donde el padre trabajaba y con su sueldo podía mantener una familia de tres o cuatro hijos y además adquirir una vivienda, que pagaba sin grandes dificultades en diez años como mucho, ha sido asesinada por nuestros falsos políticos demócratas, sobre todo por las izquierdas, que luchan por conseguir una España poblada por débiles, desamparados, pobres e incultos, necesitados de la tutela del Estado y fáciles de dominar.
La actual inflación, del 9.8 por ciento, la mayor de Europa por culpa de la torpeza del sanchismo, representa el martillazo más fuerte y demoledor dado por un gobierno a la prosperidad de los españoles desde la desaparición de Franco.
Los comunistas y socialistas españoles, aliados con los que odian a España en Cataluña y el País Vasco, tienen motivos para sentirse "orgullosos" de haber asesinado con su gobierno las bases sólidas que sustentaban la prosperidad de los españoles.
Francisco Rubiales
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