Muchos españoles nos quejamos con razón de que nuestro cine no aprovecha las grandes gestas históricas protagonizadas por España y los españoles, gestas que incluyen la conquista de América y parte de Asia y Oceanía, además del dominio sobre Europa y las grandes potencias de la época. Pero cuando afrontan ese reto, nos avergonzamos de nuestros cineastas porque no saben sacarle partido a la Historia, ni se atreven a reflejar toda la grandeza que España acumuló. Dominado por la cultura marxista y progre, nuestro cine siente vergüenza de afrontar la verdad de la Historia, a la que siempre trata con complejos y retratando a nuestro héroes y próceres como personas generalmente rastreras y miserables.
Es lo que curre, por desgracia, con la serie Inés del Alma mía, que pretende narrar la gesta de la conquista de Chile, pero que refleja más las tropelías y crueldades de una tropa desaliñada y sucia de españoles, sin una pizca de grandeza.
La imagen de los hermanos Pizarro está tratada con una injusticia casi delictiva, siendo presentados en la serie como rufianes sin un átomo de grandeza, sobre todo Hernando, hermano e influyente consejero del conquistador Francisco Pizarro, gobernador del Perú.
Después de contemplar lo que España hace con su Historia, uno termina alegrándose de que nuestros mediocres cineastas progres no se atrevan a afrontar producciones cinematográficas sobre personajes tan fascinantes y grandiosos como Blas de Lezo, el Gran Capitán, los Reyes Católicos y otros muchos. Si hiciéramos cine para tratar sus gestas, reflejaríamos, con toda seguridad, bajeza, miseria, complejos y odio, como si en lugar de españoles los directores y guionistas de esas producciones fueran enemigos de nuestra nación y promotores de la Leyenda Negra.
Nuestra conquista de América tuvo episodios gloriosos y otros crueles y criticables, pero nosotros, en nuestro cine, sobre todo en el financiado con nuestros impuestos, que es casi todo, deberíamos resaltar los aspectos positivos de aquella gesta, que son muchos, y dejar a los enemigos de España que destaquen los negativos. El problema de España es que el peor enemigo siempre suele estar dentro.
El mediocre cine español ha destrozado ya numerosos capítulos de nuestra Historia llenos de heroísmo y mérito, presentándolos como bajos y rastreros. Un ejemplo reciente fue el film sobre los últimos de Filipinas, en el que los héroes de Baler fueron presentados ante el público como locos medio drogadictos y descerebrados.
Países como Estados Unidos, con una historia pobre y corta si se la compara con la poderosa Historia de España, han sabido explotar sus logros y hazañas a través del cine, donde han exaltado su historia y rara vez han reflejado los muchos aspectos negativos de su pasado. Estados Unidos es un modelo de cómo el cine puede servir como vehículo eficaz de propaganda y de prestigio para una nación, mientras que España es justo lo contrario.
Inés del alma mía es una miniserie, de ocho capítulos, nacida de una adaptación de una novela de Isabel Allende, que narra las peripecias y gestas de una mujer española guerrera y valiente, que fue la primera en pisar la tierra de Chile, acompañando a su amado Pedro de Valdivia. Es una coproducción hispano-chilena, dirigida por Nicolás Acuña y Alejandro Bazzano, con gran protagonismo del capital y del "hacer" español y de la televisión pública de España (RTVE). En el reparto figuran Elena Rivera, Eduardo Noriega, Benjamín Vicuña, Enrique Arce, Carlos Bardem, Patricia Cuyul y otros.
Inés Suárez partió en 1537 para las Indias en busca de su marido y terminó por convertirse en una conquistadora que nunca volvió a España y que encontró allí al amor de su vida, el famoso conquistador español Pedro de Valdivia. Juntos protagonizarán un romance inolvidable mientras se embarcan en una aventura que les convertirá en los principales artífices del nacimiento de una nación. Las hazañas vividas junto a su amado la llevarán hasta el lejano y desconocido Chile.
Inés del Alma mía pudo ser grande, pero sólo es otro capítulo de nuestro fracaso cinematográfico y de nuestra bajeza a la hora de afrontar nuestro pasado.
Francisco Rubiales
Es lo que curre, por desgracia, con la serie Inés del Alma mía, que pretende narrar la gesta de la conquista de Chile, pero que refleja más las tropelías y crueldades de una tropa desaliñada y sucia de españoles, sin una pizca de grandeza.
La imagen de los hermanos Pizarro está tratada con una injusticia casi delictiva, siendo presentados en la serie como rufianes sin un átomo de grandeza, sobre todo Hernando, hermano e influyente consejero del conquistador Francisco Pizarro, gobernador del Perú.
Después de contemplar lo que España hace con su Historia, uno termina alegrándose de que nuestros mediocres cineastas progres no se atrevan a afrontar producciones cinematográficas sobre personajes tan fascinantes y grandiosos como Blas de Lezo, el Gran Capitán, los Reyes Católicos y otros muchos. Si hiciéramos cine para tratar sus gestas, reflejaríamos, con toda seguridad, bajeza, miseria, complejos y odio, como si en lugar de españoles los directores y guionistas de esas producciones fueran enemigos de nuestra nación y promotores de la Leyenda Negra.
Nuestra conquista de América tuvo episodios gloriosos y otros crueles y criticables, pero nosotros, en nuestro cine, sobre todo en el financiado con nuestros impuestos, que es casi todo, deberíamos resaltar los aspectos positivos de aquella gesta, que son muchos, y dejar a los enemigos de España que destaquen los negativos. El problema de España es que el peor enemigo siempre suele estar dentro.
El mediocre cine español ha destrozado ya numerosos capítulos de nuestra Historia llenos de heroísmo y mérito, presentándolos como bajos y rastreros. Un ejemplo reciente fue el film sobre los últimos de Filipinas, en el que los héroes de Baler fueron presentados ante el público como locos medio drogadictos y descerebrados.
Países como Estados Unidos, con una historia pobre y corta si se la compara con la poderosa Historia de España, han sabido explotar sus logros y hazañas a través del cine, donde han exaltado su historia y rara vez han reflejado los muchos aspectos negativos de su pasado. Estados Unidos es un modelo de cómo el cine puede servir como vehículo eficaz de propaganda y de prestigio para una nación, mientras que España es justo lo contrario.
Inés del alma mía es una miniserie, de ocho capítulos, nacida de una adaptación de una novela de Isabel Allende, que narra las peripecias y gestas de una mujer española guerrera y valiente, que fue la primera en pisar la tierra de Chile, acompañando a su amado Pedro de Valdivia. Es una coproducción hispano-chilena, dirigida por Nicolás Acuña y Alejandro Bazzano, con gran protagonismo del capital y del "hacer" español y de la televisión pública de España (RTVE). En el reparto figuran Elena Rivera, Eduardo Noriega, Benjamín Vicuña, Enrique Arce, Carlos Bardem, Patricia Cuyul y otros.
Inés Suárez partió en 1537 para las Indias en busca de su marido y terminó por convertirse en una conquistadora que nunca volvió a España y que encontró allí al amor de su vida, el famoso conquistador español Pedro de Valdivia. Juntos protagonizarán un romance inolvidable mientras se embarcan en una aventura que les convertirá en los principales artífices del nacimiento de una nación. Las hazañas vividas junto a su amado la llevarán hasta el lejano y desconocido Chile.
Inés del Alma mía pudo ser grande, pero sólo es otro capítulo de nuestro fracaso cinematográfico y de nuestra bajeza a la hora de afrontar nuestro pasado.
Francisco Rubiales
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